martes, 31 de enero de 2012

Llorente complica el sueño del Mirandés con dos zarpazos (1-2)


Embajador de Miranda de Ebro y del fútbol modesto, el Mirandés funciona como un anuncio en movimiento por cuanto representa, porque a través de la Copa del Rey ha sabido ir descontando rivales de Primera, tres hasta el momento, y trazar un relato en forma de cuento sobre ese nada es imposible tan cinematográfico. Una trama en la que los sueños, esa conexión constante con nuestra infancia y uno de los motores del presente, se hacen realidad. En el torneo ha puesto de acuerdo a los aficionados de cualquier equipo que no sean los del  rival para apoyar su causa, más complicada después de los dos zarpados de Fernando Llorente (Iruñea, Nafarroa, 1985). Un delantero con porte y presencia de ídolo de adolescentes que ejerce de goleador en un Atlhetic de Bilbao enamorado históricamente de la Copa, pues es el segundo equipo con más títulos tras el Barça. Silencioso en la primera parte, el Mirandés perpetró una segunda parte fabulosa, provocando que los visitantes reculasen y marcando en el descuento “el gol de la esperanza” como bien lo definió su autor, Lambarri (1-2). No se rendirá el conjunto de Carlos Pouso en San Mamés, donde intentará protagonizar una nueva sorpresa y plantarse en la final.

Advertido por los acontecimientos, el Athletic no se reservó nada en su puesta en escena y salió a resolver rápido la eliminatoria, y cuando todavía no se llevaba media hora de juego Llorente había festejado dos goles, separados por nueve minutos. Dos tantos muy diferentes que dejan claro que Llorente –cinco tantos en los últimos dos partidos– es un delantero completo que ya se siente integrado en el sistema de Marcelo Bielsa, que ha pasado de salvar su puesto en Anoeta en las primeras jornadas a colocar a su equipo en una posición de Europa League, otra competición por la que opositan este curso. Un sueño que dependerá especialmente de Llorente, concreto para rematar al primer palo de Nauzet un centro del incansable De Marcos y poco después para acomodarse una pelota e ir recortando y driblando defensas para marcar con cierto suspense el 0-2.

El gol de Lambarri 

El Mirandés se frotó los ojos ante dicha realidad y, bien contenido por una defensa bilbaína ejemplar y generosa, no pudo tirar entre los tres palos en la primera mitad. ¿Qué les diría Carlos Pouso a sus pupilos en el vestuario? Quizás un “señores, salgan a disfrutar y a hacer disfrutar”. El segundo mensaje, como homenaje a esas familias enteras que se habían olvidado del pésimo horario del partido y se habían reunido en el estadio municipal de Anduva. Las ilusiones y la felicidad no tienen horarios. Así que el equipo salió con chispa, descaro y sin complejos y emergió el pichichi de la Copa, Pablo Infante, que le sacó dos amarillas a Mujika e Iturraspe. Insistía el Mirandés, que empezaba a inquietar a un portero grandioso como Gorka Iraizoz, que salvó al Atlhetic en un remate acrobático de Caneda, el héroe de cuartos ante el Espanyol. Antes el línea había advertido un fuera de juego de Muniain y éste mal tras un servicio de Ander Herrera. Y después, en el tiempo de descuento, surgió el propio Caneda con un centro peinado por Mugika y rematado con la izquierda, por la energía de todo un pueblo y del fútbol modesto, por Lambarri. El primer gol que recibía el Athletic en el torneo. El acceso a la finalísima de la Copa está complicado para el Mirandés, que deberá remontar en San Mamés. Todo parece posible para este equipo.  

1 comentario :

Grupo Leyendas Urbanas Blog dijo...

Nos hemos pasado a saludarte, enhorabuena por un estupendo blog.