El base esloveno Lakovic anotó 19 puntos ante el Chorale Roanne.
A veces parece que el Barça se dosifique porque esté seguro de que va a ganar, que no luche al máximo porque confíe en rentabilizar su calidad en los últimos minutos. Le salió mal en Menorca, donde perdió con justicia ante un rival muy motivado. Le pudo pasar lo mismo ante el Chorale Roanne. Un equipo que pretende aspirar a cualquier título no puede permitirse diez pérdidas en el primer cuarto ni ceder, casi por inercia, 14 de los 30 rebotes en su canasta. La primera parte del grupo de Ivanovic fue tan lamentable como excelente la segunda, donde anotó 52 puntos y casi sentenció el partido el tercer cuarto con un parcial de 9-23. El líder de la obligada reacción fue otra vez Jaka Lakovic. El referente y el único regular de este equipo. La actuación del base esloveno, con 19 puntos en el tramo final, fue imprescindible para que el conjunto azulgrana sumara en Francia su octava victoria en la Euroliga (79-89) y pueda colocarse líder del grupo C si el jueves que viene gana por más de diez puntos al actual campeón, el Panathinaikos, que sufrió para superar al Partizán de Belgrado (67-66).
Transcurría el minuto 26 y Lakovic no había anotado ni un sólo punto. El Barça, sin su máximo anotador, se sostenía con el impagable Jordi Trias (dobles figuras, 17 puntos y 13 rebotes) y la garra de Roger Grimau (13 puntos con 3 de 4 en triples para el capitán). Llegó a perder por ocho (47-39, minuto 23), pero supo reaccionar a tiempo. Le bastó con un dos más uno de Gianluca Basile, una canasta en segunda opción de Ersan Ilyasova -por fin jugó a buen nivel- y Trias (47-46, minuto 26). Lakovic confirmó la reacción con sus primeros puntos, cinco consecutivos (un triple y una penetración), con los que puso a su equipo por delante (49-51). Tan sólo volvería estar por debajo en el marcador el conjunto azulgrana tras la siguiente jugada, cuando Marc Salyers (30 puntos y 11 rebotes) anotó desde 6'25.
Los rebotes ofensivos
No es el Chorale Roanne un rival prestigioso, pero sin duda le sobra fe. No tiene grandes tiradores, pero a sus jugadores les basta con brega. Por eso son el segundo mejor equipo de la competición en rebotes ofensivos. Siempre están al acecho para compensar su falta de puntería (37% en tiros de campo esta vez). Así que en el tercer minuto el conjunto francés ya acumulaba tres capturas en ataque por ninguna del Barça que, como ante el ViveMenorca, parecía renunciar a coger rechaces.
El grupo de Ivanovic era un grupo conformista incapaz de parar a Marc Salyers, el máximo anotador de la Euroliga, una mezcla entre soldado y modelo publicitario. Empezó imparable el ala-pívot estadounidense, que tan sólo necesitó seis minutos para anotar nueve puntos. Curiosamente, su defensor, Jordi Trias, era el otro gran destacado. El MVP de la pasada Copa volvió a demostrar que es inteligente, sabe colocarse bien y buscar las canastas fáciles. Y, sobre todo, que es un trabajador incansable, justo lo que necesita este Barça, que se despista con la misma facilidad con la que resuelve finales complicados.
El salto cualitativo de Trias
No cabe duda que Trias continúa su salto cualitativo. No tiene ese respeto (o miedo) de antes por lanzar y su selección de tiro es muy buena (8 de 11 en tiros de dos). El siguiente paso que debe ser asumir una mecánica para lanzar con precisión los tiros libres. Si lo consigue, aún será un jugador interesante.
El encuentro era una buena oportunidad para confiar en Pepe Sánchez como base titular. Ivanovic apostó por esa opción y el base argentino no defraudó: repartió hasta seis asistencias en el primer cuarto (acabaría con siete). Trias fue el gran beneficiado de su visión de juego. El ala-pívot catalán sumó nueve puntos en el período inicial (20-21), como Salyers. También destacaba Ilyasova, mucho más mentalizado y suelto que casi siempre. El jugador turco acabó con una marca inusual (10 puntos y seis rebotes). También es cierto que jugó más de 23 minutos, algo que hasta ahora no había pasado. Tampoco nunca había sido tan testimonial la aportación de Fran Vázquez, que apenas participó 130 segundos. Eso sí le dio tiempo a hacer de todo: perdió una pelota, recuperó otra y repartió una asistencia. El pívot gallego acumula seis minutos en los dos últimos partidos.
Ligera mejoría
No era demasiado meritorio que el Barça mejorara. Lo hizo mínimamente en el segundo cuarto, por lo menos en cuanto a concentración e intensidad. Pasó de perder diez pelotas a dejarse en el camino cuatro. En anotación aún lo hizo peor. Con Lakovic desconocido, sobrevivió con los puntos de Basile y Grimau, que entre los dos anotaron diez de los 15 puntos del conjunto azulgrana en dicho período. El Chorale Roanne dominaba a placer la pintura con Slayers, Adam Hess y Pape Badiane. Por eso llegó al descanso con ventaja 41-37 (había llegado a estar 37-30, minuto 17).
En la reanudación el Barça continuó acumulando tiros forzados hasta que Basile empezó un parcial de 2-12 que acabaría Lakovic con cinco puntos seguidos. La mejoría fue fruto de la puntería (25 puntos en el tercer período, 56-62), sino de la intensidad en el rebote que había faltado hasta entonces (15 rebotes en ese cuarto por 19 en la primera parte).
