domingo, 29 de julio de 2007

Levi Leipheimer, ciclista por los esquís

Leipheimer ganó con autoridad la última contrarreloj del Tour. -EFE

Este Tour, el más herido en su orgullo y credibilidad, necesitaba un desenlace como éste. Ansiaba por una resolución lenta e infinita. Y así ha sido. Sólo 23 segundos separan al virtual campeón, Alberto Contador, del segundo, Cadel Evans. Tan sólo 31, algo casi inapreciable tras más de 89 horas de esfuerzo, distancian al primero del tercero, otro corredor del Discovery Channel, Levi Leipheimer, ganador de la última contrarreloj.

Nunca los tres primeros estuvieron tan cerca. Sólo en 1989 hubo menos diferencia entre el ganador y el subcampeón. Entonces Greg LeMond se impuso al ídolo local Laurent Fignon por ¡8 segundos! "
Espero que los jóvenes vean como yo que el ciclismo es bonito y saludable, que lo practiquen o lo sigan por televisión", suspira en alto Contador.

Entre Evans y Contador estaban las apuestas y el ganador final. Nadie parecía contar con Levi Leipheimer (Butte, Montana
, EE UU, 1973), a casi tres minutos del español y a 61 segundos del australiano. Nadie parecía recordar que el corredor estadounidense era el líder del Discovery Channel antes de empezar el Tour.

Con energía ilimitada

Pronto demostró Leipheimer que, al menos, la contrarreloj entre Cognac y Angoulème, de 55'5 km, iba a ser suya. En el primer parcial marcó el mejor tiempo. Acabaría haciéndolo en todos, con alegría, con energía ilimitada. Apretando sus dientes para morder más premio, un segundo puesto. Quizás el de campeón.

Su ritmo, más de 53 kilómetros por hora, era sensacional. Y Leipheimer no escatimó ni en la recta final: se agarró a las manetas, se levantó del sillín y apuró para lograr su primera victoria en el Tour. A la tercera, tras ser segundo en la 16ª etapa, en el Aubisque, ante el expulsado Michael Rasmussen, y en la 11ª de 2006 tras Denis Menchov en Pla de Beret.

Poco después llegaría Evans, desencajado. Totalmente entregado. Demasiado frustrado, no sólo haber sido incapaz de remontar la desventaja con Contador, sino porque incluso pudo perder su segundo puesto. Lo conservó por poco, por tan sólo ocho segundos. Aunque no debe fiarse: quizás mañana Leipheimer se marque un buen sprint en los últimos metros y se aproveche de las bonificaciones.

Para fortalecer sus piernas

Pase lo que pase, el Tour habrá sido un éxito para este veterano corredor estadounidense que empezó a competir con su bici para fortalecer sus piernas, para poder controlar con más precisión sus esquís en los descensos. Porque Leipheimer quería ser esquiador, pero acabó enamorándose de la bici.

No fue hasta 1998, con 25 años, cuando llegó a la élite. Sus buenas actuaciones en su primer equipo, el Saturn, le llevaron, en 2000, al US Postal de Lance Armstrong. En 2001, contra pronóstico, queda tercero en la Vuelta a España, tras el campeón Ángel Casero y Óscar Sevilla. "Hasta hoy ése era mi gran éxito", rememora en la TV francesa Leipheimer. Ahora ya tiene una etapa en una gran prueba y otro tercer puesto.

Su éxito en La Vuelta hizo que le fichara el conjunto holandés Rabobank. Con el maillot naranja debutará en el Tour, en 2002, donde será octavo. En 2004 ganará la Setmana Catalana y decidirá irse al Gerolsteiner, con el que será tercero en la Dauphiné Libéré en 2005 y campeón en 2006. Además de ganador del Tour de Alemania por delante de Jan Ullrich. En Francia, pese a formar parte de los favoritos, no conseguía sobresalir, mejorar su mejor posición,hace dos años.
Algo que sí ha logrado en su retorno al Discovery Channel -antiguo US Postal-.

Un billete de avión

Leipheimer es tremendamente familiar. Le encanta pedalear por Santa Rosa (California) junto a su mujer, Odessa Gunn, a la que conoció en 1997, en unos campeonatos en Philadephia. "Me regaló un billete de avión para que le visitara y nunca nos hemos vuelto a separar", relata Gunn.

El ciclista del Discovery Channel es un apasionado de la bici de montaña y de Internet -aunque en su página web salga aún como corredor del Gerolsteiner-. Subasta sus maillots del Tour para ayudar a un ciclista accidentado y a asociaciones a favor de sus animales preferidos, los gatos. Menos le atraen los caballos, uno, cuando tan sólo tenía dos años, le reventó los intestinos de un golpe. A punto estuvo de morir.

"He hecho la crono de mi vida", prosigue. A unos metros sonríe su director de equipo, Johan Bruyneel. No se ha equivocado con su fichaje. Más serio y oculto está Armstrong, que apenas se deja ver. El heptacampeón del Tour ha seguido la carrera desde el coche del Discovery Channel. Ha disfrutado del triunfo final de Contador -"Lance siempre ha sido un ejemplo de superación para mí; leí su biografía cuando estaba en el hospital y me ayudó mucho"-, y de la victoria de Leipheimer, su sustituto en los Juegos Olímpicos de Atenas. De un hombre que se hizo ciclista por los esquís.


No hay comentarios :