Rossi celebra su victoria en Shanghai besando su Yamaha -AP.El seco duro golpe en la mesa, tan esperado y exigible, llegó por fin en el sitio más exótico. Ubicado sobre un pantano, el Shanghai International Circuit tiene la recta más larga del Mundial (1.202 metros) y una forma peculiar que corresponde al símbolo chino Shang y que significa 'ascender'. Por mística y trazado, era el escenario adecuado para que Valentino Rossi (Urbino, Italia, 1979) volviese a recordar qué es ganar una prueba en la máxima cilindrada, qué es ser el mejor un domingo por la mañana. En el GP de China Rossi aparcó su balance de ocho meses y siete pruebas sin ganar e imponiéndose a Dani Pedrosa logró un triunfo sencillo, digno de su pilotaje y de su historial. Esta vez su celebración fue discreta: se quitó el casco y los guantes y se sentó al lado de su Yamaha. Durante unos segundos ni tan siquiera se movió; después se levantó, se agachó y besó su máquina.
Posiblemente, mientras se mostraba cariñoso con su moto, Rossi recordaba los artículos que ha podido leer en los últimos dos años, recordaba las caras de aquellos que habían escrito que él, Il Dottore, el icono del motociclismo, nunca volvería a ser el mismo, que estaba más que acabado y que sus críticas a Michelin y a Yamaha eran sólo excusas de un piloto en decadencia. El heptacampéon demostró a sus detractores que en 2008 puede ser el de su octavo título y, de momento, se coloca tercero en la clasificación con 72 puntos, siete menos que su compañero Jorge Lorenzo, que pese a tener el tobillo izquierdo fracturado acabó cuarto, y con nueve de desventaja con Dani Pedrosa, ahora líder en solitario y segundo en China. El actual campeón, Casey Stoner, fue tercero a casi 16'' y está a 25 puntos del liderato.
El duelo tan promocionado
En el Shanghai International Circuit Rossi se reivindicó en el trazado tal y como celebró después su victoria, con suma tranquilidad, incluso con cierta parsimonia. Porque Rossi logró un triunfo pragmático y autoritario Lo hizo con un único adelantamiento, un interior a su compañero Colin Edwards, el sorprendente poleman esta vez. A partir de entonces Il Dottore se pegó a Dani Pedrosa y ambos se distanciaron del resto a partir del cuarto giro. Empezaba el duelo que tanto se ha promocionado y tan pocas veces se ha dado. Casey Stoner, ya a más de dos segundos, no era rival para ellos, tampoco Jorge Lorenzo, mermado por su caída bastante tenía con defenderse ante los ataques de Andrea Dovizioso o Marco Melandri. El piloto español pudo celebrar su 21º cumpleaños con un meritorio y épico cuarto puesto. Lorenzo, infiltrado con calmantes en sus tobillos, había confesado que no podía mover el cuello y que no podía ir ni al lavabo solo.
En la recta principal del trazado chino, construido inicialmente para albergar la Fórmula 1, Rossi adelantó a Pedrosa aprovechando simplemente la mayor velocidad punto de su Yamaha ante la Honda, algo bastante inusual. No arriesgó el piloto español, que apenas inquietó a su rival, y cuando lo hizo no tuvo opciones de superarle. Se sabía líder en solitario porque Lorenzo, con el que compartía el liderato, estaba lejos, mucho más cerca de los que sus condiciones físicas podían permitirse. A siete giros para el final la diferencia era de 0'251 segundos, a falta de tres ya era de un seungo. Acabó siendo de 3'8 porque Rossi buscó un triunfo cómodo y, de paso, superar el récord del circuito de Pedrosa. Lo logró: la nueva marca a batir es de 1'59''273.
"Estoy muy, muy feliz. ha sido un período difícil en el que hemos cambiado de neumáticos (de Michelin a Birdgestone), pero sabía que teníamos lo necesario para ganar aquí y me he sentido muy feliz desde el viernes", relataba Rossi, posiblemente el piloto más carismático de la parrilla. Otra vez lo demostró ante las cámaras de TVE: ¡Me falta una, tío!", le dijo a Ángel Nieto cuando un compañero de la televisión pública le pasó unos cascos azules para hablar con el ex piloto español. Nieto acumula 90 triunfos en el mundial, sólo uno menos que Rossi, que en el GP de China volvió a reencontrarse.
Posiblemente, mientras se mostraba cariñoso con su moto, Rossi recordaba los artículos que ha podido leer en los últimos dos años, recordaba las caras de aquellos que habían escrito que él, Il Dottore, el icono del motociclismo, nunca volvería a ser el mismo, que estaba más que acabado y que sus críticas a Michelin y a Yamaha eran sólo excusas de un piloto en decadencia. El heptacampéon demostró a sus detractores que en 2008 puede ser el de su octavo título y, de momento, se coloca tercero en la clasificación con 72 puntos, siete menos que su compañero Jorge Lorenzo, que pese a tener el tobillo izquierdo fracturado acabó cuarto, y con nueve de desventaja con Dani Pedrosa, ahora líder en solitario y segundo en China. El actual campeón, Casey Stoner, fue tercero a casi 16'' y está a 25 puntos del liderato.
El duelo tan promocionado
En el Shanghai International Circuit Rossi se reivindicó en el trazado tal y como celebró después su victoria, con suma tranquilidad, incluso con cierta parsimonia. Porque Rossi logró un triunfo pragmático y autoritario Lo hizo con un único adelantamiento, un interior a su compañero Colin Edwards, el sorprendente poleman esta vez. A partir de entonces Il Dottore se pegó a Dani Pedrosa y ambos se distanciaron del resto a partir del cuarto giro. Empezaba el duelo que tanto se ha promocionado y tan pocas veces se ha dado. Casey Stoner, ya a más de dos segundos, no era rival para ellos, tampoco Jorge Lorenzo, mermado por su caída bastante tenía con defenderse ante los ataques de Andrea Dovizioso o Marco Melandri. El piloto español pudo celebrar su 21º cumpleaños con un meritorio y épico cuarto puesto. Lorenzo, infiltrado con calmantes en sus tobillos, había confesado que no podía mover el cuello y que no podía ir ni al lavabo solo.
En la recta principal del trazado chino, construido inicialmente para albergar la Fórmula 1, Rossi adelantó a Pedrosa aprovechando simplemente la mayor velocidad punto de su Yamaha ante la Honda, algo bastante inusual. No arriesgó el piloto español, que apenas inquietó a su rival, y cuando lo hizo no tuvo opciones de superarle. Se sabía líder en solitario porque Lorenzo, con el que compartía el liderato, estaba lejos, mucho más cerca de los que sus condiciones físicas podían permitirse. A siete giros para el final la diferencia era de 0'251 segundos, a falta de tres ya era de un seungo. Acabó siendo de 3'8 porque Rossi buscó un triunfo cómodo y, de paso, superar el récord del circuito de Pedrosa. Lo logró: la nueva marca a batir es de 1'59''273.
"Estoy muy, muy feliz. ha sido un período difícil en el que hemos cambiado de neumáticos (de Michelin a Birdgestone), pero sabía que teníamos lo necesario para ganar aquí y me he sentido muy feliz desde el viernes", relataba Rossi, posiblemente el piloto más carismático de la parrilla. Otra vez lo demostró ante las cámaras de TVE: ¡Me falta una, tío!", le dijo a Ángel Nieto cuando un compañero de la televisión pública le pasó unos cascos azules para hablar con el ex piloto español. Nieto acumula 90 triunfos en el mundial, sólo uno menos que Rossi, que en el GP de China volvió a reencontrarse.
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