Acostumbrado a tantos vaivenes y a que muchos le prejubilen año tras año, Reyes Estévez (Cornellà de Llobregat, Barcelona, 1976) celebra cualquier éxito con la alegría del primero y la rabia de demostrar que de acabado no tiene nada. Realmente (con)vive con la reivindicación personal, como la que supuso su triunfo abusivo y fácil en la final de los 1.500 metros de los Campeonatos de España de atletismo al aire libre celebrada el domingo en Barcelona. “El trabajo no acababa de salir y soy muy feliz por este triunfo”, se sinceró el mediofondista catalán, que no dudó ni un segundo en pronunciarse sobre lo que podría implicar dicha victoria: “Me llevaría al Mundial. Tengo ganas y estoy en forma”. Estévez cree que merece estar entre los tres escogidos por la Federación para participar en la prueba reina en el Mundial de Berlín, que empezará el próximo día 15 y concluirá el 23. “Ahora soy campeón de España”, subrayó el que dicen que es el atleta nacional más talentoso de la historia. El próximo jueves 6 de agosto se conocerá la decisión.
“Reyes ha estado impresionante. Nadie contaba con él y ha ganado, pero por regularidad llevaría a Diego Ruiz”, se pronunció Juan Carlos Higuero, con quien Estévez tiene una relación estrictamente deportiva que se ciñe a las competiciones. El burgalés –segundo en la final, Arturo Casado fue tercero– incluso le acusó de haberle sacado de la calle uno, pero la victoria de Reyes, con unos 100 metros finales espléndidos, no admitió excusas. Y el ganador quiso seguir con sus reivindicaciones: “Llevo mucho tiempo en la élite y parece que soy muy mayor. Tengo dos años más que Higuero, parece que él es el joven y yo el viejo”. La papeleta para la Federación no es sencilla, pues teóricamente debe escoger entre Ruiz, que ha estado bastante bien este año, y Estévez, que parece haber llegado al momento decisivo en un estado de forma óptimo. “Si voy no es para caer en la primera ronda”, siguió Estévez para dejar claro que en caso de ser el tercer elegido para Berlín no le volvería a pasar lo mismo que el año pasado en los Juegos Olímpicos de Pekín, cuando no pudo superar el primer corte –“Nunca me he sentido en carrera, he estado sin sensaciones, nada... No me lo explico”, se justificó entonces tras acabar octavo de su serie–.
El atleta de Cornellà se lamenta tras no pasar el primer corte en Pekín -EFE.
Como un tobogán
La carrera de Estévez, relevo generacional de Fermín Cacho, sigue el ritmo lógico de quien se tira continuamente por un tobogán, presenta tantas subidas como bajadas. Empezó fuerte con un bronce en el Mundial de Atenas de 1997 y ganado en un sprint final impagable ante el mítico Noureddine Morceli –Hicham el Guerrouj fue oro y Cacho, plata–. Una medalla con la que el atleta de Cornellà confirmaba las expectativas generadas en su etapa júnior con victorias en los Campeonatos de España (1994 y 1995) y de Europa (1993 y 1995). O, ya como profesional, con las semifinales alcanzadas en los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996). El curso siguiente, en 1998, Estévez sería nombrado Mejor Atleta Español tras lograr la medalla de oro en el Europeo de Budapest, en el que ganó a su amigo Cacho. Como en el Mundial de Sevilla de 1999, cuando Estévez, que había sufrido una rotura de fibras en el gemelo izquierdo un mes y medio antes, fue bronce y el soriano quedó cuarto.
Tan rápido alcanzó el cénit deportivo como se derrumbó. O le derrumbaron desde la Federación en 2000 no convocándole para los Juegos Olímpicos de Sydney después de un año discreto y una nefasta final en los Campeonatos de España, ganada por el emergente Higuero. Estévez se quejó amargamente de la decisión y censuró que en 24 horas se hubiese pasado de darle las instrucciones para viajar a Australia a dejarle fuera. El peor momento de su vida fue ver la final de los 1.500 metros en dicha cita olímpica. Cinco años después del desencanto de Sydney, la Federación, quizás para compensar el error, sí que llevó a Estévez al Mundial de Helsinki, pese a no tener la mínima exigida y tras acabar segundo en el campeonato nacional, casi a la par de Higuero y Sergio Gallardo. Una decisión que incluso acabó perjudicándole, pues en Finlandia acabó undécimo y deshecho –“no iba cómodo y cuando he visto que no tenía fuerzas para estar con los mejores no he querido ni luchar. Lo mismo me daba un puesto u otro”-.
