Cronómetro de Récords entrevista a la base del Celta
Toni Delgado / Sant Feliu de Llobregat
Me apunta su teléfono en la libreta y la llamo tres cuartos de hora más tarde. "Sí, puedes ir preguntándome... Estoy entrando al avión", comenta Anne Senosiain (Arizala, Navarra, 1997). En menos de una hora la base, sus compañeras y el cuerpo técnico del Celta estarán volviendo a Vigo. Viviendo el momento tranquilo de una jornada con la lengua fuera: su vuelo de las 10 de la mañana a Barcelona no despegó hasta las 11.30. "El Barça CBS ha sido muy amable retrasando el inicio del partido 45 minutos", agradece
Anna Senosiain, dispuesta en todo momento, igual que Cristina Cantero y Nano Ameneiro, para que esta entrevista fuese posible, pese a los imprevistos.
Anna Senosiain, dispuesta en todo momento, igual que Cristina Cantero y Nano Ameneiro, para que esta entrevista fuese posible, pese a los imprevistos.
—En la primera parte habéis fallado penetraciones que no soléis perdonar.
Sí, la verdad es que hemos estado un poco erráticas: todo lo que tirábamos se salía del aro.
—¿Qué os ha dicho Cristina Cantero en el descanso?
Que el trabajo estaba bien hecho y que tuviéramos la confianza de seguir lanzando. Al final, nos han acabado entrando los tiros [victoria del Celta por 54-77 ante el Barça CBS].
—"Anne tiene mucho carácter y se exige muchísimo, tanto que le cuesta digerir un error o que el equipo no juegue bien. Como es la base se echa la culpa a sí misma si las cosas no funcionan", le contaba tu entrenadora a Cronómetro de Récords en febrero. ¿Eso lo has ido corrigiendo?
Sí, aunque a veces le sigo dando demasiadas vueltas a las cosas... Este año, cuando fallo, defiendo. Me pongo las pilas atrás. Sé que luego saldrán las cosas en ataque. Cris me ha ayudado y me sigue ayudando mucho en ese aspecto. También Pelayo, nuestro psicólogo, con quien podemos hablar de muchas cosas. Las jugadoras más veteranas también me dan consejos.
—¿Cuál ha sido la última recomendación que te ha hecho Pelayo?
No lo sé. Esta temporada, por suerte, no he tenido ningún momento malo, malo. El cuerpo técnico me exige objetivos a corto plazo, como jugadas y otros aspectos. Detalles que van más allá de meter puntos.
—¿Se puede ser una buena base siendo egoísta?
Creo que no. Tienes que saber leer cada situación en función de las necesidades del equipo. Quizás haya momentos en los que el grupo necesite más tus puntos y otros en los que hagas un partidazo sin meter ni una canasta. ¿Cómo? Pues dirigiendo al equipo y viendo a la jugadora precisa en cada momento. ¿Que entran los tiros? ¡Perfecto! ¿Que no? Hay que ir sumando en otros aspectos del juego.
—Aunque no te han entrado los tiros, se notaba que lanzabas con confianza.
Sí. Estaban bien tirados. Mi equipo confía en mí para esos lanzamientos e intento hacerlo lo mejor posible. Disfruto mucho jugando en este grupo.
—¿Te sientes tan suelta en la pista como fuera? Lo digo por un vídeo que colgaste en Instagram en el que bailabas con una peluca...
[Risas]. ¡Claro que sí! Traslado mi espontaneidad a la pista. Soy muy alegre fuera de la cancha. Me gusta el juego alegre, correr y tirar del equipo.
—Cristina Cantero asegura que el curso pasado cuando te ibas del partido, te ibas. Ahora, cuando te vas, vuelves.
Tal cual. Estoy muy contenta de haber cambiado el chip. He aprendido a olvidarme de los errores.
—En el curso 2016-2017 fuiste el primer fichaje del Celta y el curso siguiente, la primera en renovar. Antes de la fase de ascenso a Liga Femenina le aseguraste al club que, pase lo que pasase, te quedarías.