Le costó sentenciar el partido al Barça. Un mate de Mario Kasun (12 puntos y cinco rebotes) le dio una ventaja importante (56-64, minuto 31), pero el polivalente Salyers, que anotó 12 puntos en el último cuarto, puso a su equipo a tan sólo tres puntos con un dos más uno (77-81) a falta de 1'40''. Trias y Lakovic aseguraron un triunfo que permite al Barça seguir aspirando a la primer del grupo. El jueves le espera en el Palau el Panathinaikos, que no permitirá tantas concesiones.
Transcurría el minuto 26 y Lakovic no había anotado ni un sólo punto. El Barça, sin su máximo anotador, se sostenía con el impagable Jordi Trias (dobles figuras, 17 puntos y 13 rebotes) y la garra de Roger Grimau (13 puntos con 3 de 4 en triples para el capitán). Llegó a perder por ocho (47-39, minuto 23), pero supo reaccionar a tiempo. Le bastó con un dos más uno de Gianluca Basile, una canasta en segunda opción de Ersan Ilyasova -por fin jugó a buen nivel- y Trias (47-46, minuto 26). Lakovic confirmó la reacción con sus primeros puntos, cinco consecutivos (un triple y una penetración), con los que puso a su equipo por delante (49-51). Tan sólo volvería estar por debajo en el marcador el conjunto azulgrana tras la siguiente jugada, cuando Marc Salyers (30 puntos y 11 rebotes) anotó desde 6'25.
Los rebotes ofensivos
No es el Chorale Roanne un rival prestigioso, pero sin duda le sobra fe. No tiene grandes tiradores, pero a sus jugadores les basta con brega. Por eso son el segundo mejor equipo de la competición en rebotes ofensivos. Siempre están al acecho para compensar su falta de puntería (37% en tiros de campo esta vez). Así que en el tercer minuto el conjunto francés ya acumulaba tres capturas en ataque por ninguna del Barça que, como ante el ViveMenorca, parecía renunciar a coger rechaces.
El grupo de Ivanovic era un grupo conformista incapaz de parar a Marc Salyers, el máximo anotador de la Euroliga, una mezcla entre soldado y modelo publicitario. Empezó imparable el ala-pívot estadounidense, que tan sólo necesitó seis minutos para anotar nueve puntos. Curiosamente, su defensor, Jordi Trias, era el otro gran destacado. El MVP de la pasada Copa volvió a demostrar que es inteligente, sabe colocarse bien y buscar las canastas fáciles. Y, sobre todo, que es un trabajador incansable, justo lo que necesita este Barça, que se despista con la misma facilidad con la que resuelve finales complicados.
El salto cualitativo de Trias
No cabe duda que Trias continúa su salto cualitativo. No tiene ese respeto (o miedo) de antes por lanzar y su selección de tiro es muy buena (8 de 11 en tiros de dos). El siguiente paso que debe ser asumir una mecánica para lanzar con precisión los tiros libres. Si lo consigue, aún será un jugador interesante.
El encuentro era una buena oportunidad para confiar en Pepe Sánchez como base titular. Ivanovic apostó por esa opción y el base argentino no defraudó: repartió hasta seis asistencias en el primer cuarto (acabaría con siete). Trias fue el gran beneficiado de su visión de juego. El ala-pívot catalán sumó nueve puntos en el período inicial (20-21), como Salyers. También destacaba Ilyasova, mucho más mentalizado y suelto que casi siempre. El jugador turco acabó con una marca inusual (10 puntos y seis rebotes). También es cierto que jugó más de 23 minutos, algo que hasta ahora no había pasado. Tampoco nunca había sido tan testimonial la aportación de Fran Vázquez, que apenas participó 130 segundos. Eso sí le dio tiempo a hacer de todo: perdió una pelota, recuperó otra y repartió una asistencia. El pívot gallego acumula seis minutos en los dos últimos partidos.
Ligera mejoría
No era demasiado meritorio que el Barça mejorara. Lo hizo mínimamente en el segundo cuarto, por lo menos en cuanto a concentración e intensidad. Pasó de perder diez pelotas a dejarse en el camino cuatro. En anotación aún lo hizo peor. Con Lakovic desconocido, sobrevivió con los puntos de Basile y Grimau, que entre los dos anotaron diez de los 15 puntos del conjunto azulgrana en dicho período. El Chorale Roanne dominaba a placer la pintura con Slayers, Adam Hess y Pape Badiane. Por eso llegó al descanso con ventaja 41-37 (había llegado a estar 37-30, minuto 17).
En la reanudación el Barça continuó acumulando tiros forzados hasta que Basile empezó un parcial de 2-12 que acabaría Lakovic con cinco puntos seguidos. La mejoría fue fruto de la puntería (25 puntos en el tercer período, 56-62), sino de la intensidad en el rebote que había faltado hasta entonces (15 rebotes en ese cuarto por 19 en la primera parte).
Le costó sentenciar el partido al Barça. Un mate de Mario Kasun (12 puntos y cinco rebotes) le dio una ventaja importante (56-64, minuto 31), pero el polivalente Salyers, que anotó 12 puntos en el último cuarto, puso a su equipo a tan sólo tres puntos con un dos más uno (77-81) a falta de 1'40''. Trias y Lakovic aseguraron un triunfo que permite al Barça seguir aspirando a la primer del grupo. El jueves le espera en el Palau el Panathinaikos, que no permitirá tantas concesiones.
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