"Tengo una confianza brutal", advertía el miércoles Samuel Eto'o (Nkon, Camerún, 1981) en la zona mixta del Camp Nou tras haber marcado en la Champions ante el Stuttgart. Lo dijo casi siete meses después de su último tanto en partido oficial (ante el Atlético de Madrid el pasado 20 de mayo), casi cuatro meses después de su lesión en el Gamper ante el Inter. En Mestalla ante el Valencia no tardó ni un cuarto de hora el delantero camerunés en confirmar sus sensaciones o más bien su advertencia. Tuvo temple y frialdad para hacerlo. Primero dribló a Iván Helguera, al que dejó a su derecha en el suelo, después frustró a David Marchena. Su tiro, seco y ajustado a la escuadra, le hizo enloquecer. Era el minuto 12 y Eto'o se sentía el de siempre.
Presionaba el delantero camerunés. Gesticulaba porque David Albelda asistió a había lanzado desde fuera del área. No quiere concesiones Eto'o, que volvió a marcar en su segundo tiro. La jugada sintetizó el candidez del Valencia, que asistió a 20 intervenciones de su rival (nueve jugadores diferentes tocaron el balón) y ni siquiera hizo una falta. Xavi Hernández pasó a Lionel Messi, que dejó para Eto'o, que esta vez marcó con la derecha. Cañizares, puro temperamento y líder por convicción, se cayó al suelo: 0-2.
585 minutos sin marcar
Eidur Gudjohnsen, antes repudiado y transferible, ahora solución eficaz en el centro del campo, marcó el último en la segunda parte tras una asistencia de Giovani Dos Santos, sustituto de Messi, que se retiró del campo lesionado y se perderá el clásico ante el Madrid del próximo día 23 por una lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda. El 0-3 rompe la racha del Barça, que no ganaba fuera de casa desde el 29 de septiembre, cuando también se impuso en tierras valencianas, también ante un rival desconcertante, el Levante. El 0-3 amplía a 585 los minutos que hace que el Valencia no marca un gol. No lo consigue desde el 10 de noviembre ante el Murcia (3-0). Ésa ha sido la única victoria de Ronald Koeman en ocho partidos.
Sin duda, el Valencia y Mestalla eran el mejor antídoto para Eto'o y, por extensión, para el Barça, que sólo había ganado un partido fuera de casa. Parece que hayan pasado décadas desde que el conjunto que ahora entrena Koeman ganase una Copa de la UEFA y dos Ligas con Rafa Benítez. Llegó a ser una sólida alternativa al eterno dominio del conjunto azulgrana y del Real Madrid. Ahora, pese a estar cerca de la zona europea, es un equipo muy menor que ha sido goleado en sus enfrentamientos con sus dos teóricos rivales: le han metido ocho goles en su estadio y sólo ha marcado uno. Y en ocho partidos en casa ha recibido ¡18 goles! -seis más que el Barça en total- y sólo ha anotado nueve (siete en sus tres victorias).
Un grupo con miedo
El grupo de Koeman tiene miedo: los jugadores se miran con respeto, se deshacen del balón lo más rápido posible. Cada acción puede conllevar un fallo, y tan y como están las cosas, un error y ante la propia afición aún puede ser aún más humillante.
El exponente del desconcierto del Valencia era la identidad de su jugador más peligroso en los primeros minutos. Que Arizmendi fuese el único que creaba peligro y con ocasiones lejanas y nada claras era tan sintomático como ver a Fernando Morientes desquiciado y defendiendo -le hizo una fea entrada con las dos piernas a Gudjohnsen antes de retirar lesionado-.
Peligro sin querer
Poco cambió el encuentro en la reanudación. El Valencia tenía oportunidades peligro casi sin querer, como en un centro de Joaquín que sorprendió a Víctor Valdés más por el agua y el bote que por la precisión de la asistencia. Como la falta lanzada por Vicente poco después, que nadie llegó a rematar y el portero azulgrana, cándido por una vez, vio cómo le botaba en la cara. Despejó mal y por intuición. No entró por poco.
Vicente podía haber logrado el gol anecdótico, el mal llamado del honor. Porque nadie pensaba en una remontada. Giovani, otra promesa que cada día es más realidad, pudo marcar el tercero. Cañizares tuvo que emplearse a fondo para despejar el excelente tiro de rosca del delantero mexicano.
El premio de Gudjohnsen
Giovani, jugador descarado y alegre, preciso y a la vez eléctrico, se consagró en Mestalla tras ceder protagonismo durante semanas a Bojan. El delantero encaró a Cañizares y en lugar de chutar asistió a Gudjohnsen, que remató sin oposición. Era el justo premio a su excelente partido en el centro del campo. El jugador islandés se fue corriendo al banquillo para abrazar a Ronaldinho, que por tercer partido consecutivo fuera de casa, no salió de titular. Esta vez ni tan siquiera jugó.
Poco después Bojan entró por Eto'o. Y el delantero catalán y Giovani se repartieron las últimas oportunidades. Al mexicano le pudo la ansiedad. Empieza a obsesionarse con el gol, como Eto'o, que confirmó que está en forma, que está recuperado. Parece ser el de siempre.
2 comentarios :
No quiero ir de listo, ni ser un aguafiestas, pero para mí este partido no ha sido del todo positivo. El Barça se lo creido un poquillo, el Valencia está totalmente desestructurado (tiene a su columna vertebral pidiendo el inserso...) y nadie parece recordar que a duras penas ganamos al depor en casa...
lo peor de todo: Messi lesionado. Me apuesto lo que sea a que dura más de 1 mes... Messi no puede aguantar una temporada sin lesionarse, después de todo, sus problemas anatómicos son los que lo llevaron al barça verdad? :-)
un abrazo!
Totalmente de acuerdo, fujur. El Valencia parecía un equipo que lucha por el descenso. Era incapaz de combinar, sólo creaba peligro por casualidad y según una estadistica de TV3 ha tenido hasta 14 minutos menos la pelota (lo de siempre, tanto da si se tiene con criterio). El partido ha servido para que Eto'o confirmase su recuperación y para que Bojan y Giovani sigan desfogándose. ¿Y ante el Madrid? ¿Se atreverá Rijkaard a sentar a Ronaldinho? Complicado lo veo, por mucho que hoy no haya jugado. Messi se lo pierde seguro. Estoy contigo tiene pinta de perderse más de un mes. Como no se recupere antes de que Eto'o se vaya a la Copa África... el Barça lo pasará mal.
Sobre el partido del Depor tan sólo planteo una pregunta: ¿cuántos partidos ha ganado el Barça de Rijkaard en casa remontando por un penalty?
Un saludo!
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