Tengo la vida montada en Vigo y me siento muy cómoda en el club, que es muy familiar. Conozco a todos las niñas de la entidad.
—¿Entrenas también a algún equipo en el Celta?
Sí, a niñas de 3 y 4 años. [Se ríe]. Lo llevo con Laura Alonso, la capitana del primer equipo el año pasado. Nos lo pasamos pipa. Intentamos transmitirles ilusión y ganas de entrenarse y jugar. Queremos que se diviertan y aprendan cada día.
—En tu etapa en el Araski te definías como una "jugadora rápida a la que le gusta mucho correr, el juego rápido y fluido, y una buena defensora". ¿Añadirías algo más?
Muchísimas cosas. [Se ríe]. He mejorado mucho en el tiro, la visión de juego o la dirección del equipo.
—Hay una cosa sobre la que hay que hablar seriamente con la FEB...
¿Cuál?
—Sales con la camiseta del Araski en la ficha.
¡Ah, ya! [Risas]. Cierto, nunca con la del Celta.
—¿Es porque no te gusta que te hagan fotos?
No, si fotos tengo mil... Jugando.
—Pero para la ficha se necesitan de carné.
Pues no sé por qué tengo puesta ésa.
—¿Cómo recuerdas el ascenso a Liga Femenina con el Araski?
Uff. Es un recuerdo inolvidable. Las dos finales de la fase de ascenso que he jugado han sido muy diferentes: en una subí y en otra estuve a punto. En el Araski empecé como una pieza como secundaria, aunque cada vez que salía a la pista daba mi máximo, intentaba no cargarla en ataque y que el equipo funcionase. Cuando se lesionó Arrate... Joe, fue una putada porque era la base titular, y muchos tiros y decisiones pasaban por sus manos. Tuve la oportunidad y la aproveché. Jugué bien. ¡Subimos a Liga Femenina! En verano me llamó el Celta y no dudé en venir. Nuestra temporada pasada fue excelente. Con un equipo muy joven le competimos a un Valencia Basket que ya tenía una plantilla del nivel de Liga Femenina. Me quedo con el hecho de que conseguimos empatar el partido a falta de un minuto y tras haber cedido por hasta 15 puntos. Ese encuentro nos ha dado mucha experiencia para que, en los momentos calientes, sobre todo en los finales, sepamos cómo jugar y administrar los nervios.
—En la grada del Pavelló Municipal d'Esports Juan Carlos Navarro he visto a tres personas con tu camiseta. ¿Eran aficionados del Celta? ¿Familiares tuyos?
Mi tía, mi primo, mi hermana y mi padre. Cada vez que pueden vienen y es una pasada. Juegue donde juegue, tengo un apoyo incondicional de mi familia. Me siento muy afortunada. Me quieren mucho y yo también.
—¿Cómo te sentó la noticia de que la Copa de la Reina de 2019 sea en Vitoria?
¡Buah! Me pareció súper guay. El Araski no ha parado de crecer: de Primera Nacional pasó a Liga Femenina 2 y luego ascendió a Liga 1. En su primera temporada entre las mejores llegó a semifinales de Copa y de Liga. Lleva muchos años haciendo las cosas muy bien. Tengo muchas amistades allí y me alegré mogollón. Es un club que ha trabajado mucho para llegar donde está. Livia, la presidenta, es una crack, igual que Made, la entrenadora, que confía mucho en el trabajo diario. Formé parte de esa familia y me hace mucha ilusión que Vitoria sea la sede de la próxima Copa de la Reina. Es una recompensa muy merecida.
—¿Made Urieta y Cristina Cantero transmiten confianza absoluta a quienes trabajan con ellas?
Tal cual. Son muy claras contigo siempre: te dicen que quieren de ti y te dan esa confianza que te falta en la pista. Tanto te repiten que puedes, que te lo acabas creyendo.
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