El antepenúltimo del pasado Mundial es el primer líder de éste. Un piloto que en diciembre estuvo en el paro es ahora la referencia de la Fórmula 1. Jenson Button (Frome, Somerset, Gran Bretaña, 1980) ha pasado de ser el gran olvidado del deporte británico a quitarle protagonismo a su predecesor, Lewis Hamilton. Méritos que merece tras haber ganado con facilidad el GP de Australia. Mito sexual de adolescentes y piloto correcto (sólo había ganado el GP de Hungría de 2006) Button era un corredor de relleno, hasta el punto de que el curso anterior tan sólo sumó tres puntos, un registro que sólo empeoraron los dos Force India, Giancarlo Fisichella y Adrian Sutil, que se quedaron sin puntuar. “Hacía demasiado tiempo que no tenía un coche competitivo”, dijo, emocionado, el piloto tras lograr la pole en el circuito de Albert Park, la primera en tres temporadas. Mientras, el Gran Circo, sacudido por la crisis económica y los cambios realizados, rechazados e impugnados, recela en general del éxito de Button, de su compañero Rubens Barrichello (segundo en Melbourne), y, por extensión, del artífice, Ross Brawn. Ven con malos ojos el nuevo milagro del jefe de la nueva escudería de la parrilla, Brawn GP, heredera de la desaparecida Honda y formalizada hace tan sólo 23 días. Varios equipos consideran ilegal que utilice dobles difusores, como también hacen Toyota y Williams. El 14 de abril la Corte de Apelación de la
La historia de la nueva escudería representa un éxito tan repentino como bien planificado. Brawn trabajó en el nuevo
"Nunca me ofrecieron un coche ganador”
El caso Barrichello (Sao Paulo, Brasil, 1972) no se sale de la singularidad que caracteriza al equipo que lidera el Mundial. Fiel (y obligado) escudero de Michael Schumacher, el brasileño siempre fue un segundón para Ferrari e incluso tuvo que dejarse adelantar por su compañero en el GP de Austria de 2002, una de las acciones más bochornosas de la historia de la Fórmula 1. Cansado de no ser tenido en cuenta y con la esperanza de tener protagonismo se fue a Honda a finales de 2005, pero “nunca me ofrecieron un coche ganador”. “He tenido que esperar mucho tiempo para tener un monoplaza con el que hacer grandes cosas”, añade Barrichello, al que Honda no le había renovado el contrato y estaba sin equipo (la idea de la escudería japonesa era darle el volante a Bruno Senna, sobrino del mito brasileño). Durante estos meses mantuvo el contacto con Brawn, que finalmente le escogió como segundo piloto. O como primero. No parece que haya privilegios en Brawn GP.
En Australia el nuevo equipo triunfó por todo lo alto. Un éxito propio reforzado por el gran fracaso de otros, como los Ferrari. Massa abandonó a 12 vueltas por problemas mecánicos tras rodar tercero casi toda la carrera y tras una gran salida, en la que Barrichello salió tarde y mal y Alonso perdió tres puestos (bajó al 13º puesto) por verse implicado en un accidente. Para accidente el de Sebastian Vettel y Robert Kubica. El alemán se abrió demasiado para cerrar la progresión del polaco y defender la primera plaza, y ambos acabaron abandonando. Vettel, que se disculpó –“lo siento por Robert, no era mi intención”– fue sancionado con 10 puestos en el GP de Malasia. Un percance que benefició a Hamilton, que se puso tercero, hasta que Trulli le adelantó con el coche de seguridad en pista, tras otro incidente, esta vez de Raikkonen –“asumo mis culpas”–. El italiano también fue castigado y el actual campeón completó el podio imaginariamente, porque la decisión se tomó minutos después de la ceremonia.
La carrera –“caótica”, como bien definió Alonso– pareció ser una demostración de que con las nuevas modificaciones (como la reducción aerodinámica o los neumáticos lisos) la Fórmula 1 se presta a más adelantamientos y cierta incertidumbre, aunque el circuito de Albert Park tampoco es el circuito ideal para sacar conclusiones. Es uno de los trazados más comprometidos del Mundial y donde suele haber más abandonos. En 2008, 15. En esta ocasión siete pilotos no completaron todas las vueltas. La importancia del sistema KERS tendrá que esperar. “Me ha servido de muy poco”, aclaró Alonso, uno de los pilotos que utilizan el KERS (Sistema de Recuperación de Energía Cinética). Mientras tanto, domina Brawn GP.
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