Un hueso minúsculo era la comidilla en los boxes y un tema capital en cualquier tertulia de MotoGP, la competición de motos mayúscula. Los focos estaban justificados: el tamaño del escafoides es inversamente proporcional a su importancia en el funcionamiento de la muñeca. Y ahí entraba Casey Stoner (Southport, Australia, 1985), el gran dominador de la pretemporada, vencedor sin problemas en el GP 0 en Jerez y quien ostentaba la pole en el GP de Qatar. Se dudaba de que el campeón de 2007 resistiese el dolor en el escafoides de su muñeca izquierda, que se operó a principios de noviembre tras advertir tres meses antes en Misano (GP de San Marino) que el hueso se le había desoldado (ya había sido intervenido en 2003, cuando el piloto competía en 125cc). Stoner no había completado más de ocho vueltas al circuito de Losail durante el fin de semana y en los tests previos había hecho entre cinco y seis vueltas. ¿Era una cuestión de incapacidad o de precaución? Las dudas tardaron en resolverse más de lo habitual. Un tremendo temporal, un diluvio inoportuno (¡en el desierto!), pospuso un día la carrera de MotoGP (además de reducir la de 125cc a tan sólo cuatro vueltas y a sólo 13 la de 250cc). No hubo rebajas en la categoría reina. Ni en cuanto a vueltas recorridas (22). Ni en cuanto a autoridad. Stoner se comportó como es habitual cuando parte desde la primera posición: mantuvo su lugar en la salida y se alejó con facilidad. En el segundo giro ya aventajaba en casi tres segundos a Valentino Rossi, su inmediato perseguidor, que había tenido que adelantar a Jorge Lorenzo y a Loris Capirossi. Y, sobre todo, no cedió Stoner cuando, en la novena vuelta, Il Dottore llegó a situarse a menos de dos segundos. Ése fue el punto de inflexión del australiano para aumentar la renta hasta los 7’7sg finales. Todo un mundo con el octacampeón mundial. A Lorenzo, tercero, le sacó 16’2sg. Lejos, muy lejos, quedaron el resto de pilotos españoles: Toni Elias fue noveno, Dani Pedrosa, 11º, y Sete Gibernau, en su retorno al Mundial, 13º.
“En esta pista la adherencia no es la mejor. La moto se movía un poco, pero probablemente gracias a mis años de dirt track (disciplina en pista de ceniza o arena en la que constantemente se derrapa) me sintiera mejor que otros pilotos”, analizó Stoner, que ya ha ganado 17 carreras en MotoGP, tres de las últimas cuatro (también se impuso en Australia y en Valencia el curso pasado). En Losail el líder de Ducati demostró que es el principal candidato para impedir que Rossi revalide el título. No se precipitó como el año pasado cuando Il Dottore le remontaba ventajas casi insalvables y acababa adelantándole (el recuerdo de Laguna Seca es imborrable). “Fui demasiado confiado, pero he aprendido a ser más agresivo y a arriesgarme más”, conviene ahora Stoner, que festejó su triunfo como suele hacer, besando a su mujer Adriana.
Lorenzo-Dovizioso
Satisfecho, muy satisfecho estaba Rossi, consciente de que Stoner era el “más rápido aquí” y obligado a optar por una estrategia sensata: “Me he divertido mucho en la primera parte de la carrera y he conseguido acercarme, pero no podía continuar mucho más a ese ritmo. He preferido asegurar el segundo puesto, los 20 puntos”. El italiano felicitó con un frío apretón de manos a su compañero Lorenzo, al que ve como competidor a corto plazo. Giorgio –“he ido bastante más lento que Stoner y Rossi, pero estoy contento”– es un piloto renovado. Dice ser más libre que nunca tras romper con su representante de siempre, Dani Amatriaín, y más experto tras su primer año en MotoGP. Confiesa Lorenzo que llegó a pensar que era de acero y no le dio suficiente trascendencia a las caídas. En Qatar y por unas vueltas, el balear retrocedió en el tiempo y repitió su gran duelo en 250cc con Andrea Dovizioso, al que arrebató dos Mundiales. Esta vez, al final de una recta, en uan curva de derechas, le quitó la tercera posición (Dovi sería finalmente quinto).
Lorenzo no acusó el cambio obligado de neumáticos y se ha adaptado rápido a los Bridgestone. Mayores problemas tiene su enemigo popular, Pedrosa. El piloto de Honda está mermado tras su última operación y se recupera de sus lesiones en el antebrazo y en la rodilla izquierda, consecuencias de su caída el pasado 2 de marzo precisamente en el circuito de Losail. Donde también se ganó otro enemigo para siempre: Alex de Angelis, que le adelantó en su maniobra muy arriesgada cuando rodaba sexto y llegó a golpearle. “Me ha abordado para cerrarme. No ha tenido ningún respeto, pero la vida le devolverá el favor”, denunció Pedrosa. “Cuando terminaba de adelantar la moto se ha levantado y le he tocado. Lo lamento porque sé que tiene problemas con una rodilla y espero que no se haya hecho daño”, replicó el infractor, llamado a capítulo por los comisarios de carrera, que sólo le advirtieron verbalmente por la polémica acción. Ajeno a dicha pelea estaba Gibernau, quien tras su retirada en 2006 volvió a disputar un GP con una Ducati, en el Francisco Hernando Team. “He sufrido muchísimo, pero estoy muy satisfecho. El resultado (13º) es mucho mejor del esperado. Pensábamos que quizás no acabaríamos”, dijo el que fuera el gran rival de Rossi. Ahora los tiros van hacia Stoner, que en Qatar despejó las dudas sobre su escafoides y logró otro triunfo incuestionable.
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