domingo, 25 de marzo de 2018

María Araújo: “Aunque la gente me diga que muestro mucha seguridad, soy bastante insegura”

Cronómetro de Récords entrevista a la jugadora del Uni Ferrol 

María Araújo, defendida por Belén Arrojo y Laura Peña. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.  

Toni Delgado / Sant Adrià de Besòs

María Pérez Araújo (Vigo, 1997) está a punto de entrar en el vestuario cuando su capitana, Carmen Fernández, le comenta que Cronómetro de Récords quiere hablar con ella. Otro imprevisto más para la jugadora internacional en una tarde en la que, a última hora, se cambió la pista de juego y los equipos se trasladaron al Poliesportiu La Mina, a unos 15 minutos caminando del Marina Besòs, con goteras por la lluvia. María Araújo vuelve a la pista sonriente. No ha tenido puntería (1/10 en lanzamientos de campo), aunque
no le ha faltado actitud (11 rebotes) en el triunfo de su Uni Ferrol ante el Bàsquet Femení Sant Adrià (56-64). Su acento se acentúa cuando se sorprende, bromea o sueña en directo. Parece cercana y humilde, le encanta utilizar diminutivos y minimizar sus logros. Es curioso que la muletilla favorita de la base, alero, escolta, ala-pívot y pívot gallega sea “al final”. Con 20 años no tiene límites: en los últimos ocho meses se ha colgado un oro europeo con la sub 20 y ha sido escogida mejor jugadora del torneo, ha debutado con la absoluta y ha sido reconocida como Mayor Proyección en los Premios Gigantes. También ha contribuido decisivamente a que su Uni Ferrol vuelva a tener un billete para los playoffs de la Liga Día.    

—Lo que he leído y me han contado sobre ti es casi todo positivo.  
Bueno… [Se ríe].

—¿Cómo te sienta un elogio?
Bien. Una jugadora quiere que su trabajo se vea reflejado.  

—Te leo un fragmento de una entrevista de Carlos Arribas en El País a Marc Soler, ganador de la París-Niza. A ver si te ha pasado lo mismo que al ciclista del Movistar. “Antes de salir se te llena la cabeza leyendo la prensa u oyendo a la gente, ‘Soler puede estar ahí, en la general’, y es peor. Te lo crees un poco, vas allí, y te dices, y por qué no, lo vamos a intentar. Y una vez allí, el segundo día llegas a Andorra y, pam, te dan la primera colleja... Y dices, ‘pues quizás le tenía que haber hecho caso a la gente mayor, que lleva más tiempo...’”.
Como explica Marc Soler, inconscientemente te lo puedes llegar a creer y luego, en la pista, no jugar tan bien como querrías. Es vital escuchar a la gente más experta porque te ayudará con su experiencia.
                       
—¿Una de tus orejas está dirigida siempre a tu madre?
Bueno… No te creas. Ella fue jugadora y está enamorada de este deporte. [Ángeles Araújo] es una aficionada que disfruta viendo jugar a su hija: es objetiva, pero cañera [se ríe]. Quiere que siempre mantenga los pies en el suelo y para que eso suceda no todo pueden ser elogios. Su crítica es positiva.   

—¿Qué te diría de tu partido ante el Bàsquet Femení Sant Adrià? No ha sido uno de tus mejores encuentros de la temporada.  
Que siga adelante. El baloncesto no sólo son números. Creo que he aportado al equipo en otras facetas: defensa, dirección… Supongo que me comentará que no ha sido mi mejor actuación con estadísticas en mano y que piense en el siguiente. Me diría lo mismo que si hubiese jugado mejor. Siempre hay que hacer borrón y cuenta nueva porque los próximos 40 minutos serán otra historia.    

—A veces parece que estés jugando con suficiencia: haces cosas muy difíciles con la naturalidad de quien se lava los dientes.  
No sé. Intento jugar lo más fácil posible, aunque, a veces, cuando veo los partidos en la tele, me digo: “Uy, no sabía que yo hacía eso…”. Es la recompensa al trabajo y a compartir muchas horas con el cuerpo técnico. En algunas ocasiones realizas ejercicios que piensas que no te servirán y que acabas viendo reflejados en la pista.  

—“Puede ser una persona muy segura, pero le cuesta creer en ella”, me comentó sobre ti Carmen Fernández, la capitana del Uni Ferrol. Es un contraste raro, ¿no?
Sí. Aunque la gente me diga que muestro mucha seguridad, soy bastante insegura. [Se ríe]. Mi cabeza irá mejorando con los años porque soy joven y trabajo duro para evitar que los errores me desconcentren. Quizás por eso te dijo Carmen que soy un poquito insegura. Me puedo quedar en bucle tras un error en vez de seguir para adelante. Entonces sí que puedo tener altibajos.

