miércoles, 31 de octubre de 2018

Norberto de la Mata: "Al final, lloras casi con las jugadoras"

Cronómetro de Récords entrevista al jefe de prensa del Club Baloncesto Bembibre


Norberto de la Mata, durante la última edición del Open Day Liga Día. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

Toni Delgado / L'Hospitalet de Llobregat 

A veces, una primera impresión sólo dura unos segundos. Con su traje negro, corbata roja y maletín, Norberto de la Mata (Bembibre, León, 1983) me pareció un empresario serio. ¿Por qué se presentaba así en Fontajau para escribir una crónica en el portátil? Poco después, tres cuartos de hora antes del inicio del Uni Girona-Club Baloncesto Bembibre, me vi obligado a sacar la grabadora para hacerle una pequeña entrevista sobre Rosó Buch, exjugadora de su equipo. Ya había descubierto que Norberto de la Mata, jefe de prensa
del Club Baloncesto Bembibre, es un periodista apasionado. Un libro abierto. ¡Malditos prejuicios! Volvimos a coincidir en el Eduardo Lastrada. Entonces incluí reacciones suyas en la contracrónica del partido ante el Stadium Casablanca y aprecié su persistencia en el periodismo y en la vida. Sí, era un superviviente.  

Aunque no me imaginaba que tanto. Con 10 años sufrió un accidente en una piscina y estuvo 15 días en coma. "Tuve dos paros cardíacos.... He aprendido que siempre debes disfrutar al máximo de cuanto hagas", confiesa. Vencer a la muerte le hizo todavía más soñador. Soñador de los que pelean por sus metas. 

Norberto de la Mata nació periodista. Su madre, Mairena, siempre lo recuerda con un periódico deportivo en las manos y escuchando música en la radio. Puede que su forma de vestir en los pabellones de baloncesto sea el enésimo gesto de su respeto por un oficio tan maltratado: "Creo que hay otra forma de hacer periodismo y que se acabará imponiendo a la que se basa en sacar trapos sucios y polémicas en vez de informar. Tarde o temprano, volverá el periodismo analítico y riguroso".  

—Como jefe de prensa de un club tengo que, dentro de unos límites, adornar la noticia –continúa Norberto de la Mata. 
—¿Qué es adornar la noticia? –le pregunto. 
—Te pongo un ejemplo. Tras una paliza, no puedes poner que el equipo ha hecho el ridículo. ¿Sabes qué me duele? Me fastidia que haya quien opine o incluso escriba crónicas y resúmenes sin haber visto el partido. Su análisis es irreal. ¿Y qué me dices de las faltas de ortografía? Mi madre asegura que soy igual de puntilloso que el abuelo.


El jefe de prensa del Club Baloncesto Bembibre. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Puntilloso, metódico y perfeccionista, Norberto repasa los textos al límite y se pone enfermo cuando alguien confunde sobre todo con sobretodo. No hay duda: en otra vida fue profesor de lengua. Fran García, exentrenador del club, le llama lingüista. No va mal encaminado. Al jefe de prensa del Club Baloncesto Bembibre la lingüística le "mola mucho". Cada día  se pierde un rato en la RAE y la Fundéu. Le gusta comparar sus crónicas con las del resto para aprender y darse cuenta de qué no está bien.    

Es fácil reconocer a Norberto de la Mata en un pabellón: traje y corbata, una cámara colgada en el cuello, una mano en el teclado y la otra libre para animar a su equipo. Salta, da indicaciones, sufre, festeja... Es periodista, jefe de prensa, aficionado... Sólo le falta jugar y arbitrar: "No dispongo de los recursos económicos ni del tiempo necesario para llevar a cabo lo que mi cabeza piensa que puedo hacer. Fíjate qué hace un jefe de prensa en Bembibre. Ante el Stadium Casablanca piqué en el ordenador el nombre de las jugadoras para las chicas de las estadísticas, monté las cámaras  y llevé el ordenador para la retransmisión, una batalla que trato de mejorar cada día". Redacta las previas y las crónicas, realiza entrevistas a las jugadoras, gestiona las redes sociales del club... "Tanto esfuerzo tendrá una recompensa. Si el periodismo vuelve a lo que creo que tiene que ser, puede que tenga mi oportunidad", reconoce. 

