viernes, 26 de septiembre de 2008

Un Barça experimental cae ante el Tau en un pobre final (73-70)

Navarro, autor de 16 puntos, entra a canasta ante la mirada de Sada y Vidal -EFE.


La Supercopa ACB siempre llega demasiado pronto para los equipos que año tras año cambian varias de sus piezas para olvidar su fracaso más inmediato. Es el caso del Barça, que en las últimas cuatro temporadas sólo lleva dos títulos: ganó precisamente la primera edición de este joven torneo en 2004 y, contra pronóstico y con suma autoridad, la Copa de 2007. Al Tau le sucede todo lo contrario, parece llegarle en un momento perfecto, aunque no tenga a todos sus mejores disponibles. Esta vez no podía contar con Tiago Splitter, el MVP de esta competición los dos últimos años. Su cinco titular. No encontró a faltar al brasileño porque tras una campaña marcada por cuestiones extradeportivas e indisciplina descubrió a Will McDonald. El pívot estadounidense fue clave en el inicio del partido, cuando anotó 10 puntos y contribuyó a un parcial de 15-1 (21-9, a los 8’28’’) y al final, cuando anotó un triple sobre la bocina a 1’56’’ del final. Esa acción (72-70) fue decisiva porque sólo se metería una canasta más, un tiro libre de Igor Rakocevic, el otro anotador del día del Tau (18 puntos).

El Barça demostró que aún no sabe gestionar su ansiedad y basó sus últimos ataques en acciones anárquicas: triples mal seleccionados como los de Ersan Ilyasova o Víctor Sada o errores inexplicados, como la canasta a aro pasado de Juan Carlos Navarro o la falta de entendimiento entre éste y Gianluca Basile. El escolta catalán tenía que asistir al italiano para que lograse el triple que forzase la prórroga pero la pelota se perdió por la línea de fondo. En la otra semifinal, el CAI Zaragoza ganó con facilidad al DKV Joventut (96-81). Quinteros y Green anotaron entre los dos 39 puntos, mientras que por la penya sólo cumplió Mallet (seis triples).

Parcial de 7-4

El parcial del último cuarto (7-4 con 2/15 en tiros para el Barça y 2/13 para el Tau) desmereció un partido que, por momentos, se convirtió en un excelente espectáculo, desigual puntualmente y tremendamente igualado en el que se combinaron grandes rachas de aciertos. El Barça, por ejemplo, anotó desde más allá de 6’25 cuatro de los seis triples que intentó en el segundo período y que le permitieron llegar al descanso con una desventaja mínima (43-41). Su remontada se había basado en una defensa más agresiva y ese acierto esporádico con los triples (7/21 en total). Lo mejor para el Barça era corroborar dos de las grandes noticias de los últimos meses de la campaña pasada: Fran Vázquez parece querer ser el pívot al que aspiraba ser (10 puntos y cuatro rebotes) e Ilyasova es un jugador insustituible. El ala-pívot turco sumó 11 puntos en ese período.

En la reanudación el Barça, por momentos, se mostró con un equipo compensado y ordenado. Lo dirigía Roger Grimau, que es el exponente de sacrificio y polivalencia. Con Pepe Sánchez en el Madrid, ninguno de los tres bases ofreció un mínimo de confianza. Sorprendentemente Jaka Lakovic fue titular, pero sólo jugó los primeros seis minutos. Le sustituyó uno de los fichajes estrella, Andre Barrett, un trotamundos que parece perdido todavía después de cambiar tanto de equipo. El último experimento, Sada, está lejos de su nivel en Akasvayu, pero precisamente un triple suyo le dio al conjunto azulgrana la mayor ventaja del partido (46-50 a los 22’13’’). Eran momentos de triples, de defensas blandas, de ataques casi perfectos. Mirza Teletovic demostraba su habilidad desde la línea de tres y David Andersen, todo un tricampeón de la Euroliga, simplemente ratificaba que es un jugador delicioso. En breve Daniel Santiago, ex de Unicaja, podría ser su recambio.

El regreso de Juan Carlos Navarro debe ser la gran noticia para el barcelonismo. Sobre el escolta catalana tiene que pasar gran parte de la responsabilidad anotadora del equipo. Pero su rendimiento, de momento, es intermitente. Navarro anotó dos puntos en el primer período, contribuyó a la remontada en el segundo (10), no anotó en el tercero y fue él único en sumar en el último. Lo hizo tras un par de contras rápidas (67-70 a 4’40’’ del final). Ahí se acabó el partido para el Barça, incapaz de hilvanar jugadas que no fuesen anárquicas o pasionales. Así que al Tau le bastó con un triple de Mc Donald sobre la bocina de McDonald a 1’56’’ y con un tiro libre de Rakocevic. Navarro acababa de fallar un tiro a aro pasado. Después, en la última jugada, no se entendería con Basile, que no pudo coger la asistencia y ni tan siquiera pudo intentar el triple que podría haber forzado la prórroga. Dusko Ivanovic se mostraba casi impasible en el blanquillo vitoriano: se había vengado de su ex equipo, del que había salido mal y tras declarar que no podía hacer nada más con la plantilla que tenía. “Cualquier partido es especial”, había dicho en la previa el montenegrino. No se lo cree nadie.

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