Hay parques temáticos, de atracciones o de feria que tienen su rincón del miedo en el que en cualquier momento pueden aparecer brujas, vampiros, zombis y cualquier personaje con un cuchillo y sangre en el cuerpo dando a entender que tiene malas intenciones. Sin embargo, en general este tipo de escenarios rescatan más carcajadas que gritos, al menos entre los adultos. Funcionan como producto infantil y como broma, pues en general son horribles, por exagerados, malos o poco creíbles. Conseguir dar miedo resulta tan complejo como que se dé un partido con tantos errores como el que se vio en el Olímpic de Badalona: errores de cálculo, errores de reglamento, errores de puntería fácil. Ganó por 66-72 el menos impreciso, Bilbao Bizkaia Basket, liderado por uno de los jugadores más silbados y repudiados por la afición local, Mumbrú, que escogió el día idóneo para completar su partido más completo en Liga ACB: 37 puntos de valoración con 22 tantos, seis rebotes o nueve faltas recibidas. Los ocho últimos puntos de Mumbrú, cuatro desde la línea de tiros libres, castigaron a su ex equipo, el DKV Joventut, que se aleja casi definitivamente de alcanzar las eliminatorias por el título. Por contra, Bilbao Bizkaia Basket tiene a un triunfo al octavo clasificado, el Gran Canaria 2014, contra el que le queda un encuentro pendiente de la 30ª jornada por haber jugado el fin de semana pasada la Eurocup en Vitoria, donde los bilbaínos concluyeron terceros.
Durante muchas fases el partido se mereció ser guardado sin filtros para tener un lugar destacado en los resúmenes de jugadas nefastas. Salgado, un base solvente, tuvo un par de errores de juvenil: primero se excedió en más de ocho segundos pasando de un campo a otro y con 64-68 intentó controlar la pelota de espaldas tras sacar un compañero y la perdió. Dos fallos que no desentonaron en una cita en la que se reunían dos equipos a los que les diferencian sus rachas: muy buena la del DKV Joventut en la primera mitad de la temporada (14-6) y excelente la de Bizkaia Bilbao Basket en la segunda con un gran 10-3, que arregla su 4-13 del primer tramo. Ambos han cambiado de entrenador para resolver sus problemas, pero mientras los visitantes resurgieron con Katsikaris como director, los verdinegros no han logrado repuntar con Pepu Hernández, señal que más que en el método el entuerto radicaba en los propios jugadores.
Traidor por partida doble
Los protagonistas perpetraron el típico partido sin gobernador claro y de desgobierno total. De desgobierno, por ejemplo, en los triples (0/6 del DKV Joventut en el tercer cuarto o 1/7 del Bizkaia Bilbao Basket en el último): 6/18 (33%) y 6/20 (30%) fueron los números respectivos de los dos equipos, que curiosamente empezaron metiendo los tres primeros tiros de tres del partido sin fallo, en uno de los pocos instantes vistosos. Ya con Mumbrú como protagonista en su nueva vuelta a Badalona, donde es señalado traidor por partida doble, pues se fue al Madrid y volvió a la Penya, para volver a coger las maletas. No faltaron en la grada comentarios recordándole la jugada, comentarios que quizás motivaron más a Mumbrú, que a poco del final del primer cuarto puso el 13-19.
Se repuso el DKV Joventut con un parcial de 20-7 (33-26 a los 18m16s) con los primeros puntos de Tucker (13, 3/13) y el dominio puntual en la zona de Norel (10), de quien se rumorea que podría acabar en el Caja Laboral, y Eyenga (9), puro atleta al que le falta un hervor para ser un referente del torneo. La respuesta del Bizkaia Bilbao Basket llegó con dos triples tan bien buscados como mal defendidos por los locales, pero entre Norel, el error de los ocho segundos de Salgado y Tucker revirtieron otra vez la situación al descanso (37-32).
Contraataques visitantes
Bogdanovic igualaría la mayor ventaja del DKV Joventut en el primer minuto del tercer cuarto (39-32), un período plácido para los visitantes, que encadenaron cuatro contraataques sencillos en tantos minutos para volver a distanciarse por 47-56 gracias a Salgado y Mumbrú. Los locales volvían a bajar los brazos como en su cita ante Unicaja en el Olímpic.