Un duelo 100% igualado: Baala y Estévez -EFE.
Australia y Finlandia
Sydney y Helsinki marcaron los momentos los momentos más duros en la carrera de Estévez, pero acabó reponiéndose de los dos. Su ausencia en Australia le motivó para entrenarse más y mejor: ganó, entre otras, la plata en el Mundial de pista cubierta de Lisboa (2001) y el mismo metal en el Europeo al aire libre de Munich (2002), en la que ha sido de momento la imagen más significativa de su trayectoria deportiva. Los jueces sestuvieron delibrando casi un cuarto de hora estuvieron quién había sido el ganador de la prueba, si él o el francés Medhi Baala. Ambos tenían la misma marca (3:45.25) y celebraron la victoria simultáneamente. La foto-finish no aclaró nada y la victoria fue finalmente para Baala por dos milésimas, curiosamente la misma diferencia con la que el estadounidense David Wottle se había impuso en la final de los 800 metros de los Juegos Olímpicos, celebrados también –más casualidades– en la capital de Alemania en 1972.
Estévez se estancó y pese a ganar su tercer título nacional en 2004 no cumplió en la cita olímpica de Atenas, donde sólo fue séptimo. Otra decepción como el sexto lugar en el Mundial de París del año anterior. Sus detractores –entre ellos compañeros de prensa– le daban por atleta que sólo podía presumir de pasado, pero Estévez les hizo quedar en evidencia con sus dos medallas de bronce en el Europeo de pista cubierta de Madrid (2005) en los 1.500 y 3.000 metros. El tropezón vendría meses después en Helsinki con un decepcionante undécimo puesto. Un fracaso que le minó la moral y que le hizo entrar en una profunda depresión, que le hizo estar lejos de la competición hasta finales de noviembre de 2006, cuando reapareció en la Clásica Jean Bouin. Recuperó las ganas de competir y superó la ansiedad curtiéndose en Madrid con Pascua Piqueras, lejos de Soria donde según ha comentado en varias ocasiones no disponía de la infraestructura necesaria.
Cansado de negar su fama de holgazán, Estévez es un atleta renovado con la ilusión de dar los últimos pasos de una trayectoria llena de vaivenes. Una medalla en Berlín significaría su vuelta a la élite a nivel internacional, la demostración de que por mucho que le prejubilen aún tiene cosas que decir en un mundo tan efímero como el atletismo. Depende de él, pero la primera ficha es responsabilidad de la Federación.
5 comentarios :
La verdad, que tengo que decir que uds. laburan muy bien en lo deportivo. Buenos atletas.
saludos
http://d-coleccion.blogspot.com/
Que pasa crack.Me parece muy bien la propuesta de enlazarnos,yo ya lo he hecho.Este es el primer blog que veo relacionado con este deporte.Te felicito.
Un abrazo crack!
Otra historia de lo más curiosa la que nos traes aquí. Me aprece que este arleta es un claro ejemplo de autosuperación continua, así como una muestra de que con los recursoss adecuados se podría conseguir mucho más en nuestro país.
Gracias a los cuatro por vuestros comentarios. Pues al final Reyes Estévez estará en Berlín. Hubiese sido injusto que el campeón de España no figurase entre los elegidos por la Federación.
Me parece fabuloso que Reyes esté en Berlín, es un super clase y se lo merece, pero creo que temnemos un gran talento en esta prueba y que cualquiera que vaya a los Campeonatos del mundo puede hacerlo bien.
Gracias por visitar mi blog y dar tu opinión. Tu blog ya está en mis blogs amigos.
Saludos
Agustí
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