|
“En cada trabajo persigo lo imposible. Aquello
que me hace cuestionarme, lo que me pone al límite”. La frase, de Irene Escolar para un suplemento de El País, bien podría ser de Víctor
Ciavattini (Córdoba, Argentina, 1985), Bachi.
El preparador físico del Bàsquet Femení Sant Adrià recoge un paraguas minúsculo
y una bolsa de mano y se despide. Son las 23.03 horas y ha llegado a su estación,
Plaça Catalunya. Va a la cena de un cumpleaños. La entrevista se nos ha ido de
las manos: empieza en el Poliesportiu La Mina,
el escenario a última hora del
partido de su equipo ante el Uni Ferrol por las goteras del Marina Besòs y que cerramos junto al conserje. Ahí se acaba,
casi, la entrevista grabada (69m 54s) y empieza otra en la que se mezclan sueños,
valores, vida, baloncesto, periodismo... Y, claro, pasión. Porque Víctor
Ciavattini tiene una energía infinita para darle vuelta a los próximos
ejercicios con los que sorprender, motivar y ayudar a mejorar a todos los
equipos del Bàsquet Femení Sant Adrià excepto el júnior A, del que se ocupa
Dani José. También trabaja para otros clubes, a veces imparte clases y no deja
de formarse. Tampoco de agradecer el trabajo del resto. Sabe valorarlo porque
es el primero que se deja el alma en todo lo que hace. Víctor Ciavattini es muy
responsable de que el conjunto catalán, en su primera temporada en la Liga Día,
haya disputado la Copa de la Reina y opositado a los playoffs hasta la
antepenúltima jornada.
—En Liderar
equipos comprometidos Pep Marí describe así el desayuno
continental: “La gallina, la que ha puesto los huevos, está implicada. El
cerdo, el que ha puesto el beicon, está comprometido. La gallina sólo ha pagado
una parte del precio, solamente ha puesto huevos. [...] El cerdo ha pagado
absolutamente todo el precio”.
Pep Marí fue
profesor mío en el máster de Rendimiento, Tecnificación y Alto Nivel y es…
¡Un grande! Antes de las finales a cuatro o de campeonatos de España,
cuando el trabajo táctico, técnico y físico ya está hecho, les digo a las
jugadoras de cantera que se lo dejen todo en la pista. En torneos de ese tipo
la mentalidad te da un plus.
—Para ti
el compromiso es dejarse la piel y tener la consciencia tranquila.
Exacto. La
almohada nunca miente: cuando lo has dado todo, puedes estar
tranquilo. Para mí dejarse la piel en un deporte de equipo se refiere
también a lo gratis, a la actitud, a aspectos que puede
realizar cualquier miembro del grupo: defender, correr, no tener
miedo al contacto... Para mí Helena López es el exponente en el Bàsquet Femení
Sant Adrià porque hace cosas que a veces no figuran en la estadística, pero que
son… Fantásticas.
—Diría
que eres un obseso de los pequeños detalles. [Se ríe]. O un apasionado.
Bueno, la pasión también es obsesión.
¡Sí! Mi objetivo
cuando me vine de Argentina a estudiar un máster era ganarme la vida con este
oficio y lo he conseguido porque trabajo para varios clubes. No es no me guste
el típico trabajo de INEF en un gimnasio y/o un colegio. Simplemente, quiero
seguir en el baloncesto.
Víctor Ciavattini colocándole el pulsómetro a Carla Balagué en la pretemporada del primer equipo. Foto cedida por Ciavattini. |
—¿Cuánta
gente te aconsejó que apostases por el camino convencional?
La mayoría de
los graduados en Ciencias del Deporte opta por lo seguro. Yo invertí en el Bàsquet Femení Sant Adrià porque vi
que tenía mucho potencial, sobre todo en la cantera. Amo a este club por
todo lo que me ha hecho vivir. He crecido con esta entidad, que me ha permitido
hacer lo que me apasiona. Su inmenso crecimiento me ha permitido estar en
la selección [me envía las fotos el miércoles desde Madrid, donde está
concentrado con la sub 16]. Todo va de la mano. Ahora me estoy acordando
de que los jueves salía dos horas y media antes del máster para venir
aquí. Imagínate la cara que me ponían los compañeros y compañeras cuando les
decía que era para ir a un equipo de baloncesto femenino... Como si fuese
algo menor...
—Me suena
esa reflexión….
Su reacción no
me era indiferente. Mi principal motivación fue la cantera, una materia
prima para trabajar infinita. Ahora estamos recogiendo los frutos de los
últimos años. La trayectoria del Bàsquet Femení Sant Adrià tiene un mérito
increíble y demuestra que se puede trabajar bien y competir a la vez. En las
categorías inferiores hay que valorar el proceso y no tanto el resultado,
pero este club no habría crecido así si no acumulase tantos éxitos.
