El prestigio debe renovarse progresivamente y no entiende de hemerotecas. Nueve veces campeón de la Copa de Europa, el Real Madrid es el gran icono de la competición. Un papel que no discute el pasado, pero que cuestionan sus últimas actuaciones en el torneo. Su rotunda derrota en Liverpool (4-0) culmina