20 testimonios, incluido
el de la protagonista, retratan a la alero del Bàsquet Femení Sant Adrià, que se perderá
el resto del curso por una grave lesión
Mireia Vila y su hermana Laura, en el Marina Besòs. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Toni Delgado / Sant Adrià de Besòs
Queda menos de media hora para que empiece el
partido contra el Cadí La Seu y Mireia Vila (Badalona, 1991) está en el
banquillo mirando al parqué como si fuese un cuadro. Parece en otro mundo.
Quizás se sienta rara. O descolocada. O las dos cosas y varias más a la vez. Sus
muletas la delatan: en Cáceres se rompió el ligamento cruzado y el menisco de
la rodilla izquierda. Adiós a la temporada. “Voy haciendo…”, confiesa
a Cronómetro de Récords la alero del Bàsquet Femení Sant Adrià: “Sí,
ha venido mi familia. Mi padre
es el de gafas que está al lado de la columna y la de su derecha es mi madre”. Cruza la pista gracias a sus dos extremidades extra y me presenta a su hermana Laura. Cada asiento de la grada y cada silla del parqué guardan una hoja con un mensaje unánime: #ÀnimsMire 15.
es el de gafas que está al lado de la columna y la de su derecha es mi madre”. Cruza la pista gracias a sus dos extremidades extra y me presenta a su hermana Laura. Cada asiento de la grada y cada silla del parqué guardan una hoja con un mensaje unánime: #ÀnimsMire 15.
Mireia Vila lleva la camiseta que han diseñado
sus compañeras con la ayuda de Joan Lluis Balagué, padre de la júnior Carla
Balagué. El lema es “somriurem quan tot falli [sonreiremos cuando
todo falle]”, inicio de la canción Somriurem, de Txarango, grupo de
referencia en el vestuario. “Es una frase que la describe a la
perfección. ¡Pase lo que pase, nunca pierde la sonrisa!”, expone su
compañera Itziar Llobet.
El primer equipo del Bàsquet Femení Sant Adrià, retratado por Manel Expósito, su jefe de prensa. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
“En cada situación saca lo mejor de sí misma. Le
encanta afrontar retos, sobre todo si son grandes. Su recurso es siempre una
sonrisa gigante”, interviene
su hermana, Laura Vila. “Es una exportadora de alegría dentro y fuera
de la cancha”, se suma Olga Ruano, con quien jugó en Sant Adrià. “Le
gusta reírse y hacer reír”, añade Andrea Riley.
“Todas deben aportar
ahora detalles de Mireia Vila. Itziar Llobet debe tener más protagonismo, la
muñeca de Marta Claret, seguir funcionando a pleno rendimiento. Cada pieza debe
dar un paso adelante, y Belén Arrojo todavía debe tirar más de un carro que compartía
con Cristina Hurtado y Mireia Vila. Las júniors tendrán más minutos”, analiza Àngel Gil, de Zona Lila (Ràdio
La Mina) y Canal FEB.
“El Bàsquet Femení Sant Adrià es un grupo con muchas rotaciones que apuesta por un ritmo
de partido muy alto”, aporta
Cindy Lima, exjugadora internacional y analista de Esport3. Construido desde la
modestia y el trabajo duro, el club no ha fichado a ninguna jugadora una vez
empezada la temporada. La baja de Mireia Vila es un golpe duro. Es una jugadora
descarada que no se esconde nunca y a la que no le pesan las estadísticas.
Buena mano e inteligencia, y cierto colapso y precipitación (o falta de confianza)
con algunos tiros.
“Cada vez estaba cogiendo más
protagonismo en ataque. Tenía una muñeca muy fina, sobre todo en momentos
claves, y ha dado muchas victorias”, expone Àlex Benito, también de Zona Lila y
Canal FEB. “Creo que todavía tiene margen de mejora de lectura en
momentos críticos. En líneas generales, es una jugadora muy sensata para su
edad. Tiene un potencial increíble. Su lesión es dura, pero a su edad los
tejidos se recuperan muy rápido”, interviene Cindy Lima. “Su
ausencia es muy complicada de suplir porque es una jugadora completa que
penetra y lanza triples bien”, la describe César Santos, de Jornada
Previa.
Montse Cabiro, Laura Vila y Jordi Vila, la familia de Mireia Vila. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Fabián Téllez, el entrenador del Bàsquet
Femení Sant Adrià, se queda con su “capacidad de
amenaza desde más allá de 6,75 y de media distancia, donde
ha mejorado su lanzamiento sobre bote. Quiero resaltar su capacidad para leer
el juego y entender los diferentes momentos del partido”. Su
técnico va más allá: “Me gustaría pensar que le hemos ayudado a
mostrarse algo más sólida atrás”.
