Cuenta Valentino Rossi (Urbino, 1979) que no hay mejor victoria que la que se consigue en la última vuelta y tras un duelo agotador. “Realmente es excitante”, zanja Il Dottore, que en Phillip Island logró su anhelo a medias. Frenando por dentro Rossi superó a Nicky Hayden, su rival en tiempos peores. La acción, que premiaba su incansable persecución al estadounidense durante 14 vueltas, no le permitió redondear otra de sus grandes remontadas y acabar en lo más alto tras haber salido desde muy detrás, el 12º. Porque cuando Rossi cruzó la línea de meta hacía seis segundos y medio que había ganado Casey Stoner, que en Australia, en su casa, había sido un ciclón sin rival tras partir con la octava pole. El campeón de 2007 rompió la racha de cinco triunfos consecutivos del italiano y, a falta de dos pruebas, casi se asegura el subcampeonato, especialmente tras la caída de Dani Pedrosa en la primera vuelta. Hayden completó el podio y Lorenzo repitió su cuarto puesto en Japón.
“Era el mejor resultado posible”, asentía, con una sonrisa, Rossi, consciente de que había hecho una carrera de acorde con sus posibilidades. Stoner fue inalcanzable durante toda la prueba, su ritmo era tan alto que en la primera vuelta ya acumulaba un segundo sobre Hayden. Así que Rossi, con molestias en las cervicales tras su caída en los entrenamientos, minimizó sus objetivos y trabajó a destajo para lograr, como mínimo, una plaza en el podio.
El piloto de Yamaha completaría el primer giro octavo, beneficiado por las caídas de Pedrosa –“se me ha ido la rueda trasera. Ha sido error mío, nadie me ha tocado”; el catalán tiene una leve contusión en la rodilla izquierda– y de Alex de Angelis. En el ecuador ya mantenía un bello duelo con James Toseland, uno de los pocos que ha sido capaz este año de aguantar sus ataques. Lo consiguió en la primera prueba, en Qatar. Superado Toseland a la segunda, Il Dottore se propuso alcanzar a Hayden, que rodaba a cinco segundos. Acabaría consiguiéndolo como más le gusta, en el epílogo.
Escenario propicio
En los últimos metros Rossi ha conseguido algunas de sus victorias más épicas y polémicas. Curiosamente, en Phillip Island protagonizó dos de las más recordadas y ante sus dos máximos enemigos. En 2001 ganó la carrera y se proclamó por primera vez campeón del mundo de 500cc tras superar en la última curva de la última vuelta a Max Biaggi. Il Dottore lo rememora en su biografía: “Sentí que mi codo izquierdo rozaba con su Yamaha, primero con el escape, luego con el neumático trasero. Estaba corriendo un gran riesgo, claro que sí. Pero tenía hacerlo”. Según continúa, esa maniobra, pasar por fuera, era la única forma de quedarse por delante de su compatriota tras salir de ese punto. “Llegamos abajo lado a lado, yo entré primero en la cerrada curva de derechas y me mantuve delante en la larga de izquierdas que sigue”, recrea el italiano.
En el mismo punto del circuito de Phillip Island y tres años después, en 2004, Rossi volvió a proclamarse campeón del mundo y ante otro de los centros de sus críticas: Sete Gibernau. Esta vez el adelantamiento fue aún más arriesgado y disputado. “Quise asegurar la victoria un poco antes”, recuerda, mientras añade el piloto de Yamaha, que añade que “Gibernau alargó su frenada y me cerró el paso, así que llegamos a lo alto de la colina pegados”. El catalán se metió “demasiado de prisa” en la curva mientras que Rossi entró “justo a la velocidad adecuada” y le pasó “yendo hacia la última curva cerrada, de derechas”. Así completó su gran proeza: demostrar que podía ganar con una moto que no fue la imbatible Honda.
Il Dottore siempre explica que esos dos títulos han sido los más disputados de su carrera. Y que esa larga curva de izquierdas es “una de las más bonitas, rápidas y difíciles en todo el Mundial. Tienes que ser muy preciso y sensible”. En esta ocasión, tras haberse proclamado campeón en Japón, Rossi no necesitó un adelantamiento tan complejo en ese tramo tan mitificado para cumplir su objetivo y superar a Hayden.
El estadounidense no parecía demasiado decepcionado de haber perdido la segunda plaza en la última vuelta, así que quiso agradecer “el trabajo del equipo” y lamentó que “la única pena era que tenía el neumático trasero demasiado blando”. Sí que estaba enfadado Lorenzo, que tiene una ambición similar a la de Rossi y reconoció que “quizás he comenzado demasiado agresivo”, pero celebró “formar parte de la lucha de cabeza”. El mallorquín es, tras el italiano, el piloto que más puntos ha sumado en las cuatro últimas carreras (62 por los 58 de Stoner o los 35 de Pedrosa). “¿Que si ha cambiado algo? Nada, no se ha modificado nada. Siempre he sido consistente y rápido, la única diferencia es que hoy no he tenido problemas”, se defendió Stoner, que en Australia se convirtió en un ciclón.
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