viernes, 14 de agosto de 2009

Kim Clijsters siempre acaba volviendo

Clijsters sonríe durante un partido en Cincinnati.



Hay personas dispuestas a demostrar continuamente que con esfuerzo y constancia se puede conseguir cualquier cosa, que es uno mismo quien logra sus propios milagros. Destilan tanto vitalismo que son capaces de comenzar de cero más de una vez, que se toman dicha decisión como una oportunidad de conocerse mejor. Cualidades que reúne Kim Clijsters (Bilzen, Bélgica, 1983), acostumbrada a rehacerse de situaciones límite y que ha vuelto a la competición después de retirarse en 2007 y ser madre el año pasado. “Las ganas volvieron”, resumió Clijsters en marzo cuando anunció su vuelta. “Me sorprende cómo estoy rindiendo, pero es el fruto de mucho trabajo”, analizó en el escenario de su retorno oficioso, en Cincinnati, donde alcanzó los cuartos de final. Tan sólo la número uno actual, Dinara Safina, fue capaz de ganar a Clijsters (6-2 y 7-5). La belga, con una invitación de la organización, había superado a Marion Bartoli, Patty Schneider y Svetlana Kuznetsova, actual campeona de Roland Garros. Sus próximos objetivos (para los que también dispone de will card) son Toronto y sobre todo el US Open. El único grande que tiene Clijsters, que lo ganó en 2005 ante Mary Pierce después de superar una grave lesión de muñeca por la que estuvo a punto de abandonar la competición y cayó al puesto 134.

Su retorno a las pistas ha sido planificado al máximo detalle: sesiones diarias de seis horas con Wim Fissette como sparring y Sam Verslegersen como guía y preparador físico. Antes de reaparecer en Cincinnati Clijsters disputó dos exhibiciones en Wimbledon, con su ídolo, Steffi Graf, y en Hertogenbosch ante Michaella Krajicek. “Conozco mejor mi cuerpo. Me siento muy bien después de la maternidad”, advierte la belga, que ha hecho ejercicios específicos para prevenir las lesiones. Incluso tiene más confianza en sí misma, algo que sus detractores le achacaron bastante, especialmente tras caer eliminada en semifinales del Abierto de Australia de 2003 ante Serena Williams después de desaprovechar una ventaja de 5-1 en el tercer set.

Breve reinado

De gran talento y flexibilidad, Clijsters tuvo la mala suerte de compartir época con su compatriota Justine Henin, contra la que perdió tres de sus cinco finales de Grand Slam (Roland Garros y US Open en 2003 y Abierto de Australia en 2004). Las dos tenistas dividieron a la afición belga. Henin llegaría más lejos (logró nueve grandes), pero Clijsters sería número uno antes, el 10 de agosto de 2003. Fueron 19 semanas de reinado para una jugadora que cuenta con 34 títulos individuales y 11 en dobles, nueve con la japonesa Ai Sugiyama como compañera. Además en 2002 y 2003 ganó el Másters femenino.

2006 pudo ser el gran año de Clijsters, pero acabó quedándose a las puertas de casi todos los torneos de mayor prestigio: fue semifinalista en el Abierto de Australia, el WTA Tour Championships (Másters femenino), Roland Garros y Wimbledon. En los dos primeros perdió ante Amélie Mauresmo, mientras que en el resto perdió contra Henin. Harta de las lesiones y con ganas de crear una familia y “tener más tiempo de comer y jugar más con mis perros”, decidió retirarse en 2007. En julio de ese año empezó su nuevo proyecto de vida casándose con jugador estadounidense de baloncesto Brian Lynch y en febrero de 2008 tendría su primera hija, Jada Elly.

De familia de deportistas

Clijsters, que debutó con 14 años en el circuito profesional y con 15 era la campeona belga más joven de la historia, es una auténtica devota de los deportes: practica y ve casi todos, desde el fútbol, el bádminton o el squash. Le viene de familia, pues su padre, Lei -fallecido en enero de cáncer de pulmón,- fue entrenador y jugador de fútbol, mientras que su madre, Els, era gimnasta profesional. Clijsters piensa que las mejores vacaciones son en invierno y con una montaña nevada como escenario.
Incondicional de Bon Jovi, Clijsters se relaja y activa con su canción preferida, We Will Rock You. Le entusiasman los musicales –como Starlight Express o Saturday Night Fevery perderse de compras por las tiendas de Londres y Nueva York. Su película favorita es Gladiator, probablemente porque se siente identificada con la lucha de Máximo, motivado por vengar la muerte de su familia. A Clijsters le mueven otras intenciones: estar de nuevo entre las mejores. Siempre acaba volviendo.

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