Si alguien debe reunir amor propio, sangre fría e inconsciencia, ése debe ser el sprinter. En décimas de segundo puede pasarle todo, porque casi todo lo tiene a centímetros. Está rodeado, forma parte de un mosaico de bicicletas desbocadas y de codos que siguen a la perfección ese tambaleo frenético.
Poco le importa a Óscar Freire llegar a los últimos 50 metros sin espacio. Siempre sabe encontrar su sitio. Incluso aunque se quede arrinconado en la valla, aunque un rival (Robbie McEwen, en este caso) lo utilice como respaldo cuando está progresando. También a pesar de que esté a punto de caerse y le sobrepasen especialistas como Leonardo Duque y Allan Davis. Esto y más vivió en la clásica París-Tours, donde de la nada sacó un tercer lugar.
Sólo dos ciclistas pudieron imponerse a Freire. Para Francesco Chicchi el segundo puesto fue el mayor logro de una carrera modesta. Para el ganador, Alessandro Petacchi (La Spezia, Italia, 1974), fue otro aliento para un año asfixiante. El ciclista del Milram ha sufrido mucho en los últimos meses. Como Ibán Mayo y Leonardo Piepoli dio "no negativo" en el pasado Giro. Sus cinco triunfos de etapa parecían un fraude. Su director deportivo, Gianluigi Stagna, no dudó de él. Sabía que el corredor realmente utilizaba el sabtutemol, un medicamento prohibido para el asma.
Verano infernal
"Este verano ha sido infernal", reconoce Petacchi, que fue exculpado y renació con dos victorias seguidas en la Vuelta, cuando Freire había decidido abandonar para preparar el Mundial de Stuttgart. El ciclista italiano se impuso primero en Algemesí y después en Hellín. En ambas ocasiones ganó a uno de los sprinters más en forma de la temporada: Daniele Bennati, que acabó con victoria tanto Giro como Vuelta. 18 triunfos ha logrado Petacchi en el 2007.
Explica en su blog Jon Rivas, periodista del diario El Mundo, que Petacchi, ganador de la Milán-San Remo de 2005, es un corredor melancólico y tímido que "cuando no gana se culpa a sí mismo". Es un tipo que necesita mucho apoyo de su entorno para seguir luchando y ganando. Con confianza es difícilmente batible en el Giro, donde acumula 19 victorias (nueve en 2004, un récord inalcanzable). En la Vuelta lleva 17.
Sucesor de Cipollini
"Es mejor que Mario Cipollini", ha dicho Freire en más de una ocasión. A Petacchi le señalan como sucesor de Supermario desde su triunfo en la primera etapa del Tour de 2003. Ésa fue la última edición en la que acabó y en la única en la que ganó etapas (cuatro).
Como era de esperar la París-Tours se decidió en los últimos metros. En el recuerdo quedaba la épica escapada de Manuel Quinziato que estuvo por delante 100 kilómetros, el gran cambio de ritmo de Philippe Gilbert, Philippo Pozzato y Karsten Kroon, la respuesta de Fabian Cancellara y Juan Antonio Flecha. Nada. Era el día de Míster Sprint. Por mucho que Freire esquivara a desgracias y a rivales. Ganó Petacchi. Logró otro aliento en un año asfixiante para él.
Poco le importa a Óscar Freire llegar a los últimos 50 metros sin espacio. Siempre sabe encontrar su sitio. Incluso aunque se quede arrinconado en la valla, aunque un rival (Robbie McEwen, en este caso) lo utilice como respaldo cuando está progresando. También a pesar de que esté a punto de caerse y le sobrepasen especialistas como Leonardo Duque y Allan Davis. Esto y más vivió en la clásica París-Tours, donde de la nada sacó un tercer lugar.
Sólo dos ciclistas pudieron imponerse a Freire. Para Francesco Chicchi el segundo puesto fue el mayor logro de una carrera modesta. Para el ganador, Alessandro Petacchi (La Spezia, Italia, 1974), fue otro aliento para un año asfixiante. El ciclista del Milram ha sufrido mucho en los últimos meses. Como Ibán Mayo y Leonardo Piepoli dio "no negativo" en el pasado Giro. Sus cinco triunfos de etapa parecían un fraude. Su director deportivo, Gianluigi Stagna, no dudó de él. Sabía que el corredor realmente utilizaba el sabtutemol, un medicamento prohibido para el asma.
Verano infernal
"Este verano ha sido infernal", reconoce Petacchi, que fue exculpado y renació con dos victorias seguidas en la Vuelta, cuando Freire había decidido abandonar para preparar el Mundial de Stuttgart. El ciclista italiano se impuso primero en Algemesí y después en Hellín. En ambas ocasiones ganó a uno de los sprinters más en forma de la temporada: Daniele Bennati, que acabó con victoria tanto Giro como Vuelta. 18 triunfos ha logrado Petacchi en el 2007.
Explica en su blog Jon Rivas, periodista del diario El Mundo, que Petacchi, ganador de la Milán-San Remo de 2005, es un corredor melancólico y tímido que "cuando no gana se culpa a sí mismo". Es un tipo que necesita mucho apoyo de su entorno para seguir luchando y ganando. Con confianza es difícilmente batible en el Giro, donde acumula 19 victorias (nueve en 2004, un récord inalcanzable). En la Vuelta lleva 17.
Sucesor de Cipollini
"Es mejor que Mario Cipollini", ha dicho Freire en más de una ocasión. A Petacchi le señalan como sucesor de Supermario desde su triunfo en la primera etapa del Tour de 2003. Ésa fue la última edición en la que acabó y en la única en la que ganó etapas (cuatro).
Como era de esperar la París-Tours se decidió en los últimos metros. En el recuerdo quedaba la épica escapada de Manuel Quinziato que estuvo por delante 100 kilómetros, el gran cambio de ritmo de Philippe Gilbert, Philippo Pozzato y Karsten Kroon, la respuesta de Fabian Cancellara y Juan Antonio Flecha. Nada. Era el día de Míster Sprint. Por mucho que Freire esquivara a desgracias y a rivales. Ganó Petacchi. Logró otro aliento en un año asfixiante para él.
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