martes, 4 de abril de 2023

"Ver a Helena Oma te cambia el día; siempre está atenta y dispuesta a ayudarte"

Sofía da Silva, Mariona Ortiz, Gracia Alonso de Armiño, Alicia Calvo, Lara González y Carlos Cantero retratan para Cronómetro de Récords a la MVP de la Copa de la Reina de Zaragoza  


Carmen Grande dibuja la sonrisa de su compañera Helena Oma, MVP de la Copa de la Reina de Zaragoza. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Zaragoza

Hay pocas cosas comparables a mirar a alguien a los ojos mientras te habla de algo que le apasiona o de una persona a quien quiere con locura. La mirada de Sofía da Silva cuando retrata a su "hermana de sangre" Helena Oma (Terrassa, 1996) brilla, es de puro orgullo y admiración. "Me cuesta encontrar las palabras precisas porque se merece tanto vivir un momento así... Ver a Helena Oma te cambia el día. Siempre está atenta y dispuesta a ayudarte en lo que sea. Tiene un corazón que no le cabe en el pecho. Es la mejor", asegura, emocionada, la pívot del Gernika. Se refiere a la MVP de la Copa de la Reina, a la heroína de un Basket Zaragoza que hace un rato acaba de ganar su primer título en su pabellón, el Príncipe Felipe, ante 10.800 espectadores. 

Para Sofía da Silva, Helena Oma es "la hermanita tontita" [así se llaman entre ellas a veces] y Omanita. Se conocieron en el Uni Girona y desde entonces son familia. Eliminada del torneo en semifinales de Copa contra el Perfumerías Avenida, la portuguesa se quedó en Zaragoza para apoyar a una persona vital en su vida.  

"Es muy positiva y siempre está ayudando al resto. Lo que más admiro de Helena Oma es su tenacidad y persistencia. Es una trabajadora nata que no pregunta, hace. Me recuerda a la filosofía de Jaycee Carroll", interviene Mariona Ortiz, su compañera de habitación. "Va poquito a poquito, jamás se quejará por nada. Siempre tiene ganas de trabajar, es puro trabajo y me alegro mucho de que recoja lo que siembra", interviene Gracia Alonso de Armiño, ala-pívot del Basket Zaragoza. 

Es de justicia poética y meritocrática que una jugadora  silenciosa y de infinitas intangibles sea premiada con un reconocimiento individual como el MVP. La estadística, siempre tan fría, suele ser esquiva con perfiles así. De vez en cuando los premia, como comprobó Laura Camps en la Copa de la Reina de León: coronó al Perfumerías Avenida ante el Ros Casares. 
Igual de importante que Camps entonces y también sin ser la más valorada de la final [17 de valoración por los 21 de Markeisha Keisha Gatling], Oma levantó un premio en forma de estrella, el diseño para la jugadora más importante del torneo. 

La alero catalana habla con Elisa Aguilar tras recibir su premio. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Después de la incomprensible expulsión por una antideportiva y una técnica de la capitana Vega Gimeno, la alero catalana asumió el liderazgo y segundos después metió un triple, sus tres primeros puntos (31-34 a los 24m 35s). Aunque sería en el último cuarto cuando decantaría el encuentro para su equipo con 11 puntos más (dos triples, un par de canastas de dos, y un tiro libre). Ese puntito y otros dos antes de Gatling, con asistencia de Oma, claro, rematarían el triunfo ante un Perfumerías Avenida al que le faltó más temple ante el anfitrión.   


"¡Helena Oma es la puta ama! [Se ríe]. Poco a poco, ha ido cogiendo poder y su rendimiento es excelente, por eso Carlos [Cantero] apuesta por ella. Sabía que entraría cada tiro que salía de sus manos. En el banquillo se celebraba la canasta antes incluso de que lanzase", asegura Alicia Calvo, fisioterapueta del conjunto aragonés. "Se ha jugado los tiros que tenía que jugarse, y ha estado muy acertada. Atrás hemos estado muy sólidas", celebra Gracia Alonso de Armiño. 

¡Triplazo de Helena Oma! Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

"No puedo estar más orgullosa del equipo y, claro, por del trabajazo de Oma. Después de que Vega Gimeno ya nos pudiera acompañar, ha sido ella quien ha sacado la garra y la resiliencia y ha sacado el equipo adelante. Teníamos que sacar energía de donde fuese y hacerlo también por Vega", apunta la base Lara González. Una fuerza incontenible que retrata a un equipo con una gran capacidad de adaptación. "Cuando falla una, otra responde, y así ha sido durante toda la temporada. Siempre ha habido alguien que ha dado ese paso adelante, como Helena en la final de Copa", añade Alicia Calvo.  

—¿Cómo has vivido ese impresionante último cuarto de tu hermana? –le pregunto a Sofía da Silva. 
—¡Uf! Con la piel de gallina y llorando. [Le empiezan a caer lágrimas]. Se me pasaron por la cabeza mil cosas que ha vivido. Sé lo que trabaja, lo que curra todo el verano, las ganas que le pone y la persona increíble que es. Estoy orgullosa de Omanita. Es sangre de mi sangre... –responde, emocionada. 

Sofía da Silva y Helena Oma: un abrazo entre hermanas de sangre. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Jugadora de rendimiento inmediato, la alero catalana, formada en el Joventut Esportiva Terrassa y el Basket Almeda, debutó en Liga Femenina con el Uni Girona, con el que ganaría una Liga y una Supercopa, y donde tuvo poco protagonismo, por más que aprovechase sus minutos. Más papel tendría en su cesión al Cadí La Seu con Bernat Canut y en el Ensino, primero con Carlos Cantero. Oma disfruta ahora de su mejor momento en la élite.   

"Creo que en el Basket Zaragoza ha encontrado su sitio. Está en un equipo en el que confían en su trabajo y en ella, y siempre se la valora porque está para lo que sea. ¡Quiero una Oma siempre en mi equipo!", la piropea Gracia Alonso de Armiño. "Oma es mi favorita desde que conseguimos incorporarla en enero de 2021 para el Ensino. La temporada pasada no pude ficharla porque cuando llegué al Basket Zaragoza ella ya había renovado en Lugo. Y a la mínima que he podido volver a contar con ella, aquí está. Es una jugadora completa y una persona estupenda a quien da gusto dirigir. Las excusas no le gustan nada", la describe Carlos Cantero, su entrenador. 

El baloncesto es amistad. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—Sofía, si tuvieras que escoger un adjetivo para definir a Helena Oma, ¿cuál sería? –le pregunto a da Silva. 
—Es tantas cosas que no sabría concretártelas en una sola palabra –responde. 
—¿Qué te parece omnipresente? –le pregunto. 
—¡Sí! ¡Te lo compro! Es que realmente está en todos los sitios. ¡Mi Omanita es tremenda! –cierra, orgullosa. 

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