“Para ser el número dos no está nada mal ganar en Silverstone. No está nada mal”, soltó Mark Webber por la radio interna tras completar la última vuelta. Más que un comentario fue un golpe sobre la mesa por cuanto había acontecido horas antes, por haber sido ninguneado cuando le quitaban un alerón delantero nuevo para ponérselo a su compañero Sebastian Vettel, que había destrozado el suyo en la sesión libre de la mañana. Una ofensa que motivó más si cabe para el GP de Gran Bretaña a Webber, a quien, por supuesto, no le convencieron las excusas para justificar la decisión del director de Red Bull, Christian Horner, que defendió que, aunque resultase incómodo, la escudería tenía que beneficiar a quien llevaba más puntos en la clasificación. Un camino alternativo para proclamar que el líder del equipo era Vettel. Siguiendo esa regla de tres, Webber se ha ganado temporalmente su consideración de número uno de Red Bull con su tercer triunfo del curso, más que nadie, en Silverstone y con una puesta en escena fantástica, pues en los primeros metros supo cómo superar a Vettel y cómo cerrarle el camino después. El alemán acabó tocando con Lewis Hamilton (segundo; tercero fue Nico Rosberg), saliéndose del trazado y pasando la primera vuelta en última posición. Una situación que Vettel logró minimizar finalizando séptimo y sumando seis puntos. Ninguno se llevaron los dos Ferrari: Felipe Massa finalizó 15º y Fernando Alonso, 14º. El asturiano se aleja del Mundial con 47 puntos de desventaja sobre el líder, Hamilton, y, en una acción menos vistosa que la de los Red Bull, se tocó con su compañero, que salió peor parado y tuvo que ir a boxes. La carrera de Alonso acabó cuando fue sancionado con un drive through por adelantar fuera de trazado a Robert Kubica y sobre todo, por cuándo se vio obligado a cumplir el castigo, después de la retirada del coche de seguridad, que entró en escena para que se pudiesen retirar los restos del alerón del Sauber de Pedro Martínez de la Rosa, que tuvo que abandonar como Jaime Alguersuari.
Superado el ecuador del curso, Alonso y Ferrari no están a la par en cuanto a prestaciones de los Red Bull y McLaren, por mucho que el bicampeón le ganase la partida a Hamilton en la calificación. Fue empezar el GP de Gran Bretaña y empezar el caos para la escudería de Maranello, frustrada por la colisión de sus dos pilotos. Alonso pasó del tercer lugar al séptimo, mientras que Massa, como Vettel, pasó por boxes y cambió los neumáticos: blandos por duros. El baile de visitas a boxes colocó a Alonso por detrás de su amigo Kubica, a quien superó en una acción irregular y que luego tuvo que retirarse. Ni Alonso ni Ferrari tomaron la determinación de rectificar. El bicampeón dio su versión: “No hubo discusión. Nos tocamos, los dos nos salimos un poco de la trayectoria de la curva y pensamos que todo se había acabado ahí”. Y esta vez y, a diferencia de lo sucedido en Valencia, aceptó la decisión de los comisarios, anunciada nueve vueltas después de la acción: “Ellos son los árbitros y la próxima vez lo tenemos que hacer mejor”.
“El campeonato es muy largo”
La aparición del coche de seguridad frustró las aspiraciones de Alonso –“en la segunda mitad del campeonato vamos a intentar hacerlo mejor que los demás para conseguir un punto más de los que nos sacan ahora mismo. El campeonato es muy largo”– y tranquilizó a Webber, inquieto hasta entonces por los problemas que tenían sus neumáticos delanteros. “He aprovechado el momento para refrescar las ruedas”, se sinceró el piloto de Red Bull, inalcanzable para Hamilton, que felicitó a su rival y a su compañero de equipo, Jenson Button, que realizó una remontada meritoria: partió 14º y acabó 4º y es segundo con 133 puntos por los 145 de Hamilton y los 121 de Vettel, que reconoció haber “tocado” con el británico en la salida.
Silverstone es un trazado mítico. Inaugurado en 1948 después de su obligada adaptación por haber sido utilizado como campo aéreo por la RAF durante la Segunda Guerra Mundial. Un escenario que tiene una curiosa estadística. El 40% de cuantos ganaron la prueba fueron campeones al final del curso. Y ése es el sueño de Webber, probablemente al que menos se tiene en cuenta de los aspirantes. “He estado muy cuidadoso en la curva”, dijo sobre su incidente con Vettel, que le arruinó la carrera en Turquía. Su cara tras cruzar la línea de meta sería impagable. No se la vimos por el casco, pero no se pudo callar el comentario. Webber también aspira a ser el mejor de una temporada que ya ha alcanzado el ecuador.
Superado el ecuador del curso, Alonso y Ferrari no están a la par en cuanto a prestaciones de los Red Bull y McLaren, por mucho que el bicampeón le ganase la partida a Hamilton en la calificación. Fue empezar el GP de Gran Bretaña y empezar el caos para la escudería de Maranello, frustrada por la colisión de sus dos pilotos. Alonso pasó del tercer lugar al séptimo, mientras que Massa, como Vettel, pasó por boxes y cambió los neumáticos: blandos por duros. El baile de visitas a boxes colocó a Alonso por detrás de su amigo Kubica, a quien superó en una acción irregular y que luego tuvo que retirarse. Ni Alonso ni Ferrari tomaron la determinación de rectificar. El bicampeón dio su versión: “No hubo discusión. Nos tocamos, los dos nos salimos un poco de la trayectoria de la curva y pensamos que todo se había acabado ahí”. Y esta vez y, a diferencia de lo sucedido en Valencia, aceptó la decisión de los comisarios, anunciada nueve vueltas después de la acción: “Ellos son los árbitros y la próxima vez lo tenemos que hacer mejor”.
“El campeonato es muy largo”
La aparición del coche de seguridad frustró las aspiraciones de Alonso –“en la segunda mitad del campeonato vamos a intentar hacerlo mejor que los demás para conseguir un punto más de los que nos sacan ahora mismo. El campeonato es muy largo”– y tranquilizó a Webber, inquieto hasta entonces por los problemas que tenían sus neumáticos delanteros. “He aprovechado el momento para refrescar las ruedas”, se sinceró el piloto de Red Bull, inalcanzable para Hamilton, que felicitó a su rival y a su compañero de equipo, Jenson Button, que realizó una remontada meritoria: partió 14º y acabó 4º y es segundo con 133 puntos por los 145 de Hamilton y los 121 de Vettel, que reconoció haber “tocado” con el británico en la salida.
Silverstone es un trazado mítico. Inaugurado en 1948 después de su obligada adaptación por haber sido utilizado como campo aéreo por la RAF durante la Segunda Guerra Mundial. Un escenario que tiene una curiosa estadística. El 40% de cuantos ganaron la prueba fueron campeones al final del curso. Y ése es el sueño de Webber, probablemente al que menos se tiene en cuenta de los aspirantes. “He estado muy cuidadoso en la curva”, dijo sobre su incidente con Vettel, que le arruinó la carrera en Turquía. Su cara tras cruzar la línea de meta sería impagable. No se la vimos por el casco, pero no se pudo callar el comentario. Webber también aspira a ser el mejor de una temporada que ya ha alcanzado el ecuador.
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