Queen era su grupo favorito de pequeño, mientras que Neil Young "quizás" llegó en el momento oportuno, en sus últimos años de carrera, en Madrid: "Un riff de guitarra te vuelve loco y ya te quedas. No me canso de escuchar a Neil Young". Asocia esas canciones a su última etapa en Madrid, en la que trabajó en una radio, la FEB... 

Llegó a la capital sin apenas haber salido de su pueblo y con una maleta cargada de "sueños, ilusión y mucha inocencia". Su madre siempre le dice que le engaña cualquiera y que es mejor con los de fuera que con los suyos. "Seguramente tenga razón. Asegura que con ella soy muy malo", sigue. Norberto es así, sin filtros. Soñador y realista. Aunque en la Complutense soñaba con narrar los partidos del Real Madrid en la Cadena SER, después se dio cuenta de que "sin padrino en el periodismo, no entrarás donde aspiras". Hace una pausa: "No sé si conseguiré ese sueño que tenía... Además, en Madrid descubrí que quizás la radio no era lo mío. En el periodismo escrito estoy muy  contento y motivado".  

Siempre fue un "bicho raro" entre sus amistades del barrio y la gente de su edad. O, más bien, siempre fue Norberto, alguien auténtico en un mundo de máscaras: "Hombre, a veces sí que tienes que dejarte llevar y aceptar la opinión de la mayoría, pero siempre que eso no te haga ir totalmente contra tus principios. Intento ser yo". Hace una semana saltó a la pista del Pazo Provincial dos Deportes de Lugo para abrazar a Popi González, segundo entrenador, tras el primer triunfo del curso del Club Baloncesto Bembibre, ante el Ensino (61-62):  "Teníamos que ganar después de tres partidos en los que habíamos competido muy bien. A Pepe Vázquez [el entrenador] se le entrecortaba la voz en la rueda de prensa. Estaba a punto de llorar. Todos y todas nos emocionamos. Más de 50 personas de Bembibre y Ponferrada habían viajado para arropar al equipo".  

Sus padres, Toño y Mairena, también estaban entre el público.   Cuando pueden, se apuntan a los viajes. "Se ha formado un grupo muy sano de unas 10 personas: Mari, Rosi, Rodrigo, que fue directivo, mis padres... Animan mucho al equipo", describe el jefe de prensa. Su madre se enamoró para siempre del Club Baloncesto Bembibre y se quedó afónica el mismo día, el 10 de abril de 2014, en el segundo partido de semifinales ante el Perfumerías Avenida. "Ganamos 68-65 en el Bembibre Arena. Ese día se sacaron las gradas que están habitualmente recogidas para dejar más espacio detrás de los banquillos. ¡Hubo 1.500 espectadores! Es la mejor entrada que recuerdo. Al final del partido le dije a Chiqui [Barros, el entrenador de entonces] que sabía que ganaríamos ese partido. ¡Fue una locura!", recuerda. No es para menos: en 12 días su Club Baloncesto Bembibre le había ganado dos partidos de tres al Perfumerías Avenida. El primero, en Würzburg y por 75-76, supuso su billete para los primeros playoffs de la historia del conjunto berciano para desconsuelo de un Uni Girona que perdió en casa ante el Rivas Ecópolis. "En el primer encuentro del playoff tampoco voy a hablar de robo, pero algunas cosas nos perjudicaron", detalla.  

—¿Qué sensaciones tenías para el tercero y definitivo, Norberto?
—¡Pensé que la volveríamos a liar en Salamanca!  Pero el equipo llegó muy justo. Nos fue imposible. Sólo tienes que mirar la diferencia en los rebotes: 55 a 21. Robinson y Rezan nos hicieron un traje [derrota por 92-54]. 

