sábado, 1 de abril de 2023

Carlos Moreno: "Para mí el Perfumerías Avenida es como un hijo al que continúo viendo crecer"

Cronómetro de Récords entrevista en la Copa de la Reina de Zaragoza al coordinador médico del Perfumerías Avenida

El Dr. Carlos Moreno, coordinador médico del Perfumerías Avenida, con su inseparable maletín en la Copa de la Reina de Zaragoza. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 


Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Zaragoza 

"Esta maleta tiene casi tantos como el club. Me la regaló Nicolás San José, de la Agencia Prodep, una persona muy vinculada al baloncesto que desgraciadamente ya no está entre nosotros. En 1989 Nicolás tenía una empresa de distribución de productos médicos, y cuando ascendimos a la antigua División de Honor fue a visitarme y me regaló este maletín, entre otras cosas", confiesa el Dr. Carlos Moreno (Alcañices, Zamora, 1958), coordinador médico del Perfumerías Avenida y médico de la Federación Española de Baloncesto (FEB).
 
—¿Llevas el maletín de Nicolás San José a todas las Copas y a todos los sitios? 
A las Copas y a los viajes con el equipo, y lo hago con mucho orgullo. Lleva un fonendo, un aparato de la tensión, una cánula de Guedel [para respirar], medicamentos básicos y de urgencia, inyectables... Es un botiquín médico normal. 

—¿Para ti la Copa es una medicina?
Sí, para mí es terapéutica: marca un punto clave en el año. Antiguamente, cuando era en enero, más todavía, porque me partía la temporada en dos, y hacía que me relacionara mucho con el equipo durante esos días, y me sentaba muy bien. Como a todo el mundo, me gusta ganar, pero siempre he disfrutado de la Copa. 

—¿Cómo has vivido los cuartos de final contra el Barça CBS [triunfo de Perfumerías Avenida por 67-55]?
Con nervios. El Barça CBS es un equipo fuerte y duro, y hemos tenido la suerte de empezar muy bien y que ellas no lo hicieran tanto. Me he ido tranquilando progresivamente. 

—¿Sueles sufrir mucho?
Sí. Suelo estresarme un poquito. Creo que todo el mundo del banquillo tiene que tener un cierto grado de tensión competitivo, ya que la relajación no es buena. 

El Dr. Carlos Moreno ayuda a caminar a una Laura Gil dolorida en su etapa en el Perfumerías. Foto: Morgan. 


—¿Cómo ves las semifinales del sábado contra Gernika?
Un poco como el Barça. Posiblemente va a salir muy motivado, como no puede ser de otra manera después del partido que ha hecho hoy [por el viernes]. Es un equipo que está creciendo. Serán muy duras y difíciles de batir. 

—¿Qué tienes de Alcañices, tu pueblo? 
Bastantes cosas, una muy importante es la pasión por comunicarme y el contacto humano. Alcañices es una villa de paso enclavada en la frontera con Portugal, y quien vive allí está muy acostumbrado a la interacción social.  

—¿Esa mirada te hizo escoger el camino de la medicina deportiva?
Posiblemente. Quería abrir una nueva ventana en un momento en el que la medicina deportiva no estaba lo suficientemente implantada en España, y la mayoría de mis compañeros y compañeras optaron por especialidades que en aquel entonces eran más convencionales: medicina interna, general, de familia... Yo ya amaba el deporte.   

—Carlos, tienes cara de atleta... 
Eso ha sido en mi vejez tardía. [Nos reímos]. Empecé a jugar a baloncesto en el Colegio Salesiano María Auxiliadora de Salamanca, que curiosamente era potente en atletismo. Aunque le ponía mucho entusiasmo, ni la calidad ni la altura me acompañaban. Años después, vi que estaba capacitado para jugar en un campeonato interno en la facultad, pero que no podría hacerlo como federado. 

—¿Y qué decidiste?
Me hice árbitro y llegué a pitar en la Segunda División de la época, la actual Liga LEB Plata, y también en la Liga Femenina. Dejé el arbitraje cuando los viajes fuera de Salamanca se hicieron incompatibles con la carrera y las prácticas, y fue entonces cuando me formé como entrenador y estuve unos años dirigiendo equipos en colegios. 

El entrevistado choca las manos con Alba Torrens. Foto: Morgan. 

—¡Eso es tocar casi todos los palos! Fuiste médico del equipo olímpico en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.  
Nunca olvidaré esa experiencia, en la que se invirtió mucho en presupuesto y profesionales, también en la medicina deportiva. Se hizo una exhaustiva planificación de equipos, atletas o cuerpo técnico con profesionales dedicados a tiempo completo (entrenadores, médicos, fisiólogos...).   

—Semanas antes de los Juegos, la Agrupación Deportiva Universidad de Salamanca, el futuro Perfumerías Avenida, ascendió a la élite después de ganar a la Universidad de Málaga en Vitoria. Has visto crecer al club.  
Para mí el Perfumerías Avenida es como un hijo al que continúo viendo crecer. Lo he visto jugar en el pabellón universitario, cuando era Agrupación Deportiva Universidad de Salamanca, el proyecto impulsado por Julio Fermoso García, el rector de la universidad en aquel momento y que al principio sólo contaba con jugadoras salmantinas. En 1992, cuando ya llevaba un tiempo vinculado a la entidad, ascendimos a Liga Femenina, y el primer año entre las mejores sufrimos para mantener la categoría. En 1994 la Universidad de Salamanca decidió no continuar con el proyecto porque era muy costoso y cedió los derechos federativos de sus equipos, y los del grupo de baloncesto femenino fueron para el Club Baloncesto Halcón Viajes. 

