viernes, 17 de julio de 2009

Un Tour anclado en la primera semana

Haussler se tapa la cara tras lograr su primer triunfo en el Tour -EFE.


La primera semana de cualquiera de las tres grandes vueltas es de tanteo, de ataques de ciclistas que aspiran a un triunfo de etapa y con los favoritos dosificando fuerzas. El recorrido, más allá de la contrarreloj, es llano y la cosa suele decidirse en el sprint final. Dichas sensaciones son las que transmite este Tour en su segunda semana, anclado en la primera. Ni un triste amago de romper con la monotonía entre quienes se postulan como grandes candidatos. Sólo la mini exhibición de Alberto Contador en Arcalís. Nada más. La épica y las ganas parecen responsabilidad de aspirantes a lograr cosas puntuales. El Tour se ha convertido en un bazar de oportunidades. O en una plataforma perfecta para debutantes como el francés Brice Feillu, triunfador en Andorra y destacado también en la 13ª etapa, entre Vittel y Colmar. Feillu estuvo muy cerca de conseguir el maillot amarillo por momentos, la recompensa a su ataque compartido con Amets Txurruka, la cuota del Euskaltel que no falla en cualquier aventura honrosa en carrera. Pero ni uno ni otro pudieron alcanzar al último integrante de la fuga inicial y la jornada, marcada por la lluvia y los chubasqueros, acabó encumbrando a Heinrich Haussler (Cottbus, Alemania, 1984). El ciclista del Cervélo es uno de los más destacados en lo que va de curso, pues ha ganado también dos etapas en la Vuelta al Algarve y otra en la París-Niza. Haussler tiene una cara absolutamente infantil y parece el prototipo de hombre de clásicas. Incluso llegó a ser número uno de la clasificación de la UCI durante unos días.


Como en la etapa precedente el ganador salió de la fuga buena en una cita en la que se especulaba con que aquellos que ocupan los principales titulares o piezas periodísticas confirmasen que realmente están corriendo en Francia y no hacen cicloturismo. Si en Vittel ganó Nicki Sorensen con un ataque a su último compañero Laurent Lefevre a falta de cinco kilómetros, esta vez Haussler se deshizo en la bajada del Platzwasel de Sylvain Chavanel, a quien la guía oficial de la carrera coloca como favorito probablemente para cuadrar la página y/o poner a un francés. A falta de menos de 50 kilómetros Haussler se propuso completar la etapa en solitario y lo consiguió pese a los extraordinarios esfuerzos de Feillu y Txurruka. El vasco también desbancaría a Feillu y se aseguró la segunda plaza de la etapa. Su gesto cuando alcanzó a Chavanel fue de respeto: le dio un golpe en la espalda en señal de reconocimiento y lo dejó atrás sin excesivos esfuerzos.


Sobre el resto de corredores hay poco más que añadir además del abandono de Levi Leipheimer por su caída de ayer jueves y la interesante lucha por el maillot verde y el de la montaña. Ambas prensas cambiaron de dueño: Thor Hushovd se la arrebató a Mark Cavendish –muy lejos en el sprint del pelotón, 205 puntos por 200– y Franco Pellizotti ya supera por 98 a 95 a un desfondado Egoi Martínez que coronó el Schlucht antes que su rival, pero que estuvo lejos en el Platzwasel. Pero la declaración más entrañable de otro día de primera semana en el Tour la pronunciaría el ganador, Haussler: “Ha sido un auténtico sueño. Me siento cómodo con el frío y la lluvia”. Sin corredores como él este Tour cumpliría con el tópico de los documentales de animales: ser el reclamo ideal para una siesta perfecta.


2 comentarios :

pro_magicalonso dijo...

La verdad es que está teniendo poca emoción. Saludos

Toni Delgado dijo...

Y con más noticias extradeprotivas que deportivas. Lo último, la muerte de una espectadora :( Un saludo