Conquero, liderado por Elonu y Rosó Buch, juega con un Donosti Basket roto por las lesiones (59-31)
Toni Delgado / San Sebastián
Una escena del partido. Foto: Toni Delgado. |
Toni Delgado / San Sebastián
"¡Que bote, que bote el IDK!", se presenta en el Pavellón José Antonio Gasca un grupo de aficionados del Donosti Basket, la mayoría familiares de Lara González. Entran a ritmo de tambor y Cierra Bravard (Ohio, EE UU, 1989), como el resto de sus compañeras, esboza una sonrisa. Pero la pívot anda inquieta y se pone a hablar con su entrenadora, Azu Muguruza. Salta y se toca la pierna izquierda, que tiene vendada. No las tienes todas consigo. No se siente bien. Bravard habla con Roge Míguez, el segundo técnico y estira las
piernas con una cinta verde. Dura 1m 48s en la pista, en los que mete dos puntos y romper a llorar. El golpe definitivo para Donosti Basket, roto antes de empezar, sin Olabarria y Arantxa Novo lesionadas. El anfitrión es un juguete en manos de un Conquero poderoso, más unido todavía tras unos meses de impagos y que disfruta con la omnipresencia de Elonu y el descaro de una debutante en la Copa de la Reina, Rosó Buch. La final de la Copa de la Reina de San Sebastián repetirá final: Conquero-Perfumerías Avenida (domingo, Teledeporte, 11.00 horas).
A Bravard se la llevan para tratarla y cuando vuelve, a los 7m 28s, su equipo ya pierde por 21-11 y Forasté acaba de cometer su segunda falta personal. Houts ha tratado de mantener a flote a Donosti Basket, golpeado al principio, sobre todo, por la pareja Elonu-Rosó Buch. En el banquillo local, un cuadro: Bravard, Olabarria y Arantxa Novo (35-17 al descanso).
La segunda parte, rácana en juego y marcador (24-14), sirve para que la capitana de Conquero meta sus puntos (ocho) y debuten en una Copa Nerea Raluy y Andrea Alcántara, levantada en brazos al final del partido por una Rosó Buch espléndida. Cualquiera diría que para ella también era su primer partido de Copa.
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