domingo, 2 de diciembre de 2007

Juan Román Riquelme: el héroe maltratado

Riquelme lanza una falta en un partido con su selección -EFE.

Habla casi en silencio, con absoluta precaución, como si oír su voz le horrorizase. Su cara denota angustia, los ojos, tremenda timidez. Juan Román Riquelme (Buenos Aires, Argentina, 1978) se recluye en sí mismo como el clásico escritor. Siempre está unido a su limitado entorno y se aleja del ruido. Le intimidan los elogios e ignora casi todas las críticas. "No me siento un ídolo. La gente me demuestra su cariño y eso va a ser lo más lindo que me lleve del fútbol", dice el centrocampista argentino, que ha vivido un año extremo.

Entre febrero y junio, Riquelme aprovechó su cesión a Boca Juniors para ganar su tercera Copa Libertadores: marcó tres goles y participó en los otros dos en la final ante Grêmio. Pero en este 2007 también ha vivido otra situación completamente diferente. Castigado por el técnico Manuel Pellegrini, no jugó ni un partido con el Villarreal. Ahora por fin sonríe mínimamente: regresa al conjunto xeneize. Vuelve a Argentina como el héroe maltratado que dispone de otra nueva oportunidad.

"Después de tanto tiempo me siento otra vez futbolista. Es un día especial para mí", ha dicho, aliviado, nada más llegar a las instalaciones de Boca, en el que estará como mínimo hasta junio de 2010. La operación se ha cerrado por unos diez millones de euros, entre ficha y fichaje.

El Mundialito de clubs

Riquelme,
uno de los iconos del fútbol de filigranas, sabe que será complicado que pueda participar en el Mundialito de clubs en diciembre. La FIFA argumenta que se ha inscrito fuera de tiempo. "Sería lindo", responde, ilusionado. Porque sueña con volver a jugar, algo que no ha hecho en 2007 con el Villarreal. Ni en la UEFA, ni en Copa, ni en Liga. En nada. Tenía ficha federativa con el 16 y comprobaba con resignación como en el entrenamiento previo al partido Pellegrini le daba con indiferencia el peto de los suplentes. "
Yo trabajo durante la semana con mis compañeros y los viernes voy a ver con ilusión la pizarra para ver si voy convocado", dijo en su momento, quizás con cierta ironía.

"Jugué en los mejores años del Villarreal", proclama Riquelme. Lo dice con una mezcla de orgullo y resentimiento. Tiene razón: junto a Diego Forlán, hoy en el Atlético, fue el gran líder del conjunto castellonense, que pasó de ser un equipo humilde a llegar a las semifinales de la Champions League. Y la proeza pudo ser mejor: Riquelme tuvo la oportunidad en el último minuto de marcar un penalty para llevar a su equipo a la prórroga ante el Arsenal. Lanzó flojo, mal, despejó con facilidad Lehman y Riquelme dio un salto de frustración. Ese momento marcó el inicio de su decadencia en el equipo, pese a que la afición le apoyó en todo momento y algunos incluso le dedicaron inmensas pancartas de ánimo.

No jugaría más

No parecía el mismo Riquelme. Se transformó en un jugador irregular y se enfrentó varias veces a su entrenador. Su pasotismo en una derrota en el El Madrigal ante Osasuna (1-4, el 17 de diciembre de 2006) y su exigencia de tener más días de vacaciones en Navidad acabaron condenándole. Tanto el técnico Manuel Pellegrini como el presidente Fernando Roig estaban de acuerdo: no jugaría más.

Llegó la cesión a Boca. Y después, el retorno al Villarreal en verano. Ha sido un período frustrante para Riquelme, que en los últimos cuatro meses y medio, desde el pasado 16 de julio en el que perdió la final de la Copa América ante Brasil (3-0), tan sólo ha jugado dos partidos. Ambos con Argentina. En ambos ha sido el mejor: en octubre marcó dos goles de falta directa ante Venezuela (2-0); hace un par de semanas ante Bolivia (3-0) anotó otro de falta y culminó a la escuadra una excelsa jugada de Leo Messi.

Necesitaba una gran alegría así Riquelme para recuperar su autoestima, para olvidar sus casi.
En verano estuvo cerca del Real Madrid, aún más del Atlético. Cuando el acuerdo estaba casi cerrado (nueve millones de euros para el Villarreal y cuatro por cada una de las tres temporadas para el jugador), el director deportivo del club rojiblanco Jesús García Pitarch abortó la compra. "Fue lo coherente. Cada día veo mejor la decisión. Me alegro de no haberlo fichado", declaró al diario Público. No pudo ser, pero en el Villarreal seguían sin quererlo. "Lo mejor es que se marche", zanjaba a mediados de octubre el consejero delegado José Manuel Llaneza.

El partido


Hace casi siete años, el 28 de noviembre de 2000, Riquelme se consagró. Su actuación en la Copa Intercontinental
ante el Real Madrid fue clave para que Boca ganase el trofeo e hizo que muchos le señalaran como futuro mejor jugador del mundo. Por extensión, como el esperado sucesor de Maradona. Los grandes clubs europeos se interesaron por él y se convirtió en la gran obsesión del entonces presidente del Barça Joan Gaspart, que acabó fichándolo en el verano de 2002.

