Suele decirse que la principal fuerza del odio reside en el amor procesado, que sólo se odia a alguien al que se ha amado anteriormente. Ricky Rubio (El Masnou, 1990) volvió a soportar los abucheos de la gran mayoría de los seguidores del DKV Joventut, club en el que se formó y del que partió este verano al Barça, el rival histórico. Casualidades del calendario, Ricky estrenó el palmarés con su nuevo club ante el antiguo, aunque no se salió de la pauta general y tuvo un papel discreto en una final raquítica de la Lliga Catalana (38-62), caracterizada por los tics propios de estas alturas y protagonizada por dos equipos todavía muy verdes. En el Palau Sant Jordi hubo más morbo por el pasado de Ricky que juego y acierto. La Penya, por ejemplo, sólo anotó 25 puntos en tres cuartos, los mismos que metió el Barça en el último, todo un lujo en un encuentro tan rácano. “Es importante ir sumando títulos”, dijo para TV3 Ricky (ocho puntos y cinco asistencias), que fue designado finalmente MVP de la final con el marcador más minísculo de la historia. De un torneo que el Barça ha ganado ya en 13 ocasiones, pero que no lograba desde 2004. Precisamente el año en el que consiguió por última vez su próximo reto, la Supercopa ACB.
Sean cuales sean los estilos de los equipos, en el básket los contraataques son una jugada habitual, pero en la final de la Lliga Catalana fueron tan contados e inesperados como las acciones puntuales, como el triple desde su campo de Valters ante el Básquet Manresa en semifinales. Tuvieron que pasar 30m 16s para que se viese la primera contra, culminada por Roger Grimau y resumen exacto de un partido de muchas prisas y muy poco juego. Aunque esa acción arregló mínimamente el panorama y marcó el inicio de un final realmente bueno de un Barça, que deshizo como quiso la zona planteada por Sito Alonso. El conjunto azulgrana resquebrajó la defensa verdinegra con los pívots, bien buscados tanto por Sada como por Ricky, que se gustó. El base del Masnou, en la foto más significativa del partido, le robó la pelota a Valters, el heredero del 9 en el DKV Joventut, y asistió a Ndong (10 puntos) para que éste machacase. Inmediatamente después Ricky anotó un triple y respiró relajado: había solventado su primer reencuentro con su ex equipo. En el Olímpic de Badalona el recibimiento será mucho peor.
El triple de Basile
El Barça compareció precipitado, con una defensa inocente y un ataque inoperante. Un comienzo histórico, pues en los primeros seis minutos perdió cuatro pelotas y sólo anotó un triple de Basile. La acción más recurrente para cuando los jugadores naufragan en la teoría y se pierden en la práctica. La pájara fue puntual y poca representativa porque el DKV Joventut tampoco ofrecía apenas cosas positivas, aunque al menos intentaba jugar a la contra (sin éxito), tenía cierto orden defensivo y Sonseca sabía gestionar situaciones al límite (9-3 a los 6m 19s).
Entre tanto desconcierto y desacierto, el partido ganó en interés en cuanto apareció Ricky. El público expresó su opinión, distribuida entre el calor de sus nuevos aficionados y los reproches de los que hace unos meses le idolatraban y ahora le consideran otro traidor. Al jugador le costó centrarse, pero se permitió un autopase de espaldas casi nada más entrar. Ricky y especialmente Roger Grimau (jugando de base durante un buen rato) mejoraron al Barça, que logró un parcial de 0-14 (18-22 a los 15m 34s) ante una Penya desencajada que estuvo más de nueve minutos sin anotar ni una canasta. Cortó la racha Tripkovic, autor de los cinco puntos de su equipo en el segundo cuarto y que acabó como máximo anotador del partido con 14. Esta vez no encontró la complicidad de Tucker, convertido en un tirador sin criterio y temple (cuatro puntos, 2/13 en tiros de campo, 0/7 en triples). Parte del mérito correspondía a Basile, uno de los jugadores que más y mejor defiende en Europa (23-31 al descanso).
En la reanudación el partido pasó a ser un correcalles escolar, repleto de pérdidas (el Barça regaló tres pelotas consecutivas). Sólo hubo dos grandes noticias en el tercer cuarto: Lorbek anotó la única canasta en juego de los azulgrana y el DKV Joventut celebró que hubiese más jugadores capaces de anotar además de Tripkovic, en el banquillo con tres personales. Valters, Koffi y Tucker redujeron las distancias (32-37 a los 26m 50s). Ninguno de los dos equipos anotó más en dicho cuarto y el Barça concluyó su participación en la Lliga con un final más que notable. “Hacía tiempo que no ganábamos este trofeo. Vamos a por lo que se nos ponga por delante”, desafió Sada.
3 comentarios :
Hola. Me gusta el blog. Si quieres, intercambiamos links.
Saludos desde La Escuadra de Mago
el partido ha sido "una costellada", va camino de parecerse, cada día más, a la "Cataluña Cup" de Fútbol....
Creo que este barça es de los mejores que se han visto... (quizá no me convezca que haya jugadores de EEUU, no por raza o fobia al país, sino porque son jugadores que no han podido ir a la NBA a diferencia de otros como Lorbeck o Ricky que son de lo mejor de sus respectivos países).
cuídate crack! AUPA HOSPI!
@Magortiz, ya me pasé por tu blog. Está bastante trabajado. Ya formas parte de la lista de páginas recomendadas ;)
@Fujur, el partido, como dices, ha sido malo, malísimo. Horrible. Sólo se ha salvado el último cuarto del Barça. Aparentemente los azulgrana han fichado muy bien. Si Ricky no se pierde demasiado y Lorbek se adapta rápido aspirarán a todo.
Cuídate también y a seguir escribiendo, que lo bordas ;) Te cojo el testigo: aupa Hospi!
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