Cronómetro de Récords entrevista a la base del Basket Zaragoza en la Copa de la Reina de Zaragoza
Carmen Grande, base del Basket Zaragoza, a la derecha, animando a su equipo en las semifinales de Copa de la Reina ante el Valencia Basket. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Zaragoza
Carmen Grande (Madrid, 1997), base del Basket Zaragoza, aparece por el pasillo de los vestuarios del Príncipe Felipe con la acreditación colgada en el cuello, la mochila a cuestas y el pelo todavía un poco mojado tras el paso por la ducha. Desde el primer momento transmite que es de aquellas personas que potencian y permiten la autenticidad del resto. Enérgica, expresiva y reflexiva, la madrileña sueña, por qué no, con levantar la Copa de la Reina en su pabellón ante el Perfumerías Avenida este domingo [Teledeporte y Aragón TV, 17.30 horas]. De momento, ya batieron en semifinales a otro gran favorito, el Valencia Basket (59-74).
—Hay una niña que te va a ver a todos los partidos que puede con su familia.
Se llama Alba, es de Ferrol, tiene 12 años y parece mayor porque es igual de alta que yo [1,76 metros]. ¡Es una crack! Alucino con Alba y con su familia.
—¿Cómo reaccionaste cuando te explicó la historia?
Me llegó al alma. Una amiga mía es su entrenadora. Alba está en la selección gallega y se lo pasa genial. La temporada pasada iba a ver entrenarse a su equipo y de vez en cuando me ejercitaba con ellas.
—¿Fuiste esa niña?
Me encantaba el baloncesto y me pasaba la tarde en el pabellón. Terminaba los deberes muy rápido y podía llegar a las instalaciones a cuatro de la tarde, aunque el entrenamiento fuese a las siete. Pasaba esas horas con amistades, con personas más mayores y más pequeñas... Ni mi familia ni yo hemos sido muy forofos de nada. No he llegado a seguir a nadie como hace Alba, que acumula un montón de kilómetros.
—Tu capacidad de sufrimiento es increíble.
A lo largo de mi carrera he aprendido que lo único que importa es la siguiente jugada. Si estás preocupada por lo que ha pasado antes, no podrás levantarte ni superarte ni tampoco hacerlo igual de bien. Da igual que acabes de fallar 10 triples o de meterlos, la siguiente acción es lo importante. La perseverancia es "continúo, me es indiferente lo anterior".
—¿Los viajes que has hecho a lo largo de tu trayectoria deportiva en busca de tu sueño, sobre todo el de Estados Unidos [donde jugó para Ball State y Ohio State], han multiplicado esa capacidad de reaccionar antes las adversidades?
Te diría que sí. Son experiencias que me han enseñado muchos detalles sobre mí, sobre cómo tienen que ser las personas de las que me quiero rodear, qué quiero tolerar y qué no, por qué juego a baloncesto... A veces tenemos la Mentalidad Mamba de Kobe Bryant, ese "no pain no game", no hay juego sin dolor, y yo seguía esa filosofía al pie de la letra. Ahora descanso, disfruto... Siempre he tenido otras cosas además del baloncesto, pero hoy en día me empapo de otros detalles. La perseverancia es fantástica, pero es necesario escucharse y desconectar, rodarte de quienes te lo permiten y te hacen disfrutar del deporte.
—Antes estabas esperando en la banda para volver a la pista y por cómo te has sentado, te he imaginado haciendo meditación.
Hago otro tipo de meditación: escribo para mí sobre cómo me siento, mis emociones...
—Lino López debe de ser alguien muy especial.
Con Lino encajé muy bien, incluso comentaban que nos parecíamos mucho como jugadores. Apostó mucho por mí, disfruté un montón en pista y competimos muy bien la mayoría de partidos, a pesar del descenso a Liga Femenina Challenge. Aprovecho la ocasión para darle mi enhorabuena al Uni Ferrol por su regreso a la Liga Femenina. Estoy muy contenta por la ciudad y por el club. Los llevo en el corazón, igual que a Lino López, que me trató genial.
