Marina Lizarazu: "No quiero transmitirle mi frustración al equipo"

Cronómetro de Récords entrevista a la base del CD Zamarat en el Open Day Liga Día

Marina Lizarazu, en la grada de Magariños. Foto: Toni Delgado. 

"¡Es la primera vez que alguien me lo dice!", reconoce Marina Lizarazu (Madrid, 1995), a quien le comento que se parece físicamente a Amaya Valdemoro y se ríe casi igual. Tras cuatro años en la NCAA estadounidense, la base ha vuelto a España para jugar en el CD Zamarat. El primer compromiso, ante el Araski en el Open Day Liga Día, ha sido un golpe (63-54). Aunque Lizarazu es una superviviente.

Toni Delgado / Madrid  

—Hacía mucho tiempo que ni tus tíos ni tus hermanos ni el resto de la familia, exceptuando a tus padres, no te veía jugar en directo. ¿Han podido venir?

Sí, y casi la mitad de la grada eran amigos y familia. Estoy muy contenta de que puedan disfrutar de estos momentos otra vez. Estaban muy emocionados, aunque no creo que más que yo. Tenía mucha ilusión con mi primer partido en el CD Zamarat, que se presentaba duro, y así ha sido. Creo que hemos competido muy bien y las sensaciones son buenas, aunque me voy con un regusto agridulce, pues no hemos conseguido la victoria. 

—¿Cómo era el gusanillo que tenías dentro?

Eran nervios, pero buenos. Los hemos transformado en energía. Nos ha costado mucho arrancar, aunque luego en la segunda parte lo hemos hecho bastante mejor. Cada partido representa un aprendizaje. Nuestro objetivo es conseguir victorias que nos permitan mantener la categoría y, si podemos, hacer algo más. 

—En la segunda parte habéis ampliado la mirada y jugado más con las pívots. En la primera ha sido todo más rudimentario. 

Es cierto. No sé si eran los nervios. Somos muy jóvenes y nuevas. Estamos conociéndonos y nos falta mucho rodaje todavía. Tras el descanso, nos hemos soltado, hemos jugado más juntas. Hemos tenido bastante más energía y nos hemos apoyado mucho más. Han salido las cosas mucho mejor. Hemos metido muchos más puntos y eso también nos ha ayudado. 

—Tenías claro que quería jugar en un equipo joven para disponer de minutos y madurar. No te convencía trabajar mucho para recibir poca recompensa. 

Claro. Buscaba un equipo en el que poder jugar y ayudarlo lo máximo. 

—Explicabas el otro día que la plantilla es corta, pero que si os sentís cómodas entre vosotras, podéis superar las expectativas. ¿Cómo podéis encontrar ese punto?

Creo que lo que nos falta de físico o madurez, podemos suplirlo con bastante energía e ilusión. Esto es prácticamente nuevo para casi todas. Pase lo que pase, seguiremos luchando y no seremos un equipo fácil de ganar. Estamos trabajando muy bien y confío que eso dé resultados. 

—En tu presentación te retrataron como una jugadora "de referencia". Has vivido mucho en poco tiempo. 

Aceptaré todo lo que sirva para ayudar al equipo. Estoy encantada de tener un rol de más líder. Quiero seguir creciendo y aprendiendo. 

—¿Te han dado muchos consejos en tu vuelta a España?

Muchos. Lucas [Fernández] me ha dicho antes del partido que sea yo misma y disfrute. Creo que ésa es la clave de este deporte. Si no te lo pasas bien, ¿para qué estás aquí?

—¿Eres una líder anotadora que hace jugar al equipo, y bastante eléctrica hablando y jugando?

¡Por ejemplo! [Se ríe]. Me llena de energía levantar al equipo y no quiero transmitirle mi frustración. Es difícil. Si me hundo yo, sería muy malo para el equipo trasmitírselo. Es mejor pasárselo bien, tener una sonrisa y comunicarlo al equipo para que todas estén a gusto con su juego. 

—¿Jugar en la NCAA, la Liga universitaria de Estados Unidos, te ha dado esa seguridad en ti misma? ¿Crees que has vuelto más consciente de lo que haces en la pista?

Por supuesto. Han sido cuatro años fantásticos y volvería a repetir la experiencia una y otra vez. Me han dado minutos, mucho aprendizaje y mucho. Siempre digo que un jugador tiene que tener una cabeza y no dejar que sus emociones, que son muchas, le afecten en la pista. 

—¿Te acuerdos de los miedos que tenías cuando, con 18 años, hiciste la maleta para ir a Estados Unidos? 

Intentaba no pensar en las cosas que podían salir mal, pero es imposible aparcar los nervios de una nueva etapa. Con muchas ganas, mucho trabajo y no rindiéndote nunca, dándote tiempo. Creo que las cosas llevan una adaptación y mientras trabajes, todo da resultado siempre. 

—Te costó adaptarte el primer años y después ya salió todo mucho mejor. 

Se te juntan muchas cosas: el idioma, la cultura, que es completamente distancia... Pero tienes que darle una oportunidad: la de aguantar un año un poco duro y trabajar más el siguiente. Tuve la oportunidad de cambiarme de universidad también y encontré mi sitio. 

—¿Tu referente es Anna Cruz?

Me gusta mucho, igual que Elisa Aguilar en su momento. He tenido la oportunidad de entrenar con gente muy bueno de la que he podido aprender mucho tanto dentro como fuera de la pista. 

—Gracias a la lesión de Clara Bermejo tuviste minutos importantes en Rivas.

¡Sí! ¡Otra época! Cuatro años... Veo esa época lejos, pero estoy muy contenta de haber vivido momentos únicos que sigo guardando para seguir como jugando y con el club.  

—Es una lástima que Rivas esté donde está. 

Sí. Quién me iba a decir que cuando volviese no tendría la oportunidad de jugar en el club de mi vida.