—Poco a poco, el club empezó a consolidarse.
Y llegaron jugadoras de más renombre: la primera, Amaya Valdemoro. Durante cuatro o cinco temporadas viví la evolución del club desde la distancia, pues estuve en el Club Baloncesto Salamanca, un proyecto efímero de un constructor salmantino. El equipo jugó dos años en la Liga ACB después de ocupar la plaza en la élite del Askatuak de San Sebastián y después la vendió al CB Granada. Después pasé a la desaparecida Unión Deportiva Salamanca, de fútbol. 

—¿Continuabas vinculado al baloncesto? 
Sí, más o menos. Tenía compañeros en el club y a veces me pedían consejos. La temporada 2000-2001 regresé al Club Baloncesto Halcón Viajes, después entraría Perfumerías Avenida, que finalmente se quedaría liderando en solitario el proyecto. El Perfumerías Avenida forma parte de mi identidad como médico y como aficionado de baloncesto.  

—¿Uno de tus momentos más especiales es el Argandazo, la Copa ganada en Arganda del Rey contra un Ros Casares repleto de estrellas? 
Sin duda. Vencer a un Ros Casares todopoderoso con un partido muy bien planificado por Lucas Mondelo fue increíble. No las dejamos jugar, pues de lo contrario habríamos perdido seguro. Mi momento más emotivo sucedió siete años antes, en 2005, cuando levantamos en Valencia el primer título, la Copa de la Reina en una final agónica contra el Basket Zaragoza [Mann Filter Zaragoza] y con José Ignacio Hernández como entrenador. Entonces el Ros Casares y el UB Barça eran los dos mejores, y luchábamos por ser terceras o cuartas. Otro momento impresionante fue levantar la Euroliga en Ekaterimburgo.   

—En seis años, desde la primera Copa, ganasteis el doblete (Copa y Liga) el curso 2005-2006, y la Euroliga en 2011... El crecimiento del Perfumerías Avenida fue extraordinario.  
La Copa de León, con Núria Martínez, y la primera Liga ante el UB Barça también forman parte de mis grandes recuerdos deportivos con el club. Jorge Recio siempre tuvo muy claro desde el principio que quería hacer algo grande y, sinceramente, yo pensaba que el trayecto sería más lento: en muy poco tiempo pasamos de ser un equipo de media tabla en España a coronarnos en Europa. Más allá de la inversión económica y del entusiasmo de la empresa, hubo un gran acierto con las jugadoras. Uno de los movimientos clave fue Sancho Lyttle, una deportista definitiva en aquel momento.   

—También se ha tenido mucha puntería con quienes no compiten en el parqué. 
Así es. Quienes formamos parte del club siempre hemos estado muy motivados e identificados con el Perfumerías Avenida, empezando con José Ignacio Hernández, el primero que hizo crecer este proyecto, y sin olvidar a Raquel Romo, actual entrenadora ayudante y que siempre ha estado aquí.  

—Eres el coordinador médico del Perfumerías Avenida. ¿Quiénes formáis parte del equipo? 
Estamos dos médicos, Jorge Álvarez y yo, como médicos a tiempo parcial, y a tiempo completo Mavi Sánchez, la preparadora física, y Aiora Arocena, la fisioterapeuta.  

—La Copa de la Reina es la fiesta del baloncesto en la que nunca falta Carlos Moreno.
Mi primera Copa fue en 2002 y justo en Salamanca, y desde entonces, a la única a la que he faltado fue a la del año siguiente, precisamente aquí, en Zaragoza. Es una competición que me encanta por el ambiente que se vive, por los reencuentros que te permite...   

El Dr. Moreno con la selección española en 2010. Foto: Germán Monge.

—Salvo competiciones de varios días, no viajas con el equipo. En la Copa pasas más horas con las jugadoras. ¿De qué habláis? 
Justo por lo que comentas, a principio de temporada me gusta hacer un viaje con el equipo y normalmente es a la Supercopa, para que las nuevas me conozcan y me identifiquen. No voy todos los días a los entrenamientos y, por horarios, suele tratarlas más mi compañero. Me parece fundamental que me vean en el bus, el avión, el desayuno... Al final es establecer vínculos. Hablamos de la vida, de experiencias, anécdotas, aprendizaje... De muchas cosas. 

—Esperemos que tengas una Copa tranquila... 
Eso será una gran noticia: sin lesiones y sin visitas al hospital, sólo ocupándome de las cosas del día a día, como una sobrecarga...   

—Hace un rato que te lo quiero preguntar... ¿Te sientes un pionero en la medicina deportiva? 
Sí. Lo somos quienes empezamos en la medicina deportiva en aquellos tiempos. En mi caso formé parte de la junta deportiva de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED / FEMEDE) y junto con Ángela Sánchez Revilla abrimos en 1988 la Clínica Depor Salud, la primera dedicada exclusivamente a la medicina deportiva en Salamanca. Estaba en el número 47 del paseo de la Estación. Es vital abrir nuevas puertas, ¿no te parece?

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