Este Mundial es tan imprevisible e igualado como el anterior. Imprevisible porque, como en 2007, acoge a otro candidato a falta de dos carreras. Si entonces apareció Kimi Raikkonen, el inesperado campeón, ahora el protagonista es Robert Kubica. Igualado porque el campeonato no cuenta con un piloto sólido que no falle en los momentos clave y muestre un mínimo de regularidad. El líder, Lewis Hamilton, ni tan siquiera puntuó en el circuito de Fuji tras ser sancionado con un drive through por una salida horrorosa y temeraria, impropia de un corredor de élite. Su perseguidor, Felipe Massa, tampoco estuvo a la altura en el GP de Japón. El piloto de Ferrari no pudo contenerse cuando el británico le adelantó y recuperó su quinta plaza de forma peligrosa por la chicane, con colisión incluida. Massa también fue penalizado con el mismo castigo, pero consiguió acabar octavo en la carrera. Finalmente avanzó una plaza tras la decisión de la FIA de castigar con 25 segundos a Sébastien Bourdais por otra acción polémica tras la salida de boxes. Hamilton sólo le lleva cinco puntos al brasileño y 12 a Kubica, que acabó segundo en Fuji. Es una lucha de despropósitos. Porque en este tramo final de temporada la atracción, el referente, es Fernando Alonso, quien hace unas semanas hablaba de sumar puntos y experiencia. “Dábamos por perdido y casi por muerto al coche, pero ahora los resultados están llegando y hay que disfrutarlo y ser feliz”, se congratuló el asturiano, que en Japón logró su segunda victoria consecutiva. Un triunfo más especial que el de Singapur “porque no pasó nada extraño, ni salió el safety car ni sucedieron cosas peculiares”.
No necesitó Alonso circunstancias especiales para lograr su segundo triunfo del año, los mismos que lleva Raikkonen, que pese a acabar tercero ya no puede revalidar el título porque como mucho podría sumar 20 puntos más y su desventaja es de 21. Le ha costado disfrutar con el R28 al piloto español, que elogió a su equipo “por el gran trabajo realizado para resolver los problemas”. Alonso subrayó que puede que el Renault sea el tercer monoplaza más rápido de la parrilla, sólo por detrás de Ferrari y McLaren. Algo impensable hace semanas y que ha sido posible por la mejora en la suspensión trasera y delantera, en la tracción, así como los cambios en el alerón delantero. Su compañero Nelsinho Piquet acabó cuarto, así que la escudería francesa sumó 15 puntos.
Estrategia y buena salida
No necesitó Alonso circunstancias especiales para lograr su segundo triunfo del año, los mismos que lleva Raikkonen, que pese a acabar tercero ya no puede revalidar el título porque como mucho podría sumar 20 puntos más y su desventaja es de 21. Le ha costado disfrutar con el R28 al piloto español, que elogió a su equipo “por el gran trabajo realizado para resolver los problemas”. Alonso subrayó que puede que el Renault sea el tercer monoplaza más rápido de la parrilla, sólo por detrás de Ferrari y McLaren. Algo impensable hace semanas y que ha sido posible por la mejora en la suspensión trasera y delantera, en la tracción, así como los cambios en el alerón delantero. Su compañero Nelsinho Piquet acabó cuarto, así que la escudería francesa sumó 15 puntos.
Estrategia y buena salida
La estrategia y una buena salida bastaron a Alonso para ser el mejor en un circuito que no le beneficiaba. Realizó el primer repostaje dos vueltas después que Kubica y exigió poner menos combustible para reincorporarse a la carrera por delante del piloto de BMW. Su idea salió a la perfección y ya no tuvo problemas para conservar la victoria. Alonso ya había hecho lo más complicado, adelantar entre el caos que generó Hamilton en el inicio. “La salida ha sido lo más emocionante”, corroboró el propio Alonso, que se puso segundo tras Kubica, que partía sexto. Fueron los grandes beneficiados del esperpento protagonizado por el líder del Mundial. Parece que Hamilton vuelve a las andadas y comete errores propios de un piloto mediocre. Su salida fue horrorosa: apuró demasiado la frenada, perdió la primera posición y obstaculizó a varios coches. Así que tras la primera curva David Coulthard ya se había estampado contra el muro y Kazuki Nakajima había perdido el alerón delantero. También impidió la progresión de los Ferrari, aunque Massa fue capaz de adelantarle al final y Raikkonen se puso a su rueda.
Hamilton no dudó en intentar superar al brasileño en la curva 11. Lo consiguió, pero Massa, en una acción arriesgada, le superó y chocó contra él. Tras la colisión el piloto de McLaren tuvo que pasar por boxes y ocupó el último lugar. En unos minutos había pasado de ser el hombre pole a estar a 52 segundos del líder, Kubica. Alonso era el único que podía seguir el ritmo del polaco.
Bourdais, castigado
Hamilton no dudó en intentar superar al brasileño en la curva 11. Lo consiguió, pero Massa, en una acción arriesgada, le superó y chocó contra él. Tras la colisión el piloto de McLaren tuvo que pasar por boxes y ocupó el último lugar. En unos minutos había pasado de ser el hombre pole a estar a 52 segundos del líder, Kubica. Alonso era el único que podía seguir el ritmo del polaco.
Bourdais, castigado
Sancionados Massa y Hamilton, la emoción en la lucha por el Mundial empequeñeció. La incertidumbre se redujo a que el brasileño consiguiese puntuar, algo a lo que no podía aspirar el primer piloto de McLaren (el segundo, Heikki Kovalainen abandonó por romper el moto, algo que no sucedía en la escudería británica desde el GP de Italia de 2006). Massa lo intentó sin miedo y con mucho riesgo: superó a Jenson Button y casi se chocó con Bourdais cuando éste salía de boxes. Tras la carrera la FIA decisió sancionar por dicha maniobra al piloto de Toro Rosso, que había acabado sexto, un puesto que finalmente fue para Sebastian Vettel. Y Massa, que había finalizado octavo tras otro adelantamiento al límite a Mark Webber, se encontró con un punto más, con una inesperada séptima posición -"este resultado no es tan malo"-. El castigado, Bourdais, fue contundente: "Él no cedió en ningún momento y giró como si yo no estuviera en la curva. Eso es propio de alguien peligroso y que no sabe pilotar".
Más contento se mostró Alonso, que dijo estar "en una nube" y prometió "ayudar a Massa si es posible" (la euforia no borra las viejas rencillas). "¡Cerveza para todos!", sugirió a los miembros de su equipo tras completar primero el circuito de Fuji. Una invitación típica que premia una remontada atípica de una escudería que hasta hace semanas tenía un coche para aspirar a la sexta plaza. Ahora sus perspectivas son muy distintas.
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