Carmen Grande con Leo Fiebich después del histórico pase a la final de la Copa. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
—¿Te inspira mucho Patricia Cabrera?
Por supuesto. Patri es una gran amiga que tiene todos los ingredientes para ser una capitana, alguien que lidera desde el silencio y el trabajo, y que cuenta siempre con la palabra correcta en el momento preciso. En mi mochilita de recuerdos me llevo una temporada de experiencias con ella en el Uni Ferrol.
—¿Rodeada de personas como Davinia Ángel o Vega Gimeno, una persona tiende a expresarse más?
Yo hablo mucho. No me callo. [Se ríe].
—Me refería a que si ya eres muy expresiva, quizás con ellas todavía lo seas más.
En el Basket Zaragoza puedo gritar y estar triste. Se acepta. Teniendo cerca a personas con las emociones a flor de piel puedes expresarlas más.
—¿Cómo estaban las emociones hoy?
Estábamos tranquilas porque la presión era para el Valencia Basket.
—En el Eurobasket de València de 2021 le hiciste un fotomontaje a María Conde como si fuese Wonder Woman.
Es una de mis mejores amigas y la diosa a la que le rezo. [Risas]. Me lo pasé genial jugando con ella cuando estábamos en el Estudiantes. María Conde es una persona inspiradora.
—¿Cómo viviste el debut de Leyre Urdiáin en la Copa de la Reina, en cuartos de final?
Me alegré un montón por ella. Leyre Urdiáin es una niña con un cuerpo ya privilegiado para jugar a baloncesto y creo que si continúa trabajando a este ritmo pronto la veremos dando mucha guerra. Además, y muy importante: tiene los pies en el suelo, es muy tranquila y su cabeza está muy bien amueblada. Nos ayuda mucho.
—¿Qué estás aprendiendo de las otras dos bases, Mariona Ortiz y Lara González, y del entrenador, Carlos Cantero? ¿De qué te estás empapando de estas tres personas?
De Mariona Ortiz, de su calma, ese "voy a tomarme un segundo, no hace falta tener la decisión y la solución a todo ya". Es muy inteligente y me transmite esa tranquilidad que a veces me falta. Trabajo mucho mi paciencia. Lo quiero todo ya y, al final, el baloncesto es un juego de pausas. Trato de observar y fijarme mucho en qué y cómo dice las cosas, sus gestos... Es más veterana y ha vivido muchas más cosas que yo. ¿Qué te puedo contar de Lara González? Se ha convertido en una muy buena amiga y gran compañera, y siempre da lo máximo que tiene. Cuando estás preocupada por algo, saber cómo sacarle el hierro al asunto. Siempre tiene la palabra adecuada para mí y está siendo un apoyo increíble. Y Carlos... Carlos Cantero tiene un papel muy complicado en este equipo porque hay muchísimo talento y, ente comillas, egos. No son egos como tal, muchas jugadoras han sido muy importantes en sus equipos y, al final, hay un balón. La gestión del grupo, dar confianza cuando la necesitamos, ayudarnos... Estudia los partidos al detalle, lo ve y lo analiza todo... Sabe muchísimo de baloncesto. Me quiero empapar una y otra vez de estas tres personas, y del resto del equipo.
—Me imagino que sois un equipo muy expresivo que comparte mucho.
Nos comunicamos mucho, y nadie se echa para atrás si quiere aportar cualquier cosa.
—¿Cómo te imaginas la final?
Será un día especial en el que intentaremos disfrutar del ambiente, empaparnos de la experiencia y no tener presión. Querremos estar tranquilas, compartir el balón, defender y, en definitiva, tratar de plasmar nuestra identidad en pista, sea quien sea el rival [en ese momento se estaba jugando la otra semifinal de la Copa de la Reina de Zaragoza, entre el Perfumerías Avenida y el Gernika].
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