Casillas y Cesc festejan el pase a la final de Kiev - Reuters. |
Es posible que Campeones sea la serie de dibujos animados con más soliloquios por minuto. Sus personajes reflexionaban durante los partidos como si el tiempo se detuviese. El más reflexivo era Oliver Aton, su protagonista, que incluso le hablaba al balón. Como buen seguidor de la serie de los partidos eternos y los campos interminables, Cesc dialogó con la pelota en el Donbass Arena de Donetsk como ya había hecho en Viena cuatro años antes: “Le dije 'no me falles, no me falles' Aquí le he dicho: 'Tenemos que hacer historia' o 'no me falles', no lo sé, me lío”. Como entonces ante Buffon el falso 9 de España remachó la tanda de penalti, esta vez ante Rui Patricio, e impidió que Cristiano Ronaldo lanzase el suyo. Cesc se fue a abrazar a Casillas, gigante para adivinar las intenciones de Moutinho -Bruno Alves tiraría al palo- y equilibrar a error tras el fallo del fiable Xabi Alonso. Valientes estuvieron Sergio Ramos, objeto de burlas y de bromas por su horrible penalti ante el Bayern en la Champions y elegante, excelso esta vez, para anotar el cuarto a lo Panenka, y Piqué, que confesó haber lanzado su primer penalti como profesional. Ambos formaron una pareja irreductible para una Portugal que tuvo más voz hasta la prórroga y que a partir de entonces se quedó sin gas ante una España sólo reconocible al final que alcanzó su tercera final consecutiva en un gran torneo y continúa en lo más alto tras superar en los penaltis (2-4 tras el 0-0 en el partido). Su rival en la final de la Eurocopa de Ucrania y Polonia, en Kiev el domingo, saldrá del vencedor del Alemania-Italia.
Un espectador ilustre como Bixente Lizarazu, ex jugador del Athletic de Bilbao, dijo estos días que le parecía que España le estaba poniendo “mucho amor” durante esta Eurocopa, pero que “le falta sexo”. Una observación que bien puede valer para hablar de las semifinales contra Portugal, que hasta la prórroga se dejó la piel en la presión hombre a hombre. Siempre hubo un portugués presionando incluso a Casillas. Padeció lo suyo España, que sólo tiró una vez entre los tres palos en los 90 minutos reglamentos en un bufido flojo de Xavi y que hasta el 103 no tuvo su primera ocasión. Salió de las botas de Iniesta tras una internada fabulosa de Jordi Alba, maduro del todo en esta Eurocopa y camino de ser el mejor lateral izquierdo del torneo. Rui Patricio estuvo soberbio para hacer su única intervención de mérito. Ramos pudo marcar de falta, una solución esquiva para Cristiano Ronaldo, nada cómodo ante la pareja Piqué y Ramos: si no era uno, era el otro, pero entre ambos le impidieron tirar desde posiciones propicias. CR7 sólo tuvo uno clara, que acabó lamiendo el palo izquierdo de Casillas tras una de las pocas equivocaciones de Jordi Alba.
Negredo, opción fallida
Capital ante Holanda y la República Checa, Cristiano chutó mucho, pero a sus tiros les sobró altura. No había un jugador tan insistente como él, argumento de su ambición y también de su perdición, pues a veces no mira si tiene a un compañero cerca mejor posicionado. Obsesivo estuvo Almeida, que remató tres ataques seguidos de Portugal en la segunda parte, cuando Del Bosque cambió a Negredo, su opción fallida en el once inicial para proteger el balón entre dos centrales experimentados como Pepe y Bruno Alves, y ceder hacia atrás a Iniesta o Silva. Pero Negredo, con 22 intervenciones, estuvo aislado y el seleccionador salmantino volvió a recurrir a Cesc, punto final de la tanda de penaltis y que no le ha fallado ni de suplente ni como titular.
La entrada de Navas y Pedro oxigenó las bandas y junto a Jordi Alba fueron una pesadilla para los portugueses en la prórroga. Inisesta pudo marcar y Pepe y Coentrao frustraron un par de ocasiones claras. Se llegó a la tanda de penaltis y ahí España volvió a salir victoriosa, como en Viena. Desde el Mundial de 2006, cuando perdió ante la Francia de Zidane en octavos de final, la selección no encaja un gol en una eliminatoria de Eurocopa y Mundial. Casillas, gigante para pararle el penalti a Moutinho después de que Xabi Alonso fallase el primero –Rui Patricio parece que siguió los consejos de Cristiano Ronaldo, compañero del vasco en el Madrid– y espectador en el palo de Bruno Alves. Cesc puso el broche final de una selección irrepetible y que fue competidor con oficio. Continúa en lo más alto. “Después de mi última vivencia en la Champions con el Madrid se dijeron muchos comentarios de que quizá no estaba preparado. A mí como futbolista sí me toca el orgullo y tenía ganas de asumir esa responsabilidad porque anímicamente estaba con confianza", concedió Ramos, elogiado por Jordi Alba: “Ha tenido mucha sangre fría. Ha callado muchas bocas hoy”.
PORTUGAL 0: Rui Patricio; João Pereira, Bruno Alves, Pepe, Coentrão; Meireles (Varela, m. 113), Moutinho, Veloso (Custodio, m. 105); Nani, Almeida (Nelson Oliveira, m. 81); Cristiano Ronaldo. ESPAÑA 0: Casillas; Arbeloa, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Xabi Alonso, Busquets; Silva (Navas, m. 61), Xavi (Pedro, m. 87), Iniesta; y Negredo (Cesc, m. 55). Penaltis: 0-0. Xabi Alonso. 0-0. Moutinho. 0-1. Iniesta. 1-1. Pepe. 1-2. Piqué. 2-2. Nani. 2-3. Ramos. 2-3. Bruno Alves. 2-4. Cesc. Árbitro: Cüneyt Çakir. Mostró la cartulina a Ramos, Coentrão, Busquets, Pepe, João Pereira, Arbeloa, Bruno Alves, Veloso y Xabi Alonso.
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