No le resultó nada sencillo al Barça cumplir su último requisito antes de viajar a Bilbao para disputar la Copa del Rey. Le costó ganar al Asefa Estudiantes, uno de los equipos que más le ha incomodado en los últimos tiempos y el penúltimo en vencer en el Palau, donde los locales han ganado todos sus encuentros esta temporada. Se impusieron los azulgrana por 79-70, una renta modesta para su rendimiento este curso, en la que ronda la veintena de puntos de colchón en sus triunfos en Liga ACB. Pero los visitantes no se dejaron someter, supieron cómo impedir que el Barça abusara de los contraataques y manejase el encuentro a su antojo como ya lograron en Madrid (75-78). Algo que ya había advertido Xavi Pascual y que tendrá en cuenta también para el torneo copero, donde ambos equipos podrían volver a encontrarse en semifinales si los azulgrana superan al Cajasol de Sevilla y los estudiantiles, al Power Electronics Valencia.
Presenta el Barça una rotación envidiable: al más mínimo problema, ya sea una lesión o puro desacierto, Pascual dispone de un recambio de garantías en el banquillo. Así, en un día totalmente negado de Navarro (tres asistencias, dos pérdidas, una falta personal recibida y dos cometidas) celebró el acierto de Basile (16 puntos) y la habilidad en las penetraciones de Grimau (ocho) –especialmente destacable su acción en la que levantó la pelota por debajo de la mano de su defensor–. No acusaron los azulgrana que Navarro, su referente, se quedase sin anotar y sin llegar a los diez puntos tras 32 partidos consecutivos lográndolo en la competición.
La Bomba lanzó únicamente un triple (a los 15m 25s). Y lo falló. Un error que Lakovic vivió sentado. Acostumbrado en los últimos tiempos a actuar como estrella invitada, el esloveno había funcionado de maravilla como desatascador otra vez más. Papel mucho menor al que le correspondía con Ivanovic. Papel que cumple sin rechistar, sabiendo que no es fácil tener demasiados minutos en un equipo con Sada y el propio Ricky, al que había sustituido tras un golpazo de éste. Lakovic surgió con tres triples sin fallo entre el primer y el segundo cuarto. Unos números con los que destartaló temporalmente a la ordenada defensa estudiantil.
Perfil de currantes
Se recuperó Asefa Estudiantes, cabezón, guiado por la frescura y el descaro de Suárez y acérrimo a su filosofía de siempre: la idea del grupo por encima del individuo. Es un grupo que insiste, que persigue aquello que busca y entiende que el físico es una ayuda imprescindible para la simbólica batalla. Popovic, Clark o Caner-Medley encajan en ese perfil de currantes, tipos muy válidos que más allá de sus números mejoran a sus compañeros y despiertan simpatía en la grada. Granger pertenece más al grupo de los que defiende el individualismo: es un base irregular capaz de cualquier cosa y quien acertó más que nunca a su equipo 33-29 (a los 17m 02s). Basile replicó con dos triples seguidos (42-26 al descanso).
Ante todo Asefa Estudiantes fue competitivo en todo momento, sin importarle las circunstancias ni las excusas, pues Suárez (13 puntos) hizo de Suárez y de Jasen, baja de última hora y que pasa por ser el alma máter del conjunto estudiantil, el protagonista de aquella impactante campaña en la que le enterraban vivo en un ataúd. El reclamo que utilizó el club hace tres temporadas bajo el título de ¡Que no bajamos! Ése es el espíritu de una institución que el año pasado rozó la final de la Copa y que se clasificó para esta edición tras haber perdido sus cinco primeros encuentros.
“Tranquilidad”
“Casimiro nos dio tranquilidad. Confió en nosotros”, responde Suárez para Cronómetro de Récords, en una entrevista que saldrá el lunes. Y esa tranquilidad, unida a la confianza que le han dado victorias tan competidas como la contra el Real Madrid han mejorado al equipo y han dado más responsabilidad a Suárez, un tres alto tan habilidoso que compite como su club: sin medias tintas. Sólo así se entiende que a los cinco minutos el Asefa Estudiantes ya acumulase hasta seis rebotes ofensivos. Faceta a la que contribuían los pívots y Suárez, que sabe moverse para buscarlos. Es el referente de la cantera del Ramiro de Maetzu y un claro opositor a ocupar una de las pocas plazas de la selección para el Mundial de Turquía que no está clara.
Compitió al límite Asefa Estudiantes, por mucho que en la segunda parte dejase el apartado anotador a Lofton, que había alcanzado el descanso con -4 de valoración. Una situación inusual para el último fichaje colegial que ha mejorado el rendimiento de Ahearn, quien abandonó la disciplina del equipo por problemas personales. Lofton (20 puntos) sacó pecho, se tocó las muñecas y empezó su particular recital anotando los once primeros puntos de su equipo en el tercer cuarto. Le hizo un traje bordado y completo a Navarro y sólo Basile consiguió frenar su producción. Circunstancia que el Barça aprovechó para igualar su máxima ventaja, replicada con un 0-9 visitante (76-67 a 2m 02s). Se refugiaron los visitantes en una zona 2-3 y Gabriel fallaría un triple clave. El Barça completó otra victoria exprimida ante el Asefa Estudiantes. Algo menos que la anterior.
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