Un día le encumbró y le hizo cargar con una responsabilidad para la que no estaba preparado. Hablar de Mario Kasun (Vinkovci, Croacia, 1980) es rememorar su partido ante España en los cuartos de final del Eurobasket de Belgrado. El 23 de septiembre de 2005 el pívot croata anuló a Felipe Reyes y minimizó a Carlos Jiménez hasta que se retiró lesionado a finales del segundo cuarto. Ocho puntos y dos rebotes fueron los números con los que se reivindicó y quiso demostrar a sus detractores que se habían equivocado con él. Que no era un agitatoallas de NBA de casi 130 kilos y 2'13 metros.
Pero a Kasun le ha costado confirmar su talento. Ahora empieza a hacerlo con actuaciones más que interesantes. La última, 22 puntos y cinco rebotes ante el Chorale Roanne (82-76) en la Euroliga. Ésta es su segunda mejor anotación en el Barça. Sólo el año pasado, también en la máxima competición europea y contra otro equipo francés (el Pau Orthez), sumó más puntos: 29 en 26 minutos.
En las últimas dos temporadas, desde aquella exhibición con su selección, Kasun ha sido un jugador sin confianza, un blanco fácil de lesiones y de faltas personales. Tras el Eurobasket, sólo jugó 28 partidos con los Orlando Magic (apenas ocho minutos de media). Su técnico, Brian Hill, le ignoró. "No ha demostrado nada", dijo sobre él su entrenador siguiente, Dusko Ivanovic, que sólo le concedió 33 minutos en los cuatro partidos de la pasada final de la Liga ACB ante el Real Madrid.
Renovación
Supermario se ha renovado. Se acerca, poco a poco, al jugador rápido, cerebral y espectacular que asombró ante España. Casi 14 puntos promedia Kasun en la Euroliga (71% en tiros de dos), mientras que en la Liga ACB acumula nueve.
Ante el Chorale Roanne, un equipo débil, pero con más músculo, talentoso en las transiciones rápidas, pero poco preciso en los tiros, Kasun fue el mejor. Aportó la frialdad y la contundencia suficientes a un Barça anárquico y demasiado dependiente del triple (10 de 25, 7 de 15 al descanso). Supo disminuir la aportación de Brion Rush, la estrella del conjunto francés, que se quedó en 14 puntos. Sólo Marc Salyers, con 21, pudo sobresalir ante él.
El entendimiento con Trias
Supermario también ha cambiado su carácter y, sobre todo, su actitud. Hace meses parecía un jugador sin sangre o con la necesaria para cometer el máximo número de infracciones posibles. El curso anterior, en Girona ante el Akasvayu, logró un récord difícilmente superable: cometió cinco faltas personales en tres minutos. Ahora se mueve mejor y se siente más parte del grupo. Cuando anotó una canasta con tiro adicional (68-58, minuto 33) se abrazó a Jordi Trias. Era un gesto casi inédito en Kasun. Era su agradecimiento a un jugador con el que se entiende bien. Al otro gran destacado del partido. El ala-pívot catalán sumó ocho puntos en el último cuarto (11 en total).
Kasun parece estar olvidando sus frustraciones, como la de no haber triunfado en la NBA. Triunfar entre los más mediáticos era su obsesión desde que fue drafteado por los Clippers en 2002 y traspasado a los Magic, que lo cedieron dos años al Opel Skyliners de Frankfurt. Pero cuando aterrizó en la Liga estadounidense apenas tuvo opciones, en dos temporadas tan sólo disputó 569 minutos, que no equivalen ni a 12 partidos completos. Por eso en el verano de 2006 decidió estudiar las propuestas de Europa. Aceptó la del Barça, que le seguía desde hacía meses, y le ofreció casi un millón de euros y la posibilidad de jugar con estrellas como Jaka Lakovic o Juan Carlos Navarro.
Resultados cuanto antes
Necesitaba tiempo y confianza Kasun, pero acabó fichando por un equipo que buscaba todo lo contrario: con 22 millones de euros de presupuesto el Barça quería volver a ser el club referente cuanto antes. Deseaba olvidar una temporada frustrante, en la que había sido eliminado en cuartos de final en la Liga ACB y en la Copa del Rey, en la que Dejan Bodiroga había salido del club con la misma repercusión del jugador que sirve para mejorar los entrenamientos.