Así finalizó su primera temporada como jefe de prensa del Club Baloncesto Bembibre. Su fichaje fue curioso. Muy rápido.
—Me encontré en la calle a José Luis Velasco, el director deportivo. "Me acabo de enterar de que vuelves a vivir en Bembibre. Tienes que ayudarnos", me comentó. Le dije que ya hablaríamos. Eso creo que fue un miércoles o un jueves. El sábado salí a correr y volvimos a coincidir. "Oye, Norberto, por la tarde tienes que ir al pabellón. Empieza la Liga Femenina", me comentó. "¿Y qué?", le pregunté. "Eres nuestro jefe de prensa", me respondió.  

Norberto de la Mata, en el centro, con la plantilla que ganó la Copa de Castilla y León. Foto cedida por Norberto de la Mata.

Horas después, Norberto de la Mata se estrenó en su nuevo cargo con victoria ante el Stadium Casablanca. Entonces no se imaginó todo lo que le quedaba por sufrir, disfrutar y vivir: un triunfo en Esteiro que cerró una mala racha y en el que Anna Gómez "me dio un abrazo al final" o una remontada de 19 puntos en el último cuarto ante el Rivas Ecópolis en el Cerro del Telégrafo (temporada 2014-2015); un partido ante el Gernika en el que tuvieron mascota, Peñita, "y me tocó hacer de speaker"; la Copa Castilla y León ganada ante el Perfumerías Avenida en el curso 2016-2017, en el que "nos quedamos a dos canastas de la Copa de la Reina"; el triunfo la temporada pasada en San Sebastián ante un invicto Ibaeta... "Siempre me habían llamado futbolero, pero el baloncesto me conquistó".  

También lo hacen las jugadoras. 

—Esto es deporte: las jugadoras llegan y se van –suele decirle José Luis Velasco. 
—Tienes un problema muy grave: les coges mucho cariño a las jugadoras –le insiste Fran García, exentrenador del club. 

A uno y a otro Norberto les responde lo mismo: "Ya, pero pasas tantas horas y compartes tantos viajes con ellas... Sabes que se vacían por el equipo. Al final, lloras casi con las jugadoras. No creo que me haya llevado mal con ninguna. Con algunas, claro, he tenido más afinidad: Rosó Buch, Orla O'Reilly, Alba González,  Brittany Brown, Quinn Dornstauder, Aleksandra Stanacev, Anna Gómez, Jovana Pasic, Kika Rakovic, Laura Aliaga, Vicky Llorente... Laura Herrera me ganó cuando le pasé un artículo sobre su trayectoria para que lo revisase y me dijo que se notaba que hago las cosas con mucho cariño". 

El entrevistado, en Würzburg, el día que el Club Baloncesto Bembibre logró la clasificación para los playoffs de la Liga Femenina. Foto cedida por Norberto de la Mata. 

Las deportistas y los entrenadores cambian, pero el Club Baloncesto Bembibre conserva su filosofía: "Si las jugadoras no son combativas, el proyecto no tiene lógica. Para lo bueno y lo malo, somos un club distinto. No sé si una familia, pero tenemos un trato diferente con las deportistas".  

—¿En qué sentido, Norberto?
—Si una jugadora tiene un problema con el grifo y llama al club, alguien se lo arreglará en pocos minutos. En otro sitio quizás le digan que espere a que llegue el fontanero. Aquí hasta la relación con el jefe de prensa es distinta. Es un loco que es el primero y el último en animar. ¿Sabes Toni? Estoy bastante contento de que la gente se esté reenganchando al Bembibre Arena. Espero que no suceda, pero quizás algún día nos quedemos sin baloncesto de élite en El Bierzo. El Bembibre es un club muy humilde. Este verano ha sido agitado, pero el equipo salió, y creo que es bastante majo. Ojalá lleguemos al parón de selecciones con tres victorias. 

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