Perdió el Barça en Vistalegre ante el Real Madrid (82-79), pero más allá de ceder momentáneamente el segundo puesto del grupo en la Euroliga ganó confianza. Recuperó la seguridad y la motivación que no tuvo ni en Menorca ni en Murcia y supo minimizar un primer cuarto horrible en el que llegó a perder por 15 puntos y encajó 26. Supo tener opciones el grupo de Ivanovic hasta los últimos segundos, hasta que los árbitros se manifestaron y Hervelle le hizo un gran tapón a Marconato. Resistió el conjunto azulgrana pese a capturar 25 rebotes menos (45 por 20), deficiencia que supo contrarrestar con 18 recuperaciones por tan sólo siete de su rival. Pero sin duda lo más importante para el Barça fue la recuperación de varios jugadores que realmente parecían defenestrados. Así que Vázquez fue un pívot solvente, Ilyasova un anotador descarado y a Acker no se le hizo de día antes de tirar.
Lo había avisado Dusko Ivanovic horas antes del partido. El crédito y las concesiones a Acker e Ilyasova habían concluido, así que o reaccionaban de una vez por todas o poco más durarían en el Barça. El toque de atención acabó reconfortando a ambos jugadores. Acker, salvo en los primeros minutos, dejó de ser ese jugador nervioso y obsesionado por tirar al límite de la posesión.
Leche turca
Ilyasova no volvió a generar dudas a nadie sobre si por sus venas corre leche turca. El ala-pívot fue el único jugador azulgrana descarado en el inicio. Era el contraste de un equipo que, como en Murcia, tuvo un inicio nefasto, propio de un grupo que roza la apatía y se esconde ante la intensidad de su rival.
El Barça se encogió ante la gran defensa de su rival y se atolondró por su propia confusión en ataque. En esas circunstancias el desenlace era bastante lógico: Kasun se fue al banquillo al tercer minuto con dos personales y apareció su recambio natural, Vázquez. El pívot gallego se estaba empezando a acostumbrar a sacar una vez a la pista y salió errático, incapaz de frenar ni a Reyes ni mucho menos a Papadopoulos, que por fin demostró que ser un cinco puro en estos tiempos en un valor añadido. El griego conectó bien con su compañero en ataque y optimizó su reconocido gancho buscando el contacto. Así anotó su cuarto punto (acabaría con siete) y le sacó la tercera falta a Marconato (24-9, minuto 8).
Papadopoulos
Rozaba el ridículo el Barça. Esa canasta de Papadopoulos cerraba un parcial lamentable de 13-0 y la diferencia ya era de 15 puntos. No era el día de Lakovic, que parecía más bien el tercer base del equipo que no el director anotador y solvente que es. Así que Ivanovic sustituyó al base esloveno, que sólo anotó tres puntos, por Pepe Sánchez. Apostó por la tranquilidad. No le defraudó el argentino, que bien se merece salir en los vídeos de las jugadas más vistosas y, además, hace jugar a todos. Los mejora.
A la habilidad de Sánchez se unió la defensa de Basile. Ya se sabe: pelota que parece perdida... ahí está Basile. Rival que se confía... ahí está él. Le pierde la cabezonería: otro día más, el escolta italiano se hartó a tirar (1/7 en tiples), pero supo frenar muy bien a Bullock. Al menos hasta el final del tercer cuarto.
El protagonismo de Grimau
A Sánchez y Basile se les añadió de nuevo Grimau, que anotó nueve de sus 14 puntos en este segundo cuarto. El capitán azulgrana cerró un parcial de 0-8 que confirmaba la reacción de su equipo (28-23, minuto 14) ante un rival que tenía a Reyes en el banquillo, a Bullock paseando por la pista y que sumaba piedras. Tan sólo Hervelle y Papadopoulos aportaban algo en ataque. Demasiado poco.
Si el Barça no se puso por delante fue por querer hacerlo demasiado rápido, como en un par de asistencias de Sánchez irreales, de campo a campo, que Grimau apenas pudo rozar. Llegó a acercarse el conjunto azulgrana a tan sólo dos puntos (35-33) tras una canasta de Vázquez a 1'22'' para el descanso, pero dos genialidades del joven Llull -excelente todo el encuentro- cerró la primera parte con una renta superior (40-35).
Primera ventaja del Barça
Por extraño que parezca, el Barça no se descentró en el tercer cuarto. Siguió mandando Sánchez y continuó Basile en el trabajo sucio de recuperar pelotas. El escolta italiano empató a 40 con su único triple. Entonces resurgió Bullock, que por primera vez supo superar a Basile y anotar su primera canasta. Era el minuto 26 y dos después, sin oposición, metió un triple (51-48). Un tiro exterior de Vázquez y una jugada iniciada con una recuperación de Ilyasova y un mate de Acker puso al grupo de Ivanovic por primera vez por delante (51-52, minuto 28).
Sacrificado, acertado y confiado, Ilyasova parecía otro. Su tiro desde 6'25 ante Hervelle y con una mecánica peculiar hubiese sido escupido por el aro cualquier día. Hubiese sido fallo antes de lanzar. Hoy entró y significó la máxima renta del Barça en todo el partido (52-55).
La defensa y Hervelle
En el último cuarto el Madrid se multiplicó en defensa y el Barça durante unos instantes no supo responder ni a los dos contra uno ni a la fiabilidad de Hervelle, tan amante de las protestas como gran machacador. El ala-pívot belga puso el 70-61 (minuto 35). Pero cuando el conjunto blanco iba camino de una victoria fácil aparecieron Ilyasova y Acker para confirmar su recuperación. Sumaron dos triples seguidos entre los dos, que dejaron el marcador en 70-67 a 4'04''. Les respondió Bullock con otro, continuó Sánchez, siguió Bullock. Un concurso excelente en toda regla.
El partido, impecable e intenso a partes iguales, acabó siendo decantado (y destrozado) por los árbitros, que eliminaron a Kasun en un ligero forcejeo con Reyes. Fue un castigo absurdo porque llevaban enfrascados en esa discreta lucha varios segundos. Después Ilyasova fue eliminado, esta vez con motivo, en otra absurda acción con el pívot cordobés, que también se ganó la antideportiva. Por mucho menos le señalaron a Basile la misma infracción, poco después de que Hervelle le hiciera un soberbio tapón a Marconato. Tunçeri, desde la línea de personal, sentenció el encuentro a 20 segundos del final.Ése fue el epílogo del día en el que los defenestrados del Barça se recuperaron.
Lo había avisado Dusko Ivanovic horas antes del partido. El crédito y las concesiones a Acker e Ilyasova habían concluido, así que o reaccionaban de una vez por todas o poco más durarían en el Barça. El toque de atención acabó reconfortando a ambos jugadores. Acker, salvo en los primeros minutos, dejó de ser ese jugador nervioso y obsesionado por tirar al límite de la posesión.
Leche turca
Ilyasova no volvió a generar dudas a nadie sobre si por sus venas corre leche turca. El ala-pívot fue el único jugador azulgrana descarado en el inicio. Era el contraste de un equipo que, como en Murcia, tuvo un inicio nefasto, propio de un grupo que roza la apatía y se esconde ante la intensidad de su rival.
El Barça se encogió ante la gran defensa de su rival y se atolondró por su propia confusión en ataque. En esas circunstancias el desenlace era bastante lógico: Kasun se fue al banquillo al tercer minuto con dos personales y apareció su recambio natural, Vázquez. El pívot gallego se estaba empezando a acostumbrar a sacar una vez a la pista y salió errático, incapaz de frenar ni a Reyes ni mucho menos a Papadopoulos, que por fin demostró que ser un cinco puro en estos tiempos en un valor añadido. El griego conectó bien con su compañero en ataque y optimizó su reconocido gancho buscando el contacto. Así anotó su cuarto punto (acabaría con siete) y le sacó la tercera falta a Marconato (24-9, minuto 8).
Papadopoulos
Rozaba el ridículo el Barça. Esa canasta de Papadopoulos cerraba un parcial lamentable de 13-0 y la diferencia ya era de 15 puntos. No era el día de Lakovic, que parecía más bien el tercer base del equipo que no el director anotador y solvente que es. Así que Ivanovic sustituyó al base esloveno, que sólo anotó tres puntos, por Pepe Sánchez. Apostó por la tranquilidad. No le defraudó el argentino, que bien se merece salir en los vídeos de las jugadas más vistosas y, además, hace jugar a todos. Los mejora.
A la habilidad de Sánchez se unió la defensa de Basile. Ya se sabe: pelota que parece perdida... ahí está Basile. Rival que se confía... ahí está él. Le pierde la cabezonería: otro día más, el escolta italiano se hartó a tirar (1/7 en tiples), pero supo frenar muy bien a Bullock. Al menos hasta el final del tercer cuarto.
El protagonismo de Grimau
A Sánchez y Basile se les añadió de nuevo Grimau, que anotó nueve de sus 14 puntos en este segundo cuarto. El capitán azulgrana cerró un parcial de 0-8 que confirmaba la reacción de su equipo (28-23, minuto 14) ante un rival que tenía a Reyes en el banquillo, a Bullock paseando por la pista y que sumaba piedras. Tan sólo Hervelle y Papadopoulos aportaban algo en ataque. Demasiado poco.
Si el Barça no se puso por delante fue por querer hacerlo demasiado rápido, como en un par de asistencias de Sánchez irreales, de campo a campo, que Grimau apenas pudo rozar. Llegó a acercarse el conjunto azulgrana a tan sólo dos puntos (35-33) tras una canasta de Vázquez a 1'22'' para el descanso, pero dos genialidades del joven Llull -excelente todo el encuentro- cerró la primera parte con una renta superior (40-35).
Primera ventaja del Barça
Por extraño que parezca, el Barça no se descentró en el tercer cuarto. Siguió mandando Sánchez y continuó Basile en el trabajo sucio de recuperar pelotas. El escolta italiano empató a 40 con su único triple. Entonces resurgió Bullock, que por primera vez supo superar a Basile y anotar su primera canasta. Era el minuto 26 y dos después, sin oposición, metió un triple (51-48). Un tiro exterior de Vázquez y una jugada iniciada con una recuperación de Ilyasova y un mate de Acker puso al grupo de Ivanovic por primera vez por delante (51-52, minuto 28).
Sacrificado, acertado y confiado, Ilyasova parecía otro. Su tiro desde 6'25 ante Hervelle y con una mecánica peculiar hubiese sido escupido por el aro cualquier día. Hubiese sido fallo antes de lanzar. Hoy entró y significó la máxima renta del Barça en todo el partido (52-55).
La defensa y Hervelle
En el último cuarto el Madrid se multiplicó en defensa y el Barça durante unos instantes no supo responder ni a los dos contra uno ni a la fiabilidad de Hervelle, tan amante de las protestas como gran machacador. El ala-pívot belga puso el 70-61 (minuto 35). Pero cuando el conjunto blanco iba camino de una victoria fácil aparecieron Ilyasova y Acker para confirmar su recuperación. Sumaron dos triples seguidos entre los dos, que dejaron el marcador en 70-67 a 4'04''. Les respondió Bullock con otro, continuó Sánchez, siguió Bullock. Un concurso excelente en toda regla.
El partido, impecable e intenso a partes iguales, acabó siendo decantado (y destrozado) por los árbitros, que eliminaron a Kasun en un ligero forcejeo con Reyes. Fue un castigo absurdo porque llevaban enfrascados en esa discreta lucha varios segundos. Después Ilyasova fue eliminado, esta vez con motivo, en otra absurda acción con el pívot cordobés, que también se ganó la antideportiva. Por mucho menos le señalaron a Basile la misma infracción, poco después de que Hervelle le hiciera un soberbio tapón a Marconato. Tunçeri, desde la línea de personal, sentenció el encuentro a 20 segundos del final.Ése fue el epílogo del día en el que los defenestrados del Barça se recuperaron.
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