Cronómetro de Récords entrevista a la base del Araski
Toni Delgado / Sant Adrià de Besòs
Izaskun García (Muxika, 1992) sale del vestuario del Marina Besòs con el pelo un poco mojado y una maleta con ruedas. "Después de un partido así, todo lo que te voy a decir será negativo...", avanza la base del Araski, dolida tras la clara derrota ante un Bàsquet Femení Sant Adrià con una intensidad infinita (78-64). Izaskun García parece cercana, reservada y divertida. No hay duda de que es inconformista y muy autocrítica.
—Os han destrozado en los rebotes: 38 por 19, 11 por 2 en el primer cuarto...
Es un aspecto del que hablamos siempre los lunes, después de los partidos. Tenemos que cerrar mejor los rebotes, trabajarlos más. Hay muchos equipos que no fallan con segundas oportunidades.
—¿Os ha faltado ser más vosotras mismas? No habéis sido una piña. Parecía que cada una tenía su lucha particular.
Tienes razón. Creo que el partido ha empezado tan a nuestro favor que cuando el Bàsquet Femení Sant Adrià le ha dado la vuelta no hemos luchado cada balón durante un rato. Después, nos ha sido imposible remontar. No podemos ganar a nadie si no nos dejamos el alma los 40 minutos.
—Made Urieta, vuestra entrenadora, grita a los cuatro vientos y gesticula durante el partido, pero en los tiempos muertos, aunque a veces alce la voz, siempre pronuncia palabras clave. "Es momento de valientes. Primero tenemos que centrarnos en reducir la desventaja a 10 puntos", os ha comentado antes del último cuarto, con 60-43. Os sabe motivar en cualquier momento.
Cuando otros y otras se pondrían a chillar y perderían los papeles, Made nos transmite confianza. "Os falta confianza", nos ha insistido Made. Necesitábamos esa seguridad en el tiro. Hemos hecho un 2 de 19 en triples. Si rebajas la diferencia a diez puntos, ves la remontada más asequible. Aunque, a veces, si perdemos por 15, bajamos los brazos. No podemos permitirnos eso. En general, no nos rendimos. No tenemos tres jugadoras decisivas. Todas sumamos, aunque ante el Bàsquet Femení Sant Adrià ni mis compañeras ni yo hemos estado acertadas ni hemos dado nuestro 100%. ¡Hemos fallado en todo! Tenemos que trabajar mucho para realizar un buen partido el viernes ante el Valencia Basket.
—"Ojalá pudieras ver partidos de Izas con 16 años jugando en el 1ª Nacional y comprobar cómo las rivales intentaban seguirla cuando se ponía a correr", me ha contado alguien que te conoce bien...
[Se ríe]. ¿Quién es ése?
—Te lo digo luego... [Risas]. ¿Realmente corrías tanto?
Siempre me ha gustado correr y es cierto que en el 1ª nacional sacaba más ventajas con la velocidad y las penetraciones. No era todo tan físico. Ahora quiero saber quién es esa persona...
—Un poco de paciencia... Por cierto, me maravilla la gran facilidad que tenéis algunas jugadoras de frenar en un espacio muy reducido.
Made siempre me dice que frene antes, así que todavía sigo entrenando ese aspecto. Apoyos, piernas... Es mucho trabajo en el gimnasio.
—"Hasta este año nunca ha sido anotadora, pero en las pachangas de verano hace lo que quiere y las mete de todos los colores", insiste el mismo testimonio.
¡Por Dios! ¿Quién es? Este año hemos jugado muchísimas pachangas y este verano se organizó un torneo en el pueblo que me vino bien. Eran partidos de 40 minutos. No paré de jugar.
—¿Cómo se llama vuestro grupo de WhatsApp de las pachangas?
¡Izaski del Araski!
—El confidente secreto es Eneko.
Sí, ya me he dado cuenta... Es un friki. Tengo 100 mensajes suyos. Eneko es un apasionado del baloncesto que se traga todos los partidos: hace scouting de todo. Es de Gernika, aunque vive en Hungría desde hace años. Le voy a escribir ahora para echarle una bronca... [Risas].