Mireia Vila es un estado de ánimo que influye en el del resto. “Estoy de acuerdo”, interviene Victor Ciavattini, preparador físico del Bàsquet Femení
Sant Adrià: “Sobre todo cuando se junta con Helena López. En los
físicos intento no ponerlas juntas. Aunque cuando me conviene… Las dejo”. “Porque sabe que nos reiremos,
pero eso no implica que no trabajemos”, matiza la propia Helena López, otra sonrisa andante: “Mire y yo
nos parecemos bastante porque siempre estamos alegres y nos gusta divertirnos”.
Abrazo entre Olga Ruano y Mireia Vila. Cristina se quiere unir al momento. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Con Carmen
Fernández, capitana del Uni Ferrol, también congenió muy rápido. “Tenemos
formas parecidas de ser y de entender la vida”, cuenta la
capitana del conjunto gallego: “Fueron dos años muy intensos y
especiales a su lado en Ferrol. Además de ganarse el corazón de la afición del
Uni, también conquistó el de mi familia. Ha vivido muchos domingos de comidas
familiares, sobremesas de guitarra o celebraciones en casa. Mi familia es fan
incondicional de ella. Creo casi que más que míos, pero les dejo porque se lo
merece. [Se ríe]”. Es difícil encontrar una mejor definición de la
amistad que la de Carmen Fernández: “Ojalá pudiese prestarle mi pierna para
que terminase la temporada. Como muleta en potencia, daré todo de mí para que
no decaiga el ánimo, saque fuerzas de donde no queden y pronto esté de vuelta”.
A Laura Vila, hermana de Mireia, no se le va de la cabeza el
Al-Qázeres-Bàsquet Femení Sant Adrià: “Fue un shock presenciar cómo se
lesionaba. Estaba viendo el partido por Canal FEB. Desde el primer momento le
dije que confiase en que todo saldrá bien. Ésa es su filosofía”.
—Montse, ¿Mireia ha heredado de ti el
optimismo, Montse? —le pregunto a su madre.
—No demasiado…
—¿Del padre?
—El optimismo es, clarísimamente,
de la madre —responde Jordi, el padre.
—Ya ves... —se ríe Montse Cabiro.
—La risa de las Vila
Cabiro es idéntica —le digo al padre.
—Bueno... ¡Es la suerte que
tengo! —celebra.
La voz de Laura y Mireia Vila es casi la
misma: mismo tono y mismas pausas. “¡Sí que nos lo dicen! Aunque en
muchas otras cosas somos diferentes. La aprecio mucho”, interviene
Mireia Vila. “Físicamente no nos parecemos demasiado”, añade
Laura Vila, que no se olvida de las interminables jornadas de tenis de mesa
cuando eran pequeñas: “¡Soy la hermana mayor y me ganaba siempre! ¡No
sé cómo se lo hacía! Bueno… Los deportes siempre se le han dado muy bien”. “Belén Arrojo y Mireia Vila tienen una inteligencia
sobre el juego superior al resto del equipo. Son capaces de centrarse inmediatamente
en la siguiente jugada”, interviene Àlex Benito, de Zona
Lila (Ràdio La Mina) y Canal FEB.
“La
figura de Mireia Vila se resume en lo que generó en torno a su lesión. Cuando
le das tanto a la gente, al final te viene de vuelta todo ese cariño. Y no sólo
en Ferrol, donde es una más”, desarrolla Héctor Rico,
seguidor del Uni Ferrol. Las etiquetas #ÀnimsMire y #ÁnimosMire
han estado muy presentes en Twitter y Mireia Vila tampoco ha dejado de recibir mensajes de
apoyo por privado. “Aunque
es una persona fuerte mentalmente, las muestras de apoyo del club y tantos
sitios se agradecen mucho en estos momentos”, expone Laura Vila. “Se ha sentido súper arropada
por el club y el mundo del baloncesto en general”, confiesa su madre,
Montse Cabiro.