No escogió una buena época Riquelme para firmar por el conjunto azulgrana, aún confundido tras la traición de Luis Figo y empecinado en pagar millonadas por jugadores mediocres como Rochemback, Petit o Geovanni. El crack argentino fue el elegido para reconducir la situación, pero no lo logró. Primero Louis van Gaal, destituido tras perder en Vigo y que nunca lo consideró una estrella, y después Radomir Antic, que le dio más libertad y clasificó al equipo para la Copa de la UEFA.

Jugar un torneo en clara decadencia fue el consuelo para un Barça que acabó la temporada con dos dirigentes, el provisional Enric Reyna, y el elegido por los socios en las elecciones, Joan Laporta. El nuevo presidente había prometido a David Beckham, pero acabó fichando a Ronaldinho, al que no dudó en darle el 10. Así Riquelme se quedó sin número y sin sitio en el equipo.

Ficha por el Villarreal

Riquelme hizo la pretemporada con el Barça y sólo tres días antes de empezar la Liga se fue al Villarreal, un equipo que venía de haber rozado el descenso, pero que disponía de un proyecto serio basado en una inversión de un empresario solvente como Fernando Roig. No tardó en destacar: en su primera temporada fue el máximo asistente de la Liga y su equipo, tras ganar la Intertoto, llegó a las semifinales de la Copa de la UEFA. En la temporada 2004-2005, de nuevo levantó la Intertoto, y el Villarreal llegó a cuartos de final de la UEFA. pero sobre todo logró su mejor clasificación en la Liga, una tercera posición que le hizo jugar la Champions. La aventura empezó con la eliminatoria previa ante el Everton y acabó con el fatídico penalty ante el Arsenal.

Hijo de Ernesto, albañil, y de María Ana, ama de casa, Riquelme se crió en el humilde barrio Don Torcuato de Buenos Aires, que continúa siendo su refugio cada vez que viaja a Argentina. "Allí me siguen tratando como cuando era un chico, me acomodo y vuelvo a vivir como siempre", aclara a Clarín, mientras recalca que su madre es su gran consejera. A ella le cuenta todo y le pide consejos, especialmente para sus decisiones más trascendentales. Por María Ana abandonó la selección en septiembre de 2006. "No podía soportar que ella sufriera por las críticas contra mí", dijo entonces. "¿Y ahora por quién nos peleamos?", planteaba al día siguiente en su portada el diario Olé.

Dice el tópico, tan y tan mascado, que genio e incomprensión son dos conceptos que van entrelazados. Riquelme responde al perfil casi a la perfección: es uno de los mejores centrocampistas del mundo, y lo es a su ritmo de cámara lenta, toque exquisito e infinita frialdad. Lo es a pesar de su poca capacidad para adaptarse a un grupo y a un entrenador. Su principal impulsor no es cualquiera. "Un día me vi en él, mis hijas le gritaban ídolo, y está bien", confiesa el Dios argentino Maradona. Ahora Riquelme, el héroe maltratado, tiene otra oportunidad.

8 comentarios :

Gonzalo dijo...

Simplemente me emociono,no coincido en lo de Villarreal,lo maltrataron como a un perro viejo despues que erro el penal por unas vacaciones.

Van Gaal no se merece respeto,no lo conocia a Riquelme,le quizo descubrir el puesto.Insolito si pocas veces jugo un partido entero donde el realmente sabe.

Hoy con el cuento de Lionel Messi esa frase me emociona.

Gonzalo dijo...

Muchas Gracias en serio

Toni Delgado dijo...

Gracias a ti, Gonzalo. Riquelme es un crack y por mucho que digan no me parece un jugador sobrevalorado. Simplemente le ha faltado más regularidad y, sobre todo, más confianza en sí mismo. He leído en más de un sitio que es un soso y que no aporta nada. No estoy de acuerdo, sería un personaje literario realmente interesante. Pocos futbolistas podrían llegar a serlo.

Un saludo,

Toni

Giorgio dijo...

muy buen perfil!

román es un crack y siempre será recorsdado en europa como aquel que llevó a un equipo de una ciduad de 30000 habitantes aunas semis d champions!

espero q con boca siga deleitándonos

saludos

Fujur dijo...

Buenas!

Acepto lo de linkearlos crack!

Riquelme me parece un jugador totalmente sobrevalorado. Van Gaal fue siempre honesto con él, de hecho Román siempre ha hablado muy bien de él (no de Antic). Creo que es un poco prepotente el niño... un jugador hace el equipo y no debe ser el equipo el que se hace en torno al jugador.

Lo siento, pero creo que el secreto del éxito del Villarreal no se debe tanto a él como a jugadores como Senna, Rossi, Gonzalo Rodríguez, Capdevilla... y un largo etcétera.

Gonzalo dijo...

Fujur pobre tipo,Capdevilla? jajajaja

Van Gaal tenia el don de sacar lo peor de los jugadores y Luis Enrique demoro su despedida.

No puede decir que no era rapido cuando no corria porq el sabia que hacer antes que ninguno hasta hoy.

La pelota va mas rápido....

Anónimo dijo...

muchachos!!! El q dice q riquelme es lento nunca jugo al futbol... el futbol se juega primero con la cabeza y despues con los pies y a riquelme eso.... le sobra!! los españoles q me perdonen pero al lado de riquelme tienen los pies redondos! Van Gaal no puede jugar ni con tierra pobrecito!! Riquelme es y sera Idolo Donde Juegue y donde no juegue tambien por q jugadores como esos no se encuentran! muchas gracias

Unknown dijo...

Riquelme es un ídolo!