—Eneko asegura que se nota un "plus de control" en tu juego por haber tenido a Mario López como entrenador.
En Gernika hay jugadoras de tanta calidad todos los años que sí que se juega más con ese control de marcador, cinco por cinco... De momento no estamos muy preparadas para ese cinco por cinco y el juego rápido nos viene mejor. Cuando nos volvemos locas, sí que quizás rescato ese control.
—Has jugado 32m 23s y promediabas 31m 10s, más de 10 minutos más que el año pasado (21m 45s). Tus porcentajes de tiro son casi idénticos, pero has mejorado mucho en asistencias y rebotes. Te sientes más protagonista en la pista.
Sigo dando lo mejor de mí, pero estoy mucho más cómoda. Me siento amenaza en el tiro, penetro más, asisto más... Cuando dispones de 10, 15 o 20 minutos, quizás tienes el miedo de que te cambien. Con más minutos, juegas con más tranquilidad y seguridad.
—Asumir el rol de revulsiva debe de ser muy complejo. Entiendo que cogiste una confianza que te ha valido esta temporada.
Cuando sólo sirves para dos minutos, para defender y no tirar... Cuando te marcan tanto las cosas, es difícil que confíes en ti misma. Made confía 100% en todas las jugadoras y por eso creo que somos un equipo diferente al resto.
—¿Eres una base cerebral?
No lo sé. Me gusta controlar el partido, pensar en quién necesita el balón... Disfruto atrayendo a la defensa para que una compañera pueda tirar sola. Las asistencias me encantan. Una base tiene que buscar que el equipo esté contento.
—También comunicarse con cada compañera de diferente forma. Una base necesita conocerlas a todas muy bien, ¿no?
Exacto. En ese aspecto necesito dar un pasito más porque muchas veces soy de sangre caliente. Cuando veo que no puedo, exploto, y en vez de decir "¡venga!", me sale la vena...
—¿Te controlas más con la pelota que sin ella?
¡Muchas veces sí! [Risas].
—¿Qué aprendiste de Roselis Silva, ahora en el CB Bembibre, y qué estás aprendiendo de Paula Estebas?
De Roselis Silva, que la base no sólo puede repartir, sino también sumar puntos y jugarse los tiros. Roselis es una jugona: triples, penetraciones... De Paula Estebas, su temple. Siempre está igual: no la verás cabreada ni triste, suceda lo que suceda. Y eso ayuda mucho al grupo.
—Hasta la primavera del año pasado, tu club siempre fue el Gernika. ¿Por qué te fuiste al Araski?
Creo que hubo años en que fui irregular en el Gernika y que eso me impidió tener más papel en la pista. Las dos últimas temporadas sí que intentaba dar el 100% en cada entrenamiento y en los partidos. Me veía súper bien, pero no tenía esa recompensa en la pista. El Araski me gustaba por su juego. Pensé que podría encajar bien allí y decidí irme.
—Made te había tenido como rival casi desde que naciste. Te conoce muy bien.
Desde cadete incluso. Que una entrenadora que me había seguido toda la vida confiara en mí fue decisivo. También el juego del Araski. Además, estoy muy cerca de casa, a una horita en coche... Una gozada. No me puedo quejar.
—"No soy una jugadora a la que le afecte demasiado lo de fuera", le contaste hace meses a Jokin Victoria de Lecea en Deia.
Cuando juego, no me influye ningún ruido. A veces mis compañeras me comentan cosas sobre la grada... ¡Yo no me entero de nada! Quizás vienen a verme mis amigas y me preguntan si las he oído. Y yo: "Gracias, lo siento, pero no...".
—¿Has dedicado alguna vez una canasta?
Sí, me toqué la coleta para dedicarle una a mi prima por su cumpleaños, pero no soy de eso. Me gusta que el público nos anime, pero en el parqué no me entero de nada. Entre la defensa, el ataque y estar pendientes de las otras nueve jugadoras y de mi entrenadora tengo bastante.
Izaskun García, durante el partido. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
—¿Ésa es la prima a la que ibas a ver jugar a baloncesto?
