lunes, 28 de enero de 2019

Tania Pérez: "Me planteé retirarme varias veces. Sin Xevi Calm seguramente no estaría jugando"

Cronómetro de Récords entrevista a la alero del Stadium Casablanca

Tania Pérez tras el partido. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Sant Adrià de Besòs 

Cuando le pregunto qué es para ella el compromiso, Tania Pérez (Santa Coloma de Gramenet, 1991) responde apretando los dientes y disparando balas con los ojos. Compromiso podría ser el tercer apellido de la alero del Stadium Casablanca. "Si me comprometo con un equipo, es para dar mi 200% siempre. Da igual que sea una sesión de tiro. La temporada son siete meses muy intensos en los que hay que dejarse la vida. Si he llegado hasta aquí, es porque siempre voy al máximo", relata Tania Pérez tras la derrota por 67-52 en el Marina Besòs ante el Bàsquet Femení Sant Adrià. 

—Me ha dicho una excompañera tuya que te copiaría la ética de trabajo. ¿Quién crees que puede ser?
¿Alguna pista? 

—Te define así: "Es inagotable. Siempre quiere más y nunca se conforma. Es muy pesada, pero siempre a buenas". 
[Se ríe]. ¿Juega en el Cadí La Seu?

—Puede ser... 

—Sí. 
Pensé en ella desde el principio. Andrea también se exprime del todo. Es una trabajadora nata. En verano nos hemos entrenado juntas. Si un día una estaba un poquito más flojita, la otra tiraba de las dos. Andrea Vilaró es ejemplar.  

Laia Palau y Silvia Domínguez hacían los ejercicios de dominio de balón en un momento y, en cambio, vosotras... 
¡Claro! Estamos hablando de leyendas, eh. No te diré que Andrea Vilaró y yo seamos malas, pero vamos a nuestro ritmo. [Risas]. Nos lo pasábamos bien. Eso era clave.  

—Vilaró asegura que eres "un trozo de pan". 
Fuera de la pista siempre me estoy riendo. Me gusta hacer bromas, animar a todo el mundo... Me encanta la alegría, transmitirla, recibirla... Eso sí, en la pista no hay sonrisa. 

—Ni en el calentamiento. 
No. Se acabó. 

—Es por respeto. 
Estoy concentrada y metida en lo que toca. Es mi manera de enfocar el partido. 

—Tu compañera Marta Montoliu comenta que gracias a tu cara "de agresividad" y a tu intensidad defensiva creció mucho cuando subió al CBF Sarrià. 
Ah, ¿sí? Nunca me habían comentado eso de una mirada. Normalmente tengo que defender a la anotadora del rival y esa mirada es fundamental... Llevo muchos años coincidiendo con Marta y tenemos muy buena relación. Me alegro de haberle transmitirlo eso. 

—¿Cuál crees que fue la primera impresión que tuvo sobre ti Andrea Vilaró? 
[Se ríe]. Que era una chunga, una choni... 

—Te vio aparecer con Marta Arbizu en una prueba para fichar por el UB Barça... 
¡Sí, sí! Nosotras salíamos del Draft Gramenet, de Santa Coloma. Íbamos a entrenar con ropa Kipsta, que tu madre te compra en el Decathlon. En el Barça todas llevaban camisetas de Adidas, de la NBA... Y yo miraba a Marta Arbizu y le decía: "Mañana tenemos que ir a comprar ropa". 

—Al menos erais dos... 
¡Y no hacía el ridículo sola! Nos miraron en plan: "Y estas chungas... Qué pintas...". Siempre cuento esa anécdota. De cadetes o júnior dábamos miedo. 

—¿Andrea Vilaró y tú formáis un dúo cómico?
En La Seu éramos las payasas y cuando teníamos el día tonto, la liábamos un montón. Hemos hecho muchos vídeos, como ése mitando a Cristiano Ronaldo con su celebración. Andrea y yo nos parecemos mucho dentro y fuera de la pista.  

—"Trataremos de detectar nuestros errores y dar con la tecla para evitar que esos bloqueos mentales nos duren tanto", contó Fabián Téllez, tu entrenador, en Cronómetro de Récords, en noviembre.  
Somos un equipo nuevo, joven y con varias debutantes en la Liga Día. Poco a poco hemos ido encontrando esas teclas. También te digo que trabajamos mucho y que podemos dar más que hoy en el Marina Besòs. Tenemos mucho margen de mejora. La Liga es corta y muy exigente.  

—Desde fuera da la impresión de que os sigue penalizando el error, aunque menos que antes.  
No somos un equipo mentalmente fuerte. Las jugadoras jóvenes tienen que ir creciendo en ese aspecto y es necesario que las veteranas les transmitamos más esa fortaleza y estabilidad emocional en pista. Estamos intentando crecer es ese aspecto, y no es fácil.  

—¿Tienes suficiente confianza? 
El año pasado lo pasé mal en Polonia [en el Sleza Wroclaw]. Sí, jugaba muchos minutos, pero mi rol era totalmente defensivo y apenas aparecía en ataque. A veces me cuesta creerme que puedo aportar al equipo en el bloqueo directo, en el tiro exterior, en ser agresiva al aro y sacar faltas... Pero no hay tiempo ni excusas. Hay que sacar adelante los partidos.  

—Parece que la psicología y la motivación se te den bien.
Mi amigo Àlex, que me ha entrenado, me ayuda cuando no estoy bien, sobre todo para afrontar las lesiones, los  momentos bajos del equipo... Nos llamamos durante la semana, le digo cómo me siento y, a partir de ahí, trabajamos. 

—Sobre todo habláis de emociones, ¿no?
Así es. Además, soy una tía muy emocional y mis cosas malas son muy malas. Tengo que mejorar muchísimo en ese aspecto y Àlex me está ayudando. 

—¿Eres muy de extremos?
Soy muy autoexigente conmigo misma y eso, a veces, no es bueno. No soy de hundirme. Soy bastante positiva. Hay días que me cuesta digerir el partido 24, 28 o 30 horas. Otros en 14 me digo: "¡Que llegue el lunes...! ¡Me quiero poner ya a trabajar!". 

—Hasta su lesión del año pasado en el CB Bembibre, Quinn Dornstauder sobresalió en la Liga Día. Ésta, en el Stadium Casablanca, no está igual físicamente. Normal después de una tríada. A veces se le ve dudar demasiado. Parece que tenga miedo.  
Al final, cuando sufres una lesión así, ya puedes tener al mejor fisio y al mejor recuperador y que la rodilla te responda... Es vital que hagas un trabajo mental. Quinn dice que no tiene esa confianza para ir para hacia adentro, para el contacto... Y aquí nadie se va a apartar: o vas dura o... Me he roto las dos rodillas e intento transmitirle mi experiencia, pero eso es tan personal...  Por mucho que se lo digas a alguien, o lo trabaja la misma persona o es muy difícil. El equipo confía en ella, en que pueda sacar su mejor versión y, sobre todo, en que no tenga miedo. El baloncesto es para disfrutar. Si estás en la pista sufriendo, no merece la pena. 

—Es muy común que, ante una lesión grave, los clubes corten a las jugadoras. En tu primer año en Liga Femenina el Cadí La Seu te renovó pese a que te lesionaste al principio de la temporada.  
Sólo tengo palabras buenas para el Cadí La Seu. Es mi casa. Me rompí en Ibiza y el club rápidamente me ofreció seguir un año más. Estoy súper agradecida al Cadí La Seu, que me permitió crecer como persona y jugadora, superar lesiones graves... Y, bueno... [Hace una pausa]. Me emociono recordándolo. Lo di todo por esa camiseta. Creo que el respeto y el cariño es mutuo.  

—¿Qué sentiste cuando volviste con el Stadium Casablanca al Palau d'Esports en la primera vuelta? 
Fue muy raro. Piensa que son muchos entrenamientos en esa pista. 

—¿Un "qué hago yo aquí"?
Puede ser... Es indescriptible. Mirar a la grada y ver caras conocidas, comprobar que la gente te desea lo mejor... Conseguimos cosas muy bonitas [como dos semifinales de Liga Femenina y dos Lligues Catalanes].  

—Ahora el Palau se llena y la grada ruge gracias a GAS, el grupo de animación del Cadí La Seu. 
Tengo muy buenas amistades: Bernat [Canut], Xevi [Calm]... Sólo me puedo alegrar de que la afición se siga volcando en La Seu, de que llene el Palau y GAS empuje así a las jugadoras. En mi época sentíamos también el cariño y el aliento del público.   

—Has nombrado a Xevi Calm. La figura del fisioterapeuta está cada vez más valorada, pero no lo suficiente. En tu escrito de despedida del Cadí La Seu explicabas que Xevi Calm te ayudó en "los momentos más duros". 
Sí... Buff... Es que... [Se emociona]. Es que Xevi... Yo lo he pasado muy mal. Mis primeros años en La Seu fueron muy duros... Tuve una lesión de rodilla y estuve de baja nueve meses, luego me operaron dos veces seguidas de quistes ováricos y tuve que estar dos meses en cama... Y la verdad es que sin él... No sé... Me planteé retirarme varias veces. Sin Xevi Calm seguramente no estaría jugando. ¿Realmente me merecía la pena seguir sufriendo y pasar otra vez por quirófano? Xevi me dijo: "Tania, no pares porque esto sólo te hace ser más fuerte. No puedes dejar el baloncesto".   

—Creo que tus palabras van a inspirar a cualquiera. Hay mucha gente que nos dice no y tenemos que valorar más a quienes nos animan con su sí se puede.  
Recuerdo perfectamente que le pedía a Xevi que quedase conmigo para hablar. Estaba al límite. Él me sacó del pozo más negro. Me ayudó a tener ganas de seguir entrenando y mejorando, de continuar ayudando a mis compañeras y seguir creciendo como persona... En el Stadium Casablanca tenemos a Alicia Calvo y a Isaac Caseras. Sigo con una lesión de rodilla bastante porculera: tengo la rodilla hinchada, un derrame en el menisco... Y me están tratando de diez. Es un trabajo invisible que tendría que ser más reconocido. Sin ellos muchas jugadoras no podríamos pisar la pista o jugar este tipo de partidos.  

—¿Sufrir tanto te hizo mejor capitana en La Seu?
Totalmente. Al final, no sólo sufrí por las lesiones. Creo que en La Seu tuve un aprendizaje muy, muy duro que me ha hecho ser mentalmente muy fuerte. No sé si antes de tiempo o no. Intento transmitirle a la jugadora joven que no se desvíe del  camino, que es muy largo y está plagado de baches. Si persistes, te llegará la recompensa. Es mi caso. Tras tantos contratiempos, ahora estoy disfrutando un poco del baloncesto.  

—Creo que el haber sufrido tanto también ha hecho que sientas alergia por las excusas. 
Es así. Creo que son... [Risas]. Me ahorro la palabrota. No hay excusas. Si no juegas, mírate. ¿Por qué no juego? ¿Qué hago? ¿Me entreno al 150%? ¿Lo doy todo? ¿Escucho? ¿Miro? ¿Aprendo? ¿Me cuido? Sólo cuando cumplas todo esos requisitos podrás preguntar a tu alrededor.  

—Ése es el retrato que ha hecho de ti como capitana Marta Montoliu: escuchas, propones y aceptas propuestas... 
Para algunas jugadoras no seré su estilo de capitana y a otras sí que les llegaré. Y tanto que lo puedo hacer mejor y seguiré aprendiendo de Laia Palau o Núria Martínez, personas con mucho liderazgo. ¿Sabes? Me gusta observar cómo actúan en determinadas situaciones en los partidos.  

—Te gustan las ganadoras infinitas.  
Me fijo, sobre todo, en líderes, en quien quiere más y más, no pierde el apetito y no se rinde. Quien sea así es el verdadero líder, independientemente de sus estadísticas.  

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