Siempre le gustaron los incomprendidos. Los antihéroes. "Soy raro y me siento identificado con ese tipo de personas. Es muy fácil ir con los que ganan siempre y salen en todos los sitios", suele decir Jorge Lorenzo (Palma de Mallorca, 1987). Por eso el gran ídolo del último bicampeón español en 250cc tras Dani Pedrosa es Max Biaggi, Mad Max, un piloto polémico y extravagante que en los últimos días había declarado que podría volver a competir en la máxima categoría.
"Sales y te vas, así ganan los mejores, los más rápidos". Ésa es la filosofía de Lorenzo, un campeón que se desmarca de cualquier prototipo y proclama que si él está mentalmente poco le importa qué puedan hacer los demás.
En Malasia poco necesitaba el piloto español: partía tercero en la parrilla y tan sólo tenía que ser undécimo si su eterno rival, Andrea Dovizioso, ganaba la carrera. Logró mucho más: un tercer puesto, sin arriesgar en los últimos intantes, por detrás del ganador, Hiroshi Aoyama y del segundo, Héctor Barberá. Y Dovizioso, que dominó gran parte de la carrera, se cayó a unos metros de la última vuelta, golpeado por la moto de Mika Kallio. "Me hubiese gustado levantarle el brazo en el podio. Me ha puesto las cosas muy complicadas", dijo Lorenzo.
Susto en la vuelta 15
"He estado a puto de caerme en la vuelta 15. Por eso no he querido precipitarme. No era el día para ganar", reflexionaba el piloto de Aprilia, que ha sido campeón por segundo año consecutivo con 56 puntos de margen. Lorenzo ha ganado nueve de las 16 carreras disputadas. 12 podios en total.
"Cuando te haces mayor saboreas más las cosas", comentaba Lorenzo, que sólo tiene 21 años, pero que se siente maduro porque lleva desde los tres años pasándose muchas horas entre adultos con una moto. En 1998, con tan sólo 11 años, ganó cinco de las seis carreras de la Copa Aprilia 50 ante chicos que rozaban la mayoría de edad.
El debutante más joven
Lorenzo sigue siendo el piloto más joven en debutar en el Mundial. Lo hizo el 5 de mayo de 2002 en el GP de Jerez con 15 años y un día. Acabó 23º. Su primera victoria llegaría en el GP de Brasil el 20 de septiembre de 2003, cuando se impuso a Casey Stoner, a Dani Pedrosa, a su eterno rival Andrea Dovizioso.
Dice que su gran defecto es que tiene demasiado amor propio. Demasiada confianza en sí mismo. Por eso cuando las cosas le van mal se refugia en su coraza. "Si alguien me dice algo me enfado con él. Los hay que acaban sexto y se van a jugar a la Play o a dar una vuelta por el paddock. Yo me pongo enfermo", explicaba hace meses en el diario El País. Siempre ha actuado así Lorenzo, desde pequeño. "No tolera no ser primero", explica su mánager Dani Amatriaín.
Creativo
Siempre le ha fascinado crear. En la escuela Lorenzo ganaba todos los concursos de pintura y conseguía unas pesetas haciendo caricaturas de compañeros y amigos. Ahora, en sus pocos ratos libres, se pierde leyendo y escribiendo. Tiene una cierta obsesión por ser original: es algo que le reta constantemente. Por eso se mandó diseñar un casco dorado (ningún piloto lo lleva de ese color) y por eso, desde su primera victoria en Jerez este año, siempre clava una bandera donde gana en la que se lee Lorenzo's land (territorio Lorenzo). Se siente como un conquistador. World Championchip conquered (Mundial conquistado) puede leerse en su web personal (www.lorenzo48.com).
El año que viene dará el salto a la MotoGP y correrá en Yamaha junto a Valentino Rossi. "He probado la moto y no parece muy complicada de guiar", sentencia este fan de Red Hot Chili Peppers y Estopa. Un campeón demasiado seguro de sí mismo.
"Sales y te vas, así ganan los mejores, los más rápidos". Ésa es la filosofía de Lorenzo, un campeón que se desmarca de cualquier prototipo y proclama que si él está mentalmente poco le importa qué puedan hacer los demás.
En Malasia poco necesitaba el piloto español: partía tercero en la parrilla y tan sólo tenía que ser undécimo si su eterno rival, Andrea Dovizioso, ganaba la carrera. Logró mucho más: un tercer puesto, sin arriesgar en los últimos intantes, por detrás del ganador, Hiroshi Aoyama y del segundo, Héctor Barberá. Y Dovizioso, que dominó gran parte de la carrera, se cayó a unos metros de la última vuelta, golpeado por la moto de Mika Kallio. "Me hubiese gustado levantarle el brazo en el podio. Me ha puesto las cosas muy complicadas", dijo Lorenzo.
Susto en la vuelta 15
"He estado a puto de caerme en la vuelta 15. Por eso no he querido precipitarme. No era el día para ganar", reflexionaba el piloto de Aprilia, que ha sido campeón por segundo año consecutivo con 56 puntos de margen. Lorenzo ha ganado nueve de las 16 carreras disputadas. 12 podios en total.
"Cuando te haces mayor saboreas más las cosas", comentaba Lorenzo, que sólo tiene 21 años, pero que se siente maduro porque lleva desde los tres años pasándose muchas horas entre adultos con una moto. En 1998, con tan sólo 11 años, ganó cinco de las seis carreras de la Copa Aprilia 50 ante chicos que rozaban la mayoría de edad.
El debutante más joven
Lorenzo sigue siendo el piloto más joven en debutar en el Mundial. Lo hizo el 5 de mayo de 2002 en el GP de Jerez con 15 años y un día. Acabó 23º. Su primera victoria llegaría en el GP de Brasil el 20 de septiembre de 2003, cuando se impuso a Casey Stoner, a Dani Pedrosa, a su eterno rival Andrea Dovizioso.
Dice que su gran defecto es que tiene demasiado amor propio. Demasiada confianza en sí mismo. Por eso cuando las cosas le van mal se refugia en su coraza. "Si alguien me dice algo me enfado con él. Los hay que acaban sexto y se van a jugar a la Play o a dar una vuelta por el paddock. Yo me pongo enfermo", explicaba hace meses en el diario El País. Siempre ha actuado así Lorenzo, desde pequeño. "No tolera no ser primero", explica su mánager Dani Amatriaín.
Creativo
Siempre le ha fascinado crear. En la escuela Lorenzo ganaba todos los concursos de pintura y conseguía unas pesetas haciendo caricaturas de compañeros y amigos. Ahora, en sus pocos ratos libres, se pierde leyendo y escribiendo. Tiene una cierta obsesión por ser original: es algo que le reta constantemente. Por eso se mandó diseñar un casco dorado (ningún piloto lo lleva de ese color) y por eso, desde su primera victoria en Jerez este año, siempre clava una bandera donde gana en la que se lee Lorenzo's land (territorio Lorenzo). Se siente como un conquistador. World Championchip conquered (Mundial conquistado) puede leerse en su web personal (www.lorenzo48.com).
El año que viene dará el salto a la MotoGP y correrá en Yamaha junto a Valentino Rossi. "He probado la moto y no parece muy complicada de guiar", sentencia este fan de Red Hot Chili Peppers y Estopa. Un campeón demasiado seguro de sí mismo.
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