No, es una pequeña. Me refería a una prima más mayor, que me saca, creo, unos 10 años. Mi hermana también jugaba, era más grande, no tocaba balón... Era bastante malilla. [Risas].
—Te gustaba más ir a ver a tu prima.
¡Sí! Además, mi prima también era base. No sé por qué, siempre me he fijado en la que sube el balón. Mi hermana llevaba el 9 y mi prima, el 13. "Coge el 9", me decía mi madre cuando empezaba a jugar. "¿Me podéis dar el 13 que, al final, mi madre me deja llevarlo?", le comenté al profe. Me lo dieron y luego me cayó una bronca... Hasta no hace mucho mucho mi número era el 14. Ahora es el 4.
—13 menos 9, 4.
[Risas]. ¡Pues sí! Nunca lo había pensado. Siempre me ha encantado defender y robar balones. ¿Sabes? Me gusta ver los partidos de Laia Palau. No sé qué hace, pero impone cuando salta a la pista. Núria Martínez es brutal también. Intento seguir a Marta Xargay. Consumo mucho baloncesto: Liga Día, Eurocup, Euroliga...
—¿Verás el Bàsquet Femení Sant Adrià-Araski en diferido?
Sí, esta noche. Creo que es importante para preparar el siguiente partido, aunque a veces me fustigo demasiado: "¡Joder, Izas!".
—¿Gritas?
[Se ríe]. A veces me entran ganas, pero no... En muchas ocasiones te vas a casa pensando que el equipo y tú habéis estado mal y el vídeo te demuestra lo contrario. Aunque otras veces es al revés y ver el encuentro te ayuda a afrontar la siguiente semana con una premisa clara: no te puedes permitir esos errores.
—Este partido creo que va a a ser tal cual lo recuerdes.
Yo también lo pienso.
—También me dijo Eneko que es muy difícil quitarte el balón de las manos. Ha jugado contigo y contra ti.
Creo que es por la altura. Muchas veces mi bote es muy bajo y es más difícil... No sé... Las bases de la Liga Día todas somos de apretar, pequeñitas, y nos podemos quitar el balón.
—Asegura que estás mejor que nunca físicamente.
Sí, me encuentro bien. En verano me preparé mucho para no repetir otro año con mil lesiones. De momento, toco madera, estoy bien.
—El papel de revulsiva combinado con las lesiones debe de ser mortal. Y si lo juntas con el cambio de equipo y de ciudad...
Cada semana me pasaba algo... Un día, durante el entrenamiento, tuve una reacción alérgica y acabé en el hospital, me hice tres o cuatro esguinces durante la temporada, tuve la ciática... ¡A mi edad! Me pasaban cosas pequeñas que, en general, no me impedían jugar el partido, pero sí que lo hacía con dolor siempre. Sin poder haberme entrenado bien. Las lesiones me vinieron bien para la cabeza, ya que no me hundí. Me centré en lo que podía controlar: dejarme el alma. Este año estoy súper feliz de no tener percances, claro.
—¿Cómo es Muxika?
Un pueblecito con dos bares, vacas... Es muy grande, pero muy verde. Aunque en los últimos años han hecho muchos chalets, Muxika no tiene ni panadería. He estudiado y he jugado en Gernika, que está a unos 3 kilómetros. Mis amigas también son de allí.
—Me ha sorprendido que no tenga panadería...
¡Pues es así! Cuando me retire, igual monto una yo.
—¿Cómo estás viviendo el gran momento del Gernika, en dieciseisavos de la Eurocup y con el mejor balance de la Liga Día junto al Perfumerías Avenida [horas después, con su triunfo en Fontajau ante el conjunto charro, el Uni Girona les empató a nueve victorias en 10 partidos]?
El año pasado sufrieron mucho en la primera vuelta y creo que se merecen vivir la situación actual. Tienen un gran equipo. Las veo siempre y les deseo lo mejor. Espero que eliminen al Galatasaray en los dieciseisavos de la Eurocup.
Enlace relacionado
Galería de momentos del Bàsquet Femení Sant Adrià-Araski
Enlace relacionado
Galería de momentos del Bàsquet Femení Sant Adrià-Araski
No hay comentarios :
Publicar un comentario