—Aunque el espectador no lo perciba. Se te ve encendida siempre, tengas o no puntería. Parece que te comerías lo que apareciera por la pista.
Yo creo que me lo comería igualmente [me río], pero siempre quieres dar lo mejor de ti. Ésa es mi meta. Tengo mucha competitividad.   

—Una competitividad que, según Carlos Colinas, tu entrenador en Celta, te ayudaba a hacer cosas para las que te faltaba físico.
Me pasa todavía. Cuando peleo con pívots más grandes y corpulentas, me digo que no me ganarían en el uno contra uno y soy pilla, por ejemplo, para adelantarme y robarles el balón. Mi competitividad me da un pasito extra.

—¿Vuestro preparador físico, Álex de la Vega, te ayuda a ser más pilla?
Sí. Te enseña truquillos y a optimizar tus recursos. Si tienes menos cuerpo, puedes ser más rápida que tu rival. Hemos mejorado mucho en cuanto a contacto y fuerza.  

—He visto un vídeo en el que golpeas la pared con unos guantes de boxeo.
Es un core completo del cuerpo, ya que estás trabajando tanto el abdomen como los brazos. Además, así también te desahogas con un ejercicio diferente que te hace salir de la rutina. Te lo pasas bien.

—Álex de la Vega os plantea las sesiones como si fueran juegos.
Exacto. Casi no hacemos pesas. Es muy diferente a ir al gimnasio. Creo que su método y el de Víctor Ciavattini son parecidos. Esos detalles ayudan a que equipos humildes como los nuestros puedan llegar un poco más lejos. Tanto Lino [López, el entrenador] como Álex [de la Vega] son muy responsables de nuestro crecimiento y confianza.    

—El año pasado creciste tras la plaga de lesiones. Lino López te hizo jugar casi de todo.
Me tocó ir al base, al pívot… Las lesiones de mis compañeras, y toquemos madera para que no se repitan, me hicieron asumir ese pequeño rol y Lino me transmita más confianza para jugar de una manera más versátil.

—¿Qué descubriste de ti misma?
En el Celta ya jugaba de 1, 2

—Cristina Cantero fue la primera que te hizo jugar de base.
Es cierto. Cuando di el salto a Liga Femenina nunca pensé que ser base porque no tengo ese perfil. De hecho, más que una directora de juego, corro a campo abierto. Ordenar al equipo es fácil y con la ayuda de Lino, todavía más. Trabajamos muy duro.  

—Tus estadísticas en Liga regular son casi clavadas a las de la temporada pasada: antes jugabas 35 minutos y ahora, 33m 44s, de anotar 12,1 puntos has pasado a 11,9, de capturar 8,8 rebotes a 9… Repartes 3,8 asistencias. 1,9 promediaste el curso anterior. Es un dato muy simbólico.
Y es porque juego más minutos de base. Eso hace que pueda repartir un poco más de juego y, a campo abierto, tengo un poco de visión y puedo encontrar a mis tiradoras. El trabajo es a medias. Si no la meten, no me cuenta como asistencia.

—También eres regular con los tiros libres, con sólo un 54,4% de efectividad. Tu mejor cifra fue en el Celta y no mucho mejor, un 58,6%.
Ahí la mente juega conmigo. Eso también tengo que mejorarlo.  

—Tamara Abalde, jugadora del Stadium Casablanca, me dijo que hace series muy buenas en los entrenamientos y en los partidos se colapsa. ¿A ti te pasa lo mismo?
Tal cual. En las prácticas puedo meter 20 seguidos y en un encuentro… La mente te juega una mala pasada cuando fallas uno y sabes que es tu punto débil… Practicando más la mecánica y confiando más en mí espero liquidar este déficit en unos añitos. [Se ríe].  

—¿Cuándo te pones en la línea de personal, asumes que fallarás? ¿Le das muchas vueltas a la cabeza?
Sí, como no tienes un porcentaje muy alto dudas cuál es el tiro correcto. Cuando fallas el primero, no sé qué pasa, tampoco te entra el segundo. Es como cuando tienes un día malo.

—¿Pierdes la visión del aro casi?
No. Simplemente creo que varío la mecánica por el hecho de haber fallado el anterior y por eso tampoco acierto con el siguiente.

—“María Araújo tiene el cielo abierto”. Así definió tu juego Manu Caínzos, fotógrafo, responsable de comunidades y un largo etcétera del Uni Ferrol.
¡Qué bonito, Manu! [Nos reímos]. No sé. Creo que por ahora las cosas me están yendo bien, aunque tengo mucho que trabajar y mejorar. Ojalá pueda llegar lo más lejos posible. El camino es hacerlo poquito a poco.     