El santuario del preparador físico del Bàsquet Femení Sant Adrià. Foto cedida por Víctor Ciavattini. |
—Aunque
el resultado puede condicionar que no lleguen jugadoras con potencial, pero con
un crecimiento más lento.
Es una situación
muy compleja. Las propias protagonistas pueden desmotivarse, e incluso
abandonar el baloncesto, si no avanzan. A veces, las copas te ofrecen ese
incentivo para continuar. Cada año casi todas las jugadoras del club empiezan
una nueva etapa como campeonas o subcampeonas de España y
Catalunya. Vienen con los ojos abiertos, con muchas ganas de continuar y
aprender.
—Llegan a
un equipo ganador, pero vienen de otro.
“Ganar es una
excepción”, dice Marcelo Bielsa, exseleccionador argentino. Gran verdad. Sólo
gana uno. Aunque la derrota te enseña más cosas, la victoria te eleva.
—¿En qué consiste el trabajo de un preparador
físico?
Los tres pilares de este oficio son el trabajo de
fuerza para mejorar el rendimiento en las situaciones de juego, la prevención
de lesiones y el control y gestión de las cargas.
—¿Qué es el control y gestión de las cargas?
El preparador analiza qué ocurre en la pista en
el ámbito físico: los minutos de las jugadoras, la duración del partido… El
entrenador sabe más de táctica y técnica, pero es el preparador quien conoce
mejor la ciencia del entrenamiento y puede sugerirle cuándo apretar más y
cuándo menos para optimizar el rendimiento de las jugadoras y evitar, por
ejemplo, sobreesfuerzos.
Víctor Ciavattini, antes del partido de cuartos ante el Stadium Casablanca en la Copa de la Reina. Foto: Manel Expósito. |
—“Nuestra
postura y nuestro movimiento van a influir en la emoción que nosotros sentimos.
De manera que, cambiando nuestra postura y nuestro movimiento, vamos a influir
en la emoción”, defiende Xesco Espar, exentrenador del Barça de balonmano,
en Jugar con el corazón. La excelencia no es suficiente. ¿Cómo
consigues trasladar este párrafo a tus sesiones de preparación física?
Xesco Espar es
otro referente. No sé cuántas veces me habré leído ese libro. Me fijo mucho
en cómo llegan las jugadoras al físico y a veces me adapto y otras
no. Piensa que, si pretendes contemplar muchas cosas, puedes no acabar
haciendo nada. El tiempo te enseña a manejar mejor la
planificación. Imagínate que llego con un plan preparado, pero que las
tres primeras que aparecen me dan a entender con su cuerpo que están bajas de
moral o con poca energía y se ponen a hacer un poco de bici. Y quizás el plan
previsto era fuerte. Puede que hoy les dé la mano y otro no. Creo que la clave
es apretarlas un día y soltarlas otro.
—Pura
estrategia también.
Sé que, si ahora
le digo esto a esta jugadora, fracasaré. La experiencia es la que te permite
resolver problemas. A veces, muchos de golpe. Puedes dominar el último método
de entrenamiento de fuerza, pero cuando te vienen 12 jugadoras sénior al
gimnasio, si no tienes preparado qué harás… Poco después aparece el cadete o el
infantil... ¡Te juntas con a 24 jugadoras! Puede que haya tres doloridas porque
vienen de entrenar y quizás tengas que cambiarles parte del circuito preparado,
puede que se haya roto una polea, que una te diga que ese ejercicio le hace
daño… La clave de toda la profesión son los detalles e intento dar calidad a mi
trabajo a través de ellos. Una sentadilla la sabe explicar cualquier preparador,
pero si le dices a la jugadora que le ayudará a defender mejor y le pones un
ejemplo práctico de sus partidos, lo verá de otra manera. ¿Qué diferencia hay
entre un monitor de sala de gimnasio y un preparador de baloncesto? Si el preparador
de baloncesto no sabe de este deporte, ninguna.
—¿Qué
exigen los detalles?
Recurso humano
para que sean de calidad. Este año, como requiere el nivel del club (cantera y
primer equipo en Liga Día), tenemos dos preparadores más. En un Barça masculino
hay uno o dos prepas por equipo. Para mí esto es igual. En la
mayoría de clubes un preparador trabaja
con dos o, a veces, tres equipos a la vez. Es como si a un entrenador le
metemos 24-36 jugadores en pista, imposible hacer un trabajo personalizado al
detalle y darle calidad.
Durante una charla sobre hábitos con la cantera del club. Foto cedida por Víctor Ciavattini. |
—¿Crees
que antes el preparador físico iba aprendiendo del deporte sobre la
marcha?
