Marc Doncel y Juan Montero son los creadores del juego de simulación del torneo, que ha crecido más rápido de lo previsto por "presión popular"
Marc Doncel, en el Marina Besòs. Nota: esta imagen no se entiende sin la siguiente. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Toni Delgado / Sant Adrià de Besòs
La idea es que haya conexión entre las fotos de dos entrevistados que nunca se han visto en persona.
—Sería bueno que nos dejasen un balón con el logo de la Liga Día –propone Marc antes de entrar al Marina Besòs para retratar el Bàsquet Femení Sant Adrià-Uni Ferrol.
—Perfecto. Pues yo mañana me hago la foto en el patio de mi casa, debajo de mi canastita –se apunta Juan, al otro lado del teléfono.
Les propongo el nexo de unión entre las imágenes: el móvil. Simularán que están hablando como ahora.
Marc Doncel y Juan Montero son los creadores de la Cyber Liga Femenina, el juego de simulación de la Liga Día. El divertido reto de montar equipos de ocho jugadoras (dos bases, tres aleros-escoltas y ala-pívots y pívots) con 5.000.000 euros de presupuesto, un mínimo de cuatro españolas y sin más de dos extracomunitarias. En función de las valoraciones estadísticas de las protagonistas (suman los aciertos, como los puntos, rebotes o faltas recibidas, y penalizan los errores, como las pérdidas, las faltas personales cometidas...), su precio subirá o bajará. Si su equipo gana, la puntuación tendrá un bonus del 20%.
Juan Montero, al otro otro lado del teléfono. Ya se entiende la otro foto, ¿no? Foto: Lola Jimena. |
—Hay quien ficha en la Cyber Liga Femenina en función del pelo o el color de piel de las jugadoras... –comenta Marc Doncel.
—Me suena, me suena... –interviene Juan Montero, cuyo único equipo está formado sólo por españolas. "Vieja Gloria me recomendó que no comprase a Ángela Salvadores y lo hice para llevarle la contraria", confiesa. Le ha salido bien la jugada a Juan: "Intento que las jugadoras que ficho tengan más promedio de valoración que las que vendo". Marc las compra teniendo en cuenta sus próximos dos rivales, y suele cambiarlas si son el Uni Girona y/o el Perfumerías Avenida.
Juan Montero (Madrid, 1967) mide 1,75 y jugó a baloncesto hasta casi los 40, cuando se retiró en los campeonatos interempresas. Aunque a veces veía algún partido, se enganchó definitivamente al femenino gracias a los 40 puntos de Ángela Salvadores ante Estados Unidos en el Mundial sub 17 de 2014: "Ahora devoro todos los encuentros que puedo".
La genética acercó a la canasta a Marc Doncel (l'Hospitalet de Llobregat, 1992): alcanza los 2,05 metros. Probó y le gustó. Con cuatro años empezó en el Club Baloncesto Alcobendas y hasta los 21 jugó federado en varios clubes. Marc Doncel lo hace ahora como aficionado en la Liga de Alcobendas. Las ganas de trastear con la cámara le hicieron descubrir el baloncesto femenino. Su primer banco de pruebas, el Cerro del Telégrafo y el Rivas Ecópolis de Clara Bermejo, Queralt Casas y compañía: "El otro día vi aquellas primeras imágenes y... Tela. Eran borrosas, súper oscuras, con mucho ruido...". Nada que ver con las actuales. Jan Montero también es fotógrafo, pero de fauna: "Tengo mucha paciencia. Me paso muchas horas escondido".
Juan Montero, ingeniero agrónomo, y Marc Doncel, informático, se han unido para la Cyber Liga Femenina, que vivió una primera época en BasketMe, con Xavi Garcia, cofundador de BasketMe, como padre de la criatura. Entonces los equipos eran de seis jugadoras.
Los entrevistados se han apañado por su cuenta para desarrollar su propio juego. Aunque, según Juan, "sólo nos conocíamos de Twitter y de refilón", se pusieron rápido manos a la obra. Marc es el flexible, quien mantiene la calma. "Yo soy más un viejo cascarrabias. Marc también hace y deshace, eh", aporta Juan, el culpable de que las jugadoras que empezaron la temporada y ya no siguen en la Liga Día todavía estén en el juego: "Es un homenaje. Son parte de la historia del torneo este curso".
Es el caso de Carolina Esparcia, hasta hace poco capitana del Stadium Casablanca y que se ha retirado para centrarse en sus estudios de Farmacia. Esparcia sigue saliendo en la lista de jugadoras disponibles.
—Tarde o temprano las jugadoras que ya no disputan la Liga Día aparecerán con un escudo gris (y no el de su exequipo), para que quede claro que ya no disputan la competición –promete Juan Montero.
—Todavía no está listo eso –interviene Marc Doncel, que horas después de la entrevista incorpora ese cambio y otros, como las clasificaciones de los equipos del juego que acumulan más puntos, más rebotes, más asistencias... Sacan tiempo de debajo de las piedras para seguir mejorando el proyecto.
Aunque no lo digan, la Cyber Liga Femenina se les ha ido de las manos. Para bien. El objetivo era estrenarla el primer fin de semana de enero, coincidiendo con el inicio de la segunda vuelta. La planificación cambió "por presión popular". Bendito interés, que ha hecho que un proyecto "a largo plazo" no haya dejado de crecer desde una jornada de prueba en la que no hubo estrecheces económicas. El presupuesto por entonces fue de 6.500.000 euros, la misma caja que en el Supermanager, el juego de simulación de la Liga ACB, en el que hay que realizar realizar 11 fichajes y no ocho. Era imposible no montar equipazos, aunque los nombres no siempre aseguran puntos. Es la magia de la Cyber Liga Femenina.
El cambio a 5.000.000 en la caja ha deprimido a más de uno y una. "Te tienes que romper la cabeza para hacer un cambio, pero no tendría gracia que la gente desde el principio pueda fichar a cinco o seis jugadorazas como Shay Murphy, que valen y puntúan más", reconoce Juan Montero, que apunta al futuro: "Hay que buscar soluciones imaginativas. Invitamos a quien juegue a la Cyber Liga que nos haga llegar sus propuestas".
El objetivo del juego es difundir el baloncesto femenino. "Cuantas competiciones femeninas podamos abarcar, en éste u otros formatos, mejor", avanza Juan Montero. "Nos ayudaría que los clubes de Liga Día informasen con detalle de las bajas, dudas y lesiones. No lo hace casi nadie", apunta Marc Doncel. Les encantaría que los clubes cediesen productos de promoción comercial para premiar a los y las mejores de la Cyber Liga Femenina. Sería un buen impulso para un proyecto con mucho muelle, gracias al aliento de grupo de colaboradores: Íngrid López, responsable del diseño; Lola Jimena, autora del logotipo; y del fotógrafo Sergi Fernández, experto en Big Data, y Javi Gallardo, que les ayudan con las matemáticas.
"Nos gustaría que los entrenadores y entrenadoras se impliquen en la Cyber Liga Femenina. Eso daría más vidilla a este juego. Ah, y también que las jugadoras de la Liga Día desvelasen sus equipos", cierra Juan Montero. No sé qué pensarán de esto último Patricia Cabrera, Rosó Buch, Andrea Vilaró y compañía...
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