domingo, 4 de julio de 2010

Lorenzo, inmune a las circunstancias, enamora en Catalunya

Lorenzo celebra su triunfo mostrando su bandera -EFE.



Hace tres años, y con un triunfo en el GP de Catalunya como excusa, Jorge Lorenzo se puso delante de su portátil y empezó a disgregar sobre a quién quería parecerse. Escribió que envidiaba el salto y la velocidad de Carl Lewis, la belleza de Brad Pitt, la humildad de Ghandi, la elegancia de Zidane o el talento de Messi. Y ampliaba: “Conducir como Alonso. Pilotar como Rossi”. Ahí acaba su enumeración y le dio un giro total al texto, hasta finalizar el artículo, titulado Si yo fuese… así: “Ya lo he decidido. Si me diesen a elegir, querría seguir siendo Jorge Lorenzo”. Temperamental, ambicioso y sólo contento con la victoria, el balear festejó en el Circuit de Catalunya su décima victoria desde que llegó a MotoGP en 2008, un registro con el que supera a Dani Pedrosa, segundo en Montmeló, y a Sete Gibernau. Lorenzo se ha impuesto en cinco de las siete pruebas disputadas y está a cinco victorias triunfos de Àlex Crivillé, el español que más carreras ha ganado en la categoría reina. El GP de Catalunya resultó el mejor para el motociclismo nacional, que a la victoria de Lorenzo y al segundo puesto de Pedrosa –Casey Stoner fue tercero y dijo que no se resintió de sus dolores en el anebrazo– sumó la quinta plaza de Álvaro Bautista, la marca más excelente de un debutante este año. Y más: en 125cc Marc Márquez se convirtió en el piloto más joven de la historia en alcanzar los cuatro triunfos consecutivos y se pone líder, condición que conserva en Toni Elías en Moto2.

Desde 1986 nadie en Yamaha había sumado tres victorias seguidas en Yamaha. Entonces lo consiguió Eddie Lawson, igualado ahora por Lorenzo, que se sacó la espina de no haber ganado a Valentino Rossi en el mismo escenario en un enfrentamiento extraordinario. Giorgio resultó inmune a las circunstancias, pues a todos sus rivales directos les sucedió algún percance. Tras un inicio fantástico que le permitió salir primero en la recta de salida, Pedrosa, que ya tiene 52 puntos menos que Lorenzo, perdió lo logrado en la primera curva, cuando se salió del trazado y tuvo que remontar desde la décima posición. Una respuesta extraordinaria para el piloto de Honda, pues consiguió completar la primera vuelta quinto y sólo encontró su límite en Lorenzo, del que le separaron casi cinco segundos.

Caída de Dovizioso

El error de Stoner llegaría en el sexto giro, cuando se coló y tuvo que remontar también. Pero quien más exigió a Lorenzo fue Andrea Dovizioso, que le superó en la tercera vuelta y no pudo contenerle en la zona de la subida de La Moreneta, corrió peor suerte que los otros dos y se fue por los suelos en La Caixa, en su lucha por intentar adelantar al balear, que respiró: “El neumático delantero me derrapaba muchísimo. Pensaba que Dovi iba a insistir más, pero se ha caído”. El italiano acabó penúltimo, sólo mejor que Yoshikawa, sustituto de cartón de Rossi en Yamaha.

Se habla y se escribe mucho de cuáles serán los dos pilotos oficiales de Yamaha el año que viene. Se especula que Il Dottore ha dado un ultimátum para que la marca se decidida entre él y Lorenzo, que los dos no tienen sitio. Rossi entiende que se está siendo injusto con sus méritos, pues fue quien convirtió una moto ingobernable en una máquina ganadora en 2004. Incluso hay quien asegura que Yamaha quiere rebajarle el sueldo para mejorar los emolumentos a Lorenzo. Un golpe bajo para todo un nonacampeón mundial y todo un privilegio para el balear, convertido en el líder sólido y cada vez más carismático del Mundial. “Dedico esta victoria a mi club de fans, en el que cada día hay más gente”, dijo Lorenzo, que en otro gesto para aplaudir pidió a su equipo que se fotografiase con él.

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