El desastroso inicio del conjunto azulgrana convirtió al pívot croata en el jugador más pitado del Palau. Sólo Dusko Ivanovic parecía ser más culpable de la situación que Supermario, que empezó el 2007 con una fisura por estrés del peroné de la pierna derecha. Prolongó su baja por una sobrecarga en el tendón tibial anterior. Volvió a finales de abril en un amistoso ante el Gran Canaria y se convirtió en un jugador aún más inseguro, torpe y descentrado. Ahora Kasun parece estar confirmando algo que ya anunció contra España en Belgrado: su gran talento.
Pero a Kasun le ha costado confirmar su talento. Ahora empieza a hacerlo con actuaciones más que interesantes. La última, 22 puntos y cinco rebotes ante el Chorale Roanne (82-76) en la Euroliga. Ésta es su segunda mejor anotación en el Barça. Sólo el año pasado, también en la máxima competición europea y contra otro equipo francés (el Pau Orthez), sumó más puntos: 29 en 26 minutos.
En las últimas dos temporadas, desde aquella exhibición con su selección, Kasun ha sido un jugador sin confianza, un blanco fácil de lesiones y de faltas personales. Tras el Eurobasket, sólo jugó 28 partidos con los Orlando Magic (apenas ocho minutos de media). Su técnico, Brian Hill, le ignoró. "No ha demostrado nada", dijo sobre él su entrenador siguiente, Dusko Ivanovic, que sólo le concedió 33 minutos en los cuatro partidos de la pasada final de la Liga ACB ante el Real Madrid.
Renovación
Supermario se ha renovado. Se acerca, poco a poco, al jugador rápido, cerebral y espectacular que asombró ante España. Casi 14 puntos promedia Kasun en la Euroliga (71% en tiros de dos), mientras que en la Liga ACB acumula nueve.
Ante el Chorale Roanne, un equipo débil, pero con más músculo, talentoso en las transiciones rápidas, pero poco preciso en los tiros, Kasun fue el mejor. Aportó la frialdad y la contundencia suficientes a un Barça anárquico y demasiado dependiente del triple (10 de 25, 7 de 15 al descanso). Supo disminuir la aportación de Brion Rush, la estrella del conjunto francés, que se quedó en 14 puntos. Sólo Marc Salyers, con 21, pudo sobresalir ante él.
El entendimiento con Trias
Supermario también ha cambiado su carácter y, sobre todo, su actitud. Hace meses parecía un jugador sin sangre o con la necesaria para cometer el máximo número de infracciones posibles. El curso anterior, en Girona ante el Akasvayu, logró un récord difícilmente superable: cometió cinco faltas personales en tres minutos. Ahora se mueve mejor y se siente más parte del grupo. Cuando anotó una canasta con tiro adicional (68-58, minuto 33) se abrazó a Jordi Trias. Era un gesto casi inédito en Kasun. Era su agradecimiento a un jugador con el que se entiende bien. Al otro gran destacado del partido. El ala-pívot catalán sumó ocho puntos en el último cuarto (11 en total).
Kasun parece estar olvidando sus frustraciones, como la de no haber triunfado en la NBA. Triunfar entre los más mediáticos era su obsesión desde que fue drafteado por los Clippers en 2002 y traspasado a los Magic, que lo cedieron dos años al Opel Skyliners de Frankfurt. Pero cuando aterrizó en la Liga estadounidense apenas tuvo opciones, en dos temporadas tan sólo disputó 569 minutos, que no equivalen ni a 12 partidos completos. Por eso en el verano de 2006 decidió estudiar las propuestas de Europa. Aceptó la del Barça, que le seguía desde hacía meses, y le ofreció casi un millón de euros y la posibilidad de jugar con estrellas como Jaka Lakovic o Juan Carlos Navarro.
Resultados cuanto antes
Necesitaba tiempo y confianza Kasun, pero acabó fichando por un equipo que buscaba todo lo contrario: con 22 millones de euros de presupuesto el Barça quería volver a ser el club referente cuanto antes. Deseaba olvidar una temporada frustrante, en la que había sido eliminado en cuartos de final en la Liga ACB y en la Copa del Rey, en la que Dejan Bodiroga había salido del club con la misma repercusión del jugador que sirve para mejorar los entrenamientos.
El desastroso inicio del conjunto azulgrana convirtió al pívot croata en el jugador más pitado del Palau. Sólo Dusko Ivanovic parecía ser más culpable de la situación que Supermario, que empezó el 2007 con una fisura por estrés del peroné de la pierna derecha. Prolongó su baja por una sobrecarga en el tendón tibial anterior. Volvió a finales de abril en un amistoso ante el Gran Canaria y se convirtió en un jugador aún más inseguro, torpe y descentrado. Ahora Kasun parece estar confirmando algo que ya anunció contra España en Belgrado: su gran talento.
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