Antes pasaba más
que ahora, pero la preparación física sigue siendo la gran desconocida
del baloncesto en España y Catalunya. La experiencia no se paga con
un curso, se hace equivocándote, cagándola… Y sabiendo leer las emociones.
Antes venía como ahora, con un plan muy estudiado, pero, a veces, sólo nos daba
tiempo de hacer la mitad. Una de dos: o ellas no estaban preparadas para
afrontarlo o yo me había flipado demasiado...
—¿La
situación te frustraba? ¿Te enfadaba?
Al principio,
como mecanismo de defensa, pensaba que las malas eran ellas. Claro. Ahora
hago un plan que funciona. ¿Es el mejor? No lo sé, pero funciona.
—Por lo
que me cuentan algunas jugadoras y las fotos y vídeos que colgáis en las redes
sociales, tus sesiones son divertidas.
Mira [saca el
móvil], en el último físico les propuse este ejercicio: tenían que trasladar
fruta entre dos con diferentes partes del equipo. [Me río]. Aquí, cachete
con cachete.
—¡Qué
difícil!
Ahora, cabeza
con cabeza. Si se les cae, tienen que volver a empezar. El de boca con boca es
una risa. Y ya no te digo el de llevar un huevo, que no estaba cocido, con una
cuchara. [Nos reímos].
—¡Les
estás devolviendo la infancia!
¡Claro! El
maestro Paco Seirulo habla de metodología integrada, que se basa
en intentar reunir lo físico, lo técnico, lo táctico y lo que él llama
socioafectivo. Este equipo funciona tan bien que las jugadoras se ayudan mucho
y hacen piña. A veces, cuando tienen poca energía, hay que darles un extra. Es
entonces cuando puedo eliminar la parte física y montar algo así.
—O como
un spining.
Tal
cual. Lo hago como un calentamiento, pero también es un
ejercicio socioafectivo. Lo hago para que se lo pasen bien.
—Y luego
les pones Clavado en un bar, de Maná, y se emocionan casi
todas.
¡Sí! Y
yo que pensé que no la conocían...
—Les haces
descubrir tu oficio de una manera divertida. En la piscina de recuperación hay
hielo, patitos, peces, cañas de pescar…
Toni, creo que
ésa es la clave de todo. ¡Nos mueven las emociones! Se puede hacer lo
mismo dándole un toque creativo y que les toque la fibra. ¿Que tienen que
realizar recuperación en hielo? Pues será diferente si la hacen mientras pescan
pececitos. Son ocurrencias que nacen, muchas veces, desde la derrota. En malas
rachas.
La divertida piscina de recuperación. Foto cedida por Víctor Ciavattini. |
—La grave
lesión de Mireia Vila te destrozó.
Se ha creado un
poco la cultura de que, si no hay lesiones, es gracias al preparador y si
aparecen, es su culpa. Las lesiones se dan de manera multifactorial y por mucho
que plantees ejercicios para fortalecer los tobillos o las rodillas, donde se
producen los percances más frecuentes en el baloncesto, en el gimnasio no
siempre puedes reproducir situaciones reales del juego. Bueno, me he enrollado
un poco, pero claro que me afecta mucho que las jugadoras se lesionen. Es una
de mis tareas, como también lo es intentar que ninguna sesión les pase
desapercibida. Que las marque.
—El
descanso es un entrenamiento más.
A veces, en el
físico de la mañana opto porque duerman más en vez de hacerles un físico
preventivo. El descanso es un entrenamiento preventivo.
—¿Qué
jugadora ha progresado más este año en la pista gracias a tus
ejercicios?
Te diré dos,
ambas canteranas: Laura Peña y Helena López, con las que llevo cinco y cuatro
años, respectivamente.
—¿Cuáles
son tus grandes aliadas en las sesiones?
Pareceré un
pelota, pero... ¡Todas! [Suspira]. Se dejan entrenar como nadie.
—El éxito
del Bàsquet Femení Sant Adrià es la recompensa a la inversión de mucha gente.
Siempre digo que
soy muy afortunado de haber venido aquí y, aunque sea feo decirlo, el club
también conmigo. El entrenador es el imprescindible, se juega con un balón y no
con pesas. Pero eso no quita que el preparador físico sea el gran desconocido.
Es necesario que se invierta más en esa figura. Te pongo un ejemplo: en las
categorías inferiores de la selección española hay muchas jugadoras que no
tienen preparador en su club y con ellas la comunicación es más difícil.
Si les digo que un ejercicio les puede venir bien para su lesión previa, les
sonará a chino. Ahora mismo puedo vivir de mi oficio. Por eso estudié dos
másters y estoy valorando si empezar o no el doctorado.
No hay comentarios :
Publicar un comentario