Parecía que el conjunto de Katsikaris iba camino de sentenciar su triunfo, pero decidió ser conservador y jugar ataques largos. Le salió mal, pues sólo anotó cuatro puntos, de tiros libres, en más de ocho minutos. Una caraja que no aprovechó el DKV Joventut, pese al buen trabajo de Sonseca (14 tantos y ocho rebotes), los fogonazos de Tucker y las asistencias de Valters (10) no serviría al DKV Joventut más que para acercarse 59-60 a falta de 3m 02s. No consiguió su propósito por errores propios y el acierto final de Mumbrú, que resultó decisivo con ocho puntos en los últimos dos minutos. Resultó su mejor actuación en ACB en la pista en la que más tirria se le tiene. Mucho se podría escribir sobre el rendimiento de los jugadores ante sus ex equipos. Y Mumbrú, que ya anotó 26 puntos a la Penya en el encuentro de ida, sería uno de los entrevistados imprescindibles. Impasible, anotó sus nueve tiros libres, los cuatro últimos en los últimos instantes. Nervios de acero.
Durante muchas fases el partido se mereció ser guardado sin filtros para tener un lugar destacado en los resúmenes de jugadas nefastas. Salgado, un base solvente, tuvo un par de errores de juvenil: primero se excedió en más de ocho segundos pasando de un campo a otro y con 64-68 intentó controlar la pelota de espaldas tras sacar un compañero y la perdió. Dos fallos que no desentonaron en una cita en la que se reunían dos equipos a los que les diferencian sus rachas: muy buena la del DKV Joventut en la primera mitad de la temporada (14-6) y excelente la de Bizkaia Bilbao Basket en la segunda con un gran 10-3, que arregla su 4-13 del primer tramo. Ambos han cambiado de entrenador para resolver sus problemas, pero mientras los visitantes resurgieron con Katsikaris como director, los verdinegros no han logrado repuntar con Pepu Hernández, señal que más que en el método el entuerto radicaba en los propios jugadores.
Traidor por partida doble
Los protagonistas perpetraron el típico partido sin gobernador claro y de desgobierno total. De desgobierno, por ejemplo, en los triples (0/6 del DKV Joventut en el tercer cuarto o 1/7 del Bizkaia Bilbao Basket en el último): 6/18 (33%) y 6/20 (30%) fueron los números respectivos de los dos equipos, que curiosamente empezaron metiendo los tres primeros tiros de tres del partido sin fallo, en uno de los pocos instantes vistosos. Ya con Mumbrú como protagonista en su nueva vuelta a Badalona, donde es señalado traidor por partida doble, pues se fue al Madrid y volvió a la Penya, para volver a coger las maletas. No faltaron en la grada comentarios recordándole la jugada, comentarios que quizás motivaron más a Mumbrú, que a poco del final del primer cuarto puso el 13-19.
Se repuso el DKV Joventut con un parcial de 20-7 (33-26 a los 18m16s) con los primeros puntos de Tucker (13, 3/13) y el dominio puntual en la zona de Norel (10), de quien se rumorea que podría acabar en el Caja Laboral, y Eyenga (9), puro atleta al que le falta un hervor para ser un referente del torneo. La respuesta del Bizkaia Bilbao Basket llegó con dos triples tan bien buscados como mal defendidos por los locales, pero entre Norel, el error de los ocho segundos de Salgado y Tucker revirtieron otra vez la situación al descanso (37-32).
Contraataques visitantes
Bogdanovic igualaría la mayor ventaja del DKV Joventut en el primer minuto del tercer cuarto (39-32), un período plácido para los visitantes, que encadenaron cuatro contraataques sencillos en tantos minutos para volver a distanciarse por 47-56 gracias a Salgado y Mumbrú. Los locales volvían a bajar los brazos como en su cita ante Unicaja en el Olímpic.
Parecía que el conjunto de Katsikaris iba camino de sentenciar su triunfo, pero decidió ser conservador y jugar ataques largos. Le salió mal, pues sólo anotó cuatro puntos, de tiros libres, en más de ocho minutos. Una caraja que no aprovechó el DKV Joventut, pese al buen trabajo de Sonseca (14 tantos y ocho rebotes), los fogonazos de Tucker y las asistencias de Valters (10) no serviría al DKV Joventut más que para acercarse 59-60 a falta de 3m 02s. No consiguió su propósito por errores propios y el acierto final de Mumbrú, que resultó decisivo con ocho puntos en los últimos dos minutos. Resultó su mejor actuación en ACB en la pista en la que más tirria se le tiene. Mucho se podría escribir sobre el rendimiento de los jugadores ante sus ex equipos. Y Mumbrú, que ya anotó 26 puntos a la Penya en el encuentro de ida, sería uno de los entrevistados imprescindibles. Impasible, anotó sus nueve tiros libres, los cuatro últimos en los últimos instantes. Nervios de acero.
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