Es un secreto a voces que el Bàsquet
Femení Sant Adrià es una pequeña gran familia. En las peores situaciones es
cuando más brilla esa relación de compromiso y cariño. “Mis compañeras se
han volcado conmigo. Han venido a casa después de los
entrenamientos e incluso el día que no hubo”, explica
Mireia Vila. Se llevó una gran sorpresa cuando varias compañeras se presentaron en su casa el día después
del diagnóstico de la lesión. “Ella estaba en modo vegetal en el sofá y
creo que contribuimos a que su tarde-noche fuese todavía más entretenida con un
buen sushi”, recuerda Itziar Llobet. Son inseparables: “No
podemos vivir una sin la otra, y solemos hacer planes juntas”. “Cuando la
operen, la sacaremos a pasear con una silla de ruedas. Le hace mucha ilusión”, añade Helena López.
“Todas las muestras de cariño que estoy recibiendo me
están ayudando muchísimo”, agradece
Mireia Vila, que apoya como puede a su equipo. “Ha aportado su granito de arena
hasta ahora y lo continuará haciendo. Es su carácter. Está muy contenta en el club.
Se lo estaba pasando muy bien y así seguirá siendo. Son todas súper amigas”, describe
su hermana Laura. “Está muy implicada en el grupo y
seguro que nos aportará positividad y serenidad en el último y difícil tramo de
temporada”, interviene su entrenador, Fabián Téllez. “A Mire no
hace falta decirle demasiadas cosas. Lo ve todo tan positivo... Tendrá momentos
de bajón y, por supuesto, la ayudaremos”, promete Andrea Vilaró,
excompañera suya en el Cadí La Seu.
“Pase lo que pase, SIEMPRE
me va a tener a su lado cuando me necesite”, advierte Fabián
Téllez. “Volverá mucho más
fuerte de lo que ya es”, expone
su Andrea Riley. “Le he dicho que tiene que tocar
fondo las veces que haga falta. Seguro que descubrirá y aprenderá a cuidar aún
más su cuerpo. Es muy inteligente, se hará más dura mentalmente y aprenderá a
relativizar los problemas y a centrarse en lo más importante”, remata
Victor Ciavattini.
Mireia Vila, en el cumpleaños de sus amigas Carmen Fernández y Cristina Pedrals. Foto cedida por Carmen Fernández. |
“Es generosa dentro y fuera de la pista. Es
transparente: cuando la ves jugar, detectas cómo es como persona”, apunta Cristina Pedrals, con quien jugó en el Uni
Ferrol. “Mire
siempre está para cuando faltan fuerzas en un mal día y todo se pone cuesta
arriba. Refleja los
valores de generosidad, cercanía y compañerismo que le han inculcado, y ha
heredado un gran corazón. Su familia es la mía y mi casa siempre será la suya.
Ella sabe que sempre estaré al seu costat [siempre estaré a su lado]”, la describe Carmen
Fernández. “Es una de las personas que te regala el baloncesto y que no
podrías haber conocido en otras circunstancias. Aunque no llevamos mucho tiempo
jugando juntas, hemos vivido grandes momentos dentro y fuera de la pista: conciertos
de las rumbetas catalanas, excursiones a Covadonga con
diluvios incluidos... Y dos instantes eternos: el ascenso a Liga Femenina en
León y la Copa de la Reina de Zaragoza. ¡Y los que nos quedan! Pronto volverá a
las pistas, donde es feliz y nos hace disfrutar a todos y todas”, desarrolla
Cristina Hurtado, capitana del Bàsquet Femení Sant Adrià. “Nos conocemos
desde que teníamos 16 años. Compañera de equipo y cartulinas. Desde el último
campeonato de España en Guadalajara hasta esta temporada… Creo que este curso
nos ha unido, hemos viajado, nos lo hemos pasado genial y hemos quedado tipíssimes
[llenísimas]. Típissimes es una palabra clave”. Resume una broma
de un viaje a Múnich con otras compañeras de equipo.
“Mirea Vila
es un ejemplo como jugadora y como persona. Los entrenadores en edades de
formación deberíamos fomentar ese perfil en lugar de otros”, apunta
Héctor Rico, seguidor del Uni Ferrol. Su padre, Jordi Vila, es entrenador superior: “Ni
media frase le he dicho durante los partidos. En casa sí que hablamos algo
sobre el tema”. No se olvida del primer partido de su hija pequeña,
que jugó con y contra chicos. El rival empezó ganando 6-0. Salió la niña y en
dos minutos su equipo remontó (6-10). Los 10 puntos, de Mireia Vila.
Helena López, Mireia Vila, Olga Ruano y Cristina Hurtado, en 'Covadonga'. Foto cedida por Cristina Hurtado. |
Mireia Vila, tras el partido. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Aisha y Matt Diop. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
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