miércoles, 22 de julio de 2009

Contador se refuerza ante los hermanos Schleck en la etapa de montaña más exigente

Frank celebra su triunfo en Le grand-Bornand con Contador y Andy detrás -EFE.


La comunicación no verbal es tan o más expresiva que las propias palabras. Cuando Alberto Contador le dio una palmadita en la espalda a Frank Schleck a falta de poco más de un kilómetro de la línea de meta de Le Grand-Bornand no había ninguna duda: le iba a dejar ganar la etapa reina del Tour, con cuatro puertos de primera y uno de segunda. Andy, el hermano pequeño de Frank, también parecía de acuerdo con la decisión. Así que en la meta no hubo sprint, sino la culminación de un pacto en inglés. También en este idioma hablaron Contador y Andreas Kloden en la ascensión al último puerto, la Colombière. Asegura el maillot amarillo –que no tiene por qué mentir– que le preguntó a su compañero si podría seguirle si atacaba y que Kloden asintió. Por eso a 16’7 km Contador se levantó del sillín para dar intentar descolgar a los hermanos Schleck, pero a quien descartó fue al propio Klöden. “Cuando he visto que no venía por detrás he intentado esperarle. Me siento mal por él”. Durante varios minutos Contador no dejó de mirar hacia detrás para subsanar el error. Otro gesto significativo del líder, criticado por su acción por la cúpula del Astana. “¿Su ataque? Prefiero morderme la lengua...”, replicó Lance Armstrong. “Si Klöden se queda fuera del podio el domingo, ya sabremos por qué ha sido”, siguió Levi Leipheimer. “No era lo pactado”, concluyó el patrón, Johan Bruyneel. Los tres han olvidado el famoso abanico de los primeros días. Asuntos internos al margen, Contador salió reforzado ante los hermanos Schleck, sus rivales reales en la montaña, colocados virtualmente en el podio: Andy, segundo a 2m26s y Frank, tercero a 3m25s. Cuarto es el propio Armstrong (a 3m55s, perdió 2m18s, como Vincenzo Nibali, séptimo a 5m09s). Klöden ocupa la quinta plaza a 4m44s, mientras que Bradley Wiggins deja de ser un rival tan peligroso en la contrarreloj de mañana jueves en Annecy tras perder 3m07s (el británico es sexto a 4m53s).


La fuerza se impuso otra vez en la etapa de montaña más exigente con el Cormet de Roselend (18 km al 6’1%), Saisies, Arâches, Romme (8’8 km al 8’9%) y la Colombière (7’5 km al 8’5%). De nuevo el gran agitador fue Andy Schleck, el ciclista casi. Casi siempre ataca a Contador, casi siempre demuestra su fantástica combatividad, aunque de momento no haya encontrado el premio a dicho tesón. Al menos con su ataque en la ascensión al Col de Romme acabó eliminando al primero que había hecho una criba entre los mejores clasificados, Carlos Sastre, a quien sólo habían seguido los hermanos Schleck, Klöden y Contador. “Sabía que era la última oportunidad en una carrera no está yendo como pensábamos”, confesó el ganador del Tour de 2007, que se quejó de que “la prensa está maltratando a este deporte. No lo digo por mí, sino por el resto de españoles que vienen aquí a hacerlo lo mejor posible”. “Se nos desprecia”, concluyó Sastre, decepcionado cuando le anunciaron el positivo por CERA de Danilo di Luca en el Giro. De confirmarse el contraanálisis Sastre pasaría a ser tercero y Franco Pellizotti, segundo. Otra buena noticia para el italiano, que será maillot de la montaña en París y que otra vez formó parte de la fuga inicial, en la que también figuraba Denis Menchov, del que poco prácticamente no se habla nada porque ofrece poco que decir sobre él más allá de su mala suerte con las caídas y del tiempo que pierde en la clasificación. El ruso más pamplonica fue uno de los más de 20 ciclistas fugados en los primeros kilómetros. Resultó una escapada discontinua y con la ausencia de los mejores.


Hushovd sorprende


Thor Hushovd sería el encargado de animar la etapa. El noruego, típico sprinter que aguanta en llano, parecía un escalador solvente y coronó en solitario el segundo puerto (Saisies) y el tercero (Arâches). Aunque el objetivo real de Hushovd no era otro que pasar como primero los dos sprints especiales de la etapa. Como así hizo para acercarse más al maillot verde con el que compite con Mark Cavendish, puro sufrimiento en la montaña.


Contador reforzó su candidatura ante los hermanos Schleck de ganar su segundo Tour, pero su ataque puede enrarecer aún más el ambiente en el seno de Astana, al que no le faltan temas de tertulia. Bruyneel ya ha anunciado que se irá a finales de año porque no está de acuerdo con la vuelta de Alexandre Vinokourov, castigado por dopaje, y se insinúa que Armstrong tendrá su propia formación en 2010 y que volverá a correr la ronda francesa. Lance ha declarado que no conecta con Contador, que recibe los elogios de sus rivales en otros equipos. “Alberto nos mata porque es el mejor, pero puede fallar”, resalta Andy Schleck.


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