—“Me llama la atención la dulzura de María Araújo cuando habla y lo acojonada que me tiene cuando la veo jugar”, reconoció Vieja Gloria hace unos meses. Otro contraste.
Creo que las jugadoras nos convertimos en la pista, aunque a unas se nos nota más la transformación. Cuando veo las acciones que Vieja Gloria edita los partidos, me digo… ¡Uy, ésa no soy yo! Son recortes bastante graciosos.  

—En verano te entrenas muy duro en Valencia.
No paro. No es el mejor sitio, ya que paso mucho calor. Suelo exprimirme mañana y tarde. Hago gimnasio y, después, trabajo con uno de los entrenadores del Valencia Basket. Disfruto jugando y mi meta es seguir mejorando. El verano está para eso y más uno tan largo como el que tenemos las jugadoras. Nos da tiempo de  descansar, estudiar, trabajar, viajar… Es un momento perfecto para crecer.

—¿El oro y tu MVP en el Europeo sub 20 de Portugal te cambió para siempre? ¿Te dio más seguridad, tranquilidad…?
No. Yo sabía quién era. Puede desde fuera la gente empezase a saber más de mí o pensar otras cosas. Realmente yo estaba muy tranquila, sabía que mi trabajo estaba siendo bueno. Al final, las recompensas acaban llegando de una manera u otra, ya sea con un MVP, un oro o una buena temporada.   

—Meses después debutaste con la absoluta.
Soy realista. Era un sueño que veía lejos porque son todas muy jóvenes y buenas. Sabía que, si me llamaban, me tiraría de cabeza. Y así fue. Tengo que seguir trabajando duro para que me convoquen y disfrutar de la experiencia.

—¿En la selección hacéis vídeos divertidos como en el Uni Ferrol?
La imagen seria del grupo en la pista cambia en el vestuario. Es un equipo divertido. Al final somos jóvenes que nos lo pasamos bien conviviendo. La selección es una familia, y no es un tópico. Desde el principio te acogen muy bien.  

—¿El lema del “tomate” de dónde viene?
Es un eslogan: “Toma tomate”. Es el color de la selección y también una canción… Es nuestro grito antes de empezar los partidos y lo que nos identifica.

—Quienes te conocen bien cuentan que eres un poco marmota. ¿Ha habido evolución en ese aspecto? [Nos reímos].
Creo que ya he espabilado… [Risas]. Un poco sí. Con la edad, cambias.

—¿Ya no pierdes tanto las cosas?
Sí, eso ya está solucionado.

—Hace unas horas te sorprendías en Instagram de que éste fuese vuestro último partido fuera de casa antes de los playoffs. ¿Se te ha pasado muy rápido la temporada?
Sí, igual o más que el año pasado. Habernos clasificado para los playoffs es, de nuevo, una sorpresa, aunque quizás, desde fuera, haya quien se lo esperase porque ya lo conseguimos el curso anterior. Aunque que somos un grupo diferente y si hemos repetido éxito ha sido por nuestro trabajo diario. Tenemos que disfrutarlos, llegar lo más lejos posible y seguir en la misma línea.

—También os parecéis al Bàsquet Femení Sant Adrià en que ficháis a extranjeras que parecen de la ciudad.
Sí, el uni Ferrol tiene unos valores muy sólidos, y quienes llevamos tiempo allí los llevamos bien dentro. Al final, es nuestro eslogan: “Humildad y trabajo”. Cuando llegas a un equipo así y ves que no tienes que ser la americana que se tire todas, sino ser tú, jugar y saber que te llegarán los tiros… Eso hace que dejes de pensar en ti misma y juegues en equipo.

—El pintor Eduardo Hermida te hizo un retrato.  
¡Una pasada! Lo conocí el año pasado. Cuando vi que empezaba a dibujarnos le dije: “¡Tú estás loco!”. [Risas]. ¡Con lo difícil que es retratar a una jugadora…! Le di mil gracias por el cuadro. Lo tengo ya en Vigo, en mi casa. Es increíble que se sienta de nuevo el baloncesto femenino en Ferrol.  

—Héctor Rico es uno de vuestros seguidores más entusiastas y os ayuda en el club. Difunde Ferrol por el mundo entero casi.  
La afición nos apoya mucho desde Ferrol, Madrid… Héctor está siempre pendiente de nosotras. Cada día de partido y entre semana escribe varios tuits. Es un fiel seguidor que nos arropa mucho. Sólo podemos darle las gracias.

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