Los cumpleaños de la mayoría de deportistas suelen transcurrir entre entrenamientos, competiciones y partidos. Es el sino de su profesión, pero también algo que formaba parte de los sueños que recreaban cuando, pequeños o adolescentes, soplaban las velas de la tarta. Juan Carlos Navarro (Sant Feliu de Llobregat, 1980) tuvo esas inquietudes desde siempre y en su 29º aniversario quiso permitirse un autoregalo, otro triunfo en Vitoria que le acercase a su quinta Liga con el Barça. Pero La Bomba se quedó demasiado solo en su proyecto. Sus 21 puntos fueron un oasis en la nada, pues ninguno de sus compañeros alcanzó los diez. Ni siquiera David Andersen (nueve), el mejor del primer partido, e irregular, como su equipo, en el segundo. La imagen del éxito correspondió al Tau, que ganó por 75-67 y viajará a Barcelona con la final igualada, pero con hasta tres jugadores con evidentes problemas físicos. Al hombro izquierdo de Tiago Splitter se le sumaron la cojera de Sergi Vidal y el esguince de tobillo de Mirza Teletovic. Los tres fueron decisivos para los locales, que recuperaron a Pete Mickeal (19 puntos) y disfrutaron del tirador más regular del curso: Igor Rakocevic (22).
Más allá de su efectividad, el Tau acabó decidiendo un partido igualado por matices. Por matices decisivos. Porque los rebotes no son una cuestión baladí y pueden cambiarlo todo. Como el de Teletovic, que capturó uno ofensivo fundamental, definido así por las circunstancias: Rakocevic acababa de fallar dos tiros libres. La jugada resultó balsámica para el Tau y para Rakocevic, que justo después anotó dos triples consecutivos para replicar la última canasta de Navarro (68-57 a 2m58s). Desactivado el exclusivo revulsivo del Barça en el partido, apareció Jaka Lakovic, con su ceja cosida diez veces y su muñeca perfectamente engrasada. Con dos triples el esloveno redujo las diferencias (71-67 a 1m), pero otro rebote ofensivo de Pablo Prigioni resultó clave. El propio argentino decidiría el partido desde la línea de personal.
Falta de puntería
Existen varios caminos para llegar a un resultado parecido, diversos esquemas para alcanzar un mismo argumento. Como en el encuentro precedente fue el Tau el que empezó mejor. Si el jueves había cargado el rebote para llegar a por once puntos (21-10), esta vez logró una máxima renta casi exacta (19-9 a los 8m25s). Con la diferencia de que no falló tantas opciones (19-9 a los 8m25s) y, eso sí, con los mismos anotadores de entonces, Rakocevic y Will McDonald. Como en el encuentro anterior, el Barça tuvo evidentes problemas ofensivos, aunque en esta ocasión no se debían a su inferioridad en el rebote (Ersan Ilyasova jugaba de tres, más centímetros), sino a su falta de puntería. Sólo Navarro, que sumaba anotó siete, parecía entender en qué consistía meter una canasta.
El segundo cuarto también fue ciertamente similar al del primer partido de la serie. Si en el anterior había brillado Andersen, esta vez quien impulsó al Barça fue Víctor Sada. Las circunstancias (las dos personales de Lakovic) así lo requirieron, pues es más fácil que un meteorito caiga en la Tierra que Andre Barret disponga de una oportunidad en un partido decisivo. Sada se olvidó de la reticencia que suele tener antes de tirar y guió con acierto a su equipo con cinco puntos, que coincidieron con los peores momentos del Tau. En menos de dos minutos, los locales perdieron desperdiciaron cuatro ataques consecutivos en los que no llegaron a tirar. La sangría empezó cuando Sada le quitó un balón a Prigioni, que le hizo falta y se fue al banquillo. O lo que era lo mismo: vía libre para el azulgrana porque quien sustituyó al argentino, John Lucas, es más tirador que guía. El recién llegado perdió dos pelotas seguidas (la otra había sido de Rakocevic por pisar la línea). Puro desastre local para un parcial de 0-10 para los visitantes (26-27 a los 15m22s) tras un triple de Ilyasova, muy errático todo el partido (2/9). Ésa fue una de las últimas jugadas de la primera parte que vio Teletovic sentado en el banquillo. El MVP de la Copa del Rey, hundido, pensaba que no podría volver a jugar tras haber pisado mal y retorcerse de dolor en el vestuario. Teletovic se retiró cojeando a los vestuarios. El Tau perdía a una pieza esencial, mientras el Barça recuperaba otra vez al mejor Navarro, al que replicaron tanto Rakocevic como Prigioni para cerrar la primera mitad con empate a 33.
El obligado descanso le sentó de maravilla a Fran Vázquez, como si se hubiese metido en una bañera llena de sales y hubiese olvidado de su dudas iniciales (0/4). El ala-pívot empezó el tercer cuarto con dos canastas consecutivas y un par de tapones. En el barça se repartían el protagonismo y el Tau adaptaba sus circunstancias a las del partido: Vidal jugaba de base y Teletovic reapareció ante el éxtasis general. El pívot bosnio aumentó los decibelios del Buesa Arena tras meter un triple en su primera acción. Una jugada que de nuevo ponía por delante al Tau (45-42 a los 25m22s). El mensaje parecía claro: nadie gana a gladiadores al conjunto de Dusko Ivanovic. “Es algo que encontré cuando llegué. La gente y el club son muy agresivos y ambiciosos”, definió después Rakocevic en TVE a nuestra compañera Virtudes Fernández. Muchos definen la actitud del Tau como Carácter Baskonia. Gente como Vidal o Fernando San Emeterio, omnipresentes en defensa, o la fortaleza de Pete Mickeal lo corroboran.
Más de cinco minutos duró el colapso el Barça. Un paréntesis demasiado grande que cerró con un triple Andersen, al que se le había anulado injustamente una canasta anterior. Splitter aportaría cuatro puntos imprescindibles y Navarro sumó su último triple. Llegarían los rebotes ofensivos decisivos de Teletovic y Prigioni, los triples de Rakocevic y Lakovic. Pero al final el Tau logró su cometido e igualó la eliminatoria, dejando a Navarro sin autoregalo.
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