“Mi defecto es querer ganar más”, confiesa el nadador estadounidense Michael Phelps, el mejor deportista olímpico de todos los tiempos. Valentino Rossi (Tavullia, Italia, 1979) suscribiría esas palabras si se las mencionaran. Il Dottore siempre ha arriesgado al límite porque su objetivo no es otro que llegar el primero. Lo necesite o no. En el circuito de Indianápolis, bajo una intensa lluvia, con mucho viento y la pista sucia, Rossi no tenía por qué exhibirse. En la tercera vuelta, con Casey Stoner, su único rival por el Mundial, muy retrasado, podía haber conservado su segundo puesto tras Nicky Hayden. Pero Il Dottore no paró de pilotar al límite ni tan siquiera cuando pasó al estadounidense. Sólo se frenó cuando apareció la bandera roja y se suspendió la carrera a falta de ocho vueltas. Fue un respiro para el italiano -"era muy peligroso seguir en esas condiciones"- y para el propio Hayden, que estaba a punto de ser superado por Jorge Lorenzo. El balear, totalmente recuperado de sus continuas caídas, había sido segundo en Misano. La lucha por el subcampeonato es uno de los pocos incentivos que le quedan al Mundial: Stoner le saca sólo siete puntos a Dani Pedrosa y 44 al propio Lorenzo. Mientras que a Rossi, que tiene 87 puntos de ventaja, le basta un tercer puesto en la próxima carrera, el 28 de septiembre en Japón, para ser campeón virtual y lograr su octavo título. En Indianápolis, además, Il Dottore superó el récord de victorias en la máxima categoría de Agostini (el registro a batir ahora son 69) y sumó su séptimo triunfo de la temporada, el cuarto consecutivo, algo que no conseguía desde 2005. Es cuestión de días que vuelva a ser el más grande.
A veces la vida concede situaciones para minimizar los daños del pasado. Habrá quien califique como “venganza” esas situaciones. Sea como sea Rossi volvió a repetir un gran duelo con Hayden, el piloto que en 2006 cerró su hegemonía en el Mundial. Con tan sólo dos triunfos el estadounidense logró uno de los campeonatos más descafeinados de los últimos años. En Indianápolis se repitió ese enfrentamiento e Il Dottore fue ahora el ganador. El cuerpo a cuerpo duró diez vueltas, en las que el italiano puso nervioso a Hayden, que llevaba dos años sin completar primero un giro. Al estadounidense se le notaba inquieto y su moto, a la mínima, se deslizaba. Así que en el ecuador de la prueba, en una apurada de frenada en una curva de izquierda, Rossi le adelantó y a partir de entonces se distanció. Su triunfo era ya incuestionable.
Istanbul Park
El piloto de Yamaha no bajó el ritmo y siguió acumulando vueltas rápidas. Quería mejorar un registro realmente extraño: sólo había conseguido una victoria en las siete últimas veces que había partido desde la pole. Rossi además ganó en un trazado en el que nunca había corrido y ahora sólo le falta imponerse en Turquía para poder presumir que ha sido el mejor en todos los circuitos. Para lograrlo Dorna tendría que volver a incluir en el calendario el circuito de Istanbul Park, uno de los escenarios preferidos del piloto de Fórmula 1 Felipe Massa, que se ha impuesto los tres últimos años.
En Indianápolis Hayden recuperó sensaciones pasadas y aparcó sus últimas críticas, en las que acusaba a Honda de no ser un equipo y de trabajar casi en exclusiva para Pedrosa, al que le han permitido cambiar de marca de neumáticos (de Michelin a Bridgestone). “A mí no me han dejado nunca”, se quejó el estadounidense, que ya ha anunciado que la próxima temporada correrá en Ducati. Será el compañero de Stoner, al que sólo le queda el reto de asegurar el subcampeonato. El actual campeón, que esta vez fue cuarto, lleva 33 de los últimos 100 puntos posibles. Pedrosa, que estrenaba motor y neumáticos Bridgestone completó una decepcionante octava posición.
Hayden tuvo mucha suerte. Seguramente si no hubiesen mostrado la bandera roja Lorenzo le hubiera adelantado. “Han parado la carrera cuando estaba a punto de pasar a uno de los suyos. Supongo que será casualidad”, bromeó el español, que realizó varios adelantamientos al límite. El mejor, sin duda, el que le hizo en la tercera vuelta a Rossi. El interior, casi sin espacio, fue impagable. Pero el heptacampeón le rebasó metros después. Fue el penúltimo obstáculo para Il Dottore. Andrea Dovizioso tampoco pudo resistirse demasiado. Sólo aguantó Hayden. El duelo se convirtió en un regresión al pasado, pero el desenlace no tuvo nada que ver.
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