Hay jugadores, pocos, a los que el deporte les importa de verdad. Salen motivados y continúan así, abstraídos por la responsabilidad y sin relajarse, hasta que se acaba el partido. Para ellos el básket no es una anécdota, es más bien su vida. Posiblemente el capitán del Barça Roger Grimau sea el gran exponente de ese perfil de profesional en la Liga ACB. Con más acierto o menos precisión, su actitud en la pista siempre es la misma. No se deja confundir cuando el equipo desconecta y roza (y hace) el ridículo como ante el Murcia, el Gran Canaria o el Lottomatica. Grimau había sido el único jugador decente del equipo en las últimas cinco derrotas consecutivas, el peor balance del club en 40 años.
Harto de muchas promesas y de aún más cambios de jugadores cada año, el Palau había explotado el miércoles. Quería soluciones de inmediato y pedía la dimisión de Dusko Ivanovic, al que nunca ha comprendido ni apreciado. El rival, el DKV Joventut, era sin duda era un reto mayor para que el equipo reaccionase, porque se presentaba con Rudy Fernández como máximo anotador del campeonato (acabó con 27 puntos) y había ganado con demasiada facilidad los dos partidos de este curso, en la Lliga Catalana y en Liga en Badalona (+44).
Grimau, con 23 puntos (9/10 en tiros de dos y 0/1 en triples), acabó por contentar al Palau, que le ovacionó cuando a nueve segundos del final fue eliminado por faltas. El escolta azulgrana fue el gran responsable de un triunfo balsámico (85-74) que permite al Barça igualar a 13 triunfos con su rival y quedarse a un triunfo del segundo clasificado, el Iurbentia Bilbao, que perdió en su visita a Granada (97-81).
Rol de secundario
Cuesta entender por qué Ivanovic no incluye en el quinteto inicial a Grimau, que esta temporada promedia 10 puntos en la competición doméstica y suele encadenar dos o tres jugadas que cambian el ritmo y el rumbo del encuentro. Es el capitán un recambio de calidad y parece que el técnico montenegrino, pase lo que pase, seguirá dándole ese rol de secundario. “Intento hacer lo que puedo”, comentaba, humilde, Grimau a nuestra compañera de TVE Virtudes Fernández. Se restaba méritos tras realizar su partido más completo desde que está en el Barça y quedarse a tan sólo tres puntos de su mejor marca en la ACB (26), que logró en la sexta jornada de la temporada 2001-2002 ante el CB Granada (9 de 18 en tiros de campo). Entonces, más que el ídolo del Caprabo Lleida era el icono indiscutible.
Tiene Grimau la cualidad de los genios sin serlo realmente. No es un jugador espectacular, pero este curso es tremendamente efectivo (43% en triples en ACB y un 67% en tiros de dos) y es capaz de cambiar el encuentro en un plis plas. Volvió a demostrarlo el capitán azulgrana ante el DKV Joventut, cuando Jagla anotó su único triple y firmó la máxima renta de su equipo (20-23, minuto 11). Entonces, en poco más de dos minutos, Grimau culminó cuatro contras y asistió a Ilyasova para firmar un parcial excelente de 12-0 (32-23, a los 14').
Sin rebote, sin identidad
¿Qué hacía el DKV Joventut? Realmente parecía otro equipo. Ni practicaba su juego alegre y espectacular a partes iguales ni demostraba ser el conjunto que menos pelotas pierde. En todo el segundo período tan sólo acumulaba dos tiros, ambos desde 6'25, y no había capturado ni un solo rebote. Aíto pidió tiempo muerto por supervivencia y siguió intercambiando defensas zonales, que no se le atragantaron al Barça, genial en el triple (5/6 en la primera parte) y poderoso en el juego interior, con Ilyasova y Marconato como referencias.
Sólo Rudy estaba capacitado para romper esa nefasta racha. El escolta catalán, futura estrella de la NBA, anotó un dos más uno y un triple al límite de la posesión que equilibró el partido (38-34, minuto 16). Pero Marconato e Ilyasova impulsaron a al Barça, que llegó al descanso con su mejor balance esta temporada: 49 puntos por 37 de su rival.
¿100 puntos?
¿Algún equipo llegaría a 100 puntos? Pronto se demostró que no. Porque en la reanudación, por momentos, el encuentro se convirtió en un cúmulo de jugadas a medias, pérdidas infantiles y recuperaciones lógicas. De los vistosos y contundentes ataques de la primera parte se pasó a un entrenamiento entre colegas. El Barça, por ejemplo, sólo anotó cuatro puntos en el tercer período y tardó 4'50'' en anotar anotar su canasta en juego. Sólo Grimau logró anotar, con un palmeo y dos tiros libres. El balance en el tercer cuarto (1 de 14 en tiros de campo) fue nefasto.
No supo aprovechar el grupo de Aíto la incapacidad ofensiva de su rival y sólo parecía querer tirar desde 6'25, su gran recurso siempre, su gran error ayer (11 de 28). Hasta nueve triples intentó el DKV Joventut: anotó el primero Rudy y los dos últimos Barton (desconocido y casi testimonial) y Mallet (2/6 desde esa distancia y que en la primera parte había acumulado tres personales en un minuto). El conjunto visitante redujo distancias (53-49, minuto 30).
Surge Ricky
Volvió la mejor versión de Grimau. Otra vez cambió el ritmo, con un par de penetraciones consecutivas. Se resistió el DKV Joventut, por fin con un descarado Ricky Rubio, que con con un dos más uno acercó a tan sólo tres puntos a su equipo (59-56 a 7'23'' del final).
A partir de ahí el partido transcurrió entre lanzamientos de tres. Hasta cinco seguidos se anotaron. Dos fueron de Lakovic (13 puntos y 3/4 en triples), que otra vez supo aparecer en el momento decisivo. Sólo Rudy respondió y con otro lanzamiento desde 6'25 puso el 73-70 a 2'17''.
En esa acción de Rudy se acabó la respuesta del grupo de Aíto, que se refugió en los triples y no tuvo acierto. Ilyasova (12 puntos, 3/4 en tiros de dos y 2/3 en triples) hizo un mate a una mano de videoteca y Grimau transformó dos tiros libres (77-70, a 1'51''). El Palau gritaba "¡Ilyasova! ¡Ilyasova!", algo inédito e irreal hace unas semanas cuando el turco fallaba antes de tirar. Su compañero Alex Acker, que otra vez fue titular, no estuvo a la altura. Lo mejor, sus seis rebotes. El escolta estadounidense anotó su única canasta para cerrar el primer parcial de 9-2 (minuto 2), en unos primeros minutos casi exclusivos para los pívots, una rareza en el Barça, que suele sostenerse por su perímetro y en el que sus jugadores interiores no aportan demasiados puntos. Jugaba rápido y bien el grupo de Ivanovic, con un Trias descarado, más cercano a la Copa del Rey de Málaga que le encumbró que al jugador dubitativo de los últimos partidos.
Una asistencia de Grimau a Basile permitió a Basile, solo, anotar un triple que sentenciaba más el partido a 33''. Y cuando el capitán fue excluido se llevó la ovación del Palau. Al público le encantan los jugadores así, tan implicados, tan raros.
1 comentario :
Si Grimau va estar molt bé, determinant. Tots els equips haurien de disposar d'aquell jugador "especial" que quan no tot va com es voldria,jugador massa cops infravalorat, aguanta el conjunt. Aquest és un paper que ha fet Trias en molts partits i també Barton, que no vaig veure gens bé ahir. Aporten consistència i milloren el rendiment de l'equip.
EL DKV ahir no va ser l'equip intens d'altres cops.
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