domingo, 29 de agosto de 2010

Pedrosa se reinventa en Indianápolis el día más discreto de Lorenzo

Pedrosa levanta el trofeo de ganador en Indianápolis -EFE.
 
Si no tenía suficiente con mantener la estabilidad de su Honda, gestionar las curvas y sortear a adversarios bajo un horno de 56º en el asfalto y 35º en el ambiente a Dani Pedrosa (Castellar del Vallès, 1985) le surgió otro obstáculo, una tortura inesperada: le falló el sistema de hidratación. En otras palabras: no podía beber agua porque no funcionaba el tubo. “No podía beber y piensa que con el calor, el mono…”, enumeró el piloto, antes de hablar de lo satisfecho que estaba con la velocidad de su moto y, cómo no, por haber alcanzado por primera vez los tres triunfos en una misma temporada en MotoGP. Una victoria en el el GP de Indianápolis que le permite recortar nueve puntos sobre Jorge Lorenzo, tercero en su peor clasificación del curso. Lo que indica que la trayectoria de Giorgio es para enmarcar y es casi irrepetible, como la de España, que sumó su tercer triplete consecutivo y el octavo de la historia después de las victorias de Nico Perol (125cc) y Toni Elias (Moto2). En la máxima categoría los otros tres españoles, Álvaro Bautista, Aleix Espargaró y Héctor Barberá ocuparon, por ese orden, los puestos del octavo al décimo. El segundo cajón del podio lo ocupó Ben Spies, el próximo compañero de Lorenzo en Yamaha. El actual, Valentino Rossi, concluyó cuarto. 

No fue el habitual triunfo de Pedrosa, pues no se sostuvo en una salida prodigiosa y llena de malabarismos, sino de picapedrero en el primer tramo de la carrera y de constancia, regularidad y esfuerzo en el resto, desde que en la undécima vuelta adelantase a Spies en la recta, justo antes de encarar un giro, segundos antes de que Lorenzo superase a Dovizioso por fin por el interior y de que a Colin Edwards rompiese el motor. Pedrosa sólo recuperó una posición en la salida, superó en el segundo giro a Hayden y no pudo hacerlo lo propios con Spies hasta el octavo. El límite en el Indianápolis Motor Speedway de Casey Stoner, que perdió el control de su Ducati y con su abandono rompió una racha de cinco podios consecutivos. El duelo directo de Stoner con su compañero Nicky Hayden fue de lo mejor de la carrera, impagable.

“Ha sido una carrera muy dura” fue la muletilla de Pedrosa, que sumó su 34ª victoria, de las que tres corresponden a este año, donde también ha ganado en Sachsenring y Mugello, siempre con Lorenzo en segunda posición. El piloto de Yamaha tuvo un inicio horrible y bajó a la quinta plaza. Hayden y sobre todo Dovizioso se defendieron muy bien y a Giorgio le costó más de lo habitual adelantarles. Su intento de dar caza a Spies resultó en vano: su próximo colega de marca no se puso nervioso y conservó siempre una ventaja de casi tres segundos. Tampoco tenía nada que hacer Rossi, incapaz de alcanzar a Lorenzo. Los focos eran para Pedrosa, que puede presumir de tener una victoria en los dos circuitos de Estados Unidos, ya que el año pasado se impuso en Laguna Seca. En Indianápolis el piloto de Honda había sido octavo en 2008 y se había caído el curso pasado cuando rodaba líder. Pedrosa se quitó esa espina recibiendo el trofeo de ganador de manos del ex piloto de Fórmula 1 Juan Pablo Montoya en el centenario de un circuito que desde hace años cumple con una curiosa tradición. Un miembro de la familia propietaria hace la presentación: “Caballeros, arranquen sus motores”.    

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