De MVP a MVP. Los éxitos del Barça pasan irremediablemente por su jugador franquicia. Cuando Juan Carlos Navarro (Sant Feliu, 1977) decida concluir su trayectoria como deportista seguramente verá colgada su camiseta con el 11 cada vez que vaya al pabellón azulgrana. Sería el detalle lógico para uno de los jugadores que mejor ha entendido la filosofía del club. La Bomba fue el gran protagonista de la pasada Liga ACB ganada en el Palau ante el Caja Laboral y resultó de nuevo decisivo para obtener el primer trofeo de la temporada, la Supercopa, en un partido tremendamente igualado contra el Real Madrid (86-82). Navarro fue el escogido el mejor con 22 puntos (5/7 en triples) y desatascó a su equipo en un momento comprometido del último cuarto, poco después de que Ricky Rubio pusiese por delante al Barça tras estar por debajo desde el segundo cuarto. Luego, con 84-82, a 17’3 segundos del final, falló dos tiros libres, pero Pablo Prigioni perdió una pelota absurda, Erazem Lorbek (inmenso, 12 puntos, los cuatro últimos decisivos) capturó el rebote y Pete Mickeal aseguró la victoria con un mate. La segunda Supercopa en la historia del Barça tras la lograda ante el mismo rival en 2004.
Navarro estuvo inmenso en el inicio. Hasta 14 puntos anotó sin falló en el primer cuarto, dividido en dos grandes parciales para ambos equipos (8-2 y 3-13). Entre uno y otro, el tiempo muerto preciso y efectivo de los entrenadores, primero Ettore Messina, después por Xavi Pascual. Comenzó el Barça con Boniface Ndong muy contundente (siete puntos casi seguidos, pero se fue al banquillo con dos personales a los tres minutos) y con Navarro anotándolo todo. El conjunto azulgrana gestionaba bien las situaciones límite y rozaba la perfección en los triples (6/8 en los primeros diez minutos). Apagado Louis Bullock (sólo siete puntos), fueron dos bases, Prigioni y Sergi Llull, quienes rescataron al Madrid.
Garbajosa, líder
El guión, el de clásico partido de fogonazos, continuó hasta el descanso, cerrado con 46-49 a favor del conjunto de Messina. Dos cuatros habían pasado a ser los grandes protagonistas. Jorge Garbajosa, máximo anotador del Real Madrid, reactivó a su equipo con ocho tantos en el segundo cuarto que cambiaron la dinámica del partido, pues el Barça había llegado a obtener su máxima renta (38-30 a los 12m 13s) gracias a la aportación de Lorbek, totalmente adaptado al equipo. Nada que ver con el jugador impreciso que trampeó en Unicaja hace un par de años.
El parón del descanso descentró aún más al Pascual, como si los jugadores aún estuviesen divagando en la ducha. El Barça persistió en su error de regalar balones y el Madrid subrayó su superioridad con el tercer y último triple de Prigioni, que sirvió para fijar la mejor ventaja (50-60 a 23m 44s). Una situación complicada que el conjunto azulgrana solventó por la aportación de Morris (12) y Mickeal (12), siempre decisivo en las finales y en los instantes más difíciles (66-71, minuto 30).
Vázquez, irregular
La tensión y los nervios trabaron el partido. El Barça intentó varios alley hoop sin fortuna. Quien mejor representaba la confusión era Fran Vázquez (tres puntos, 1/4), falto de confianza en cualquier jugada sencilla. Este curso el pívot gallego tendrá más competencia en la pintura y debe recuperar su mejor nivel, no puede tener manos de mantequilla. Messina, por su parte, exigía a sus jugadores que pensasen como colectivo y no cada uno por libre.
No anotaba desde el segundo cuarto, pero en 20 segundos Navarro anotó su triple y un dos más uno (77-76 a 4 m 11s). Fueron los últimos puntos de La Bomba y lo mejor de un epílogo tan intenso como impreciso, tan emotivo como ineficaz. En ese contexto sobresalió Lorbek, con cuatro puntos seguidos, y capturando un rebote decisivo tras una pérdida absurda de Prigioni. “El trofeo pesa, pesa, pero teníamos ganas de lograr la Supercopa”, declaró el capitán azulgrana, Roger Grimau. No falló la ecuación: Navarro MVP, otro éxito del Barça.
2 comentarios :
Vaya final...
Saludos desde La Escuadra de Mago
@Magortiz, entre tantos fallos de unos y otros Lorbek fue decisivo con sus dos canastas. Puede ser otra versión más modesta de Ilyasova. Me sorprendió la falta de concentración de Prigioni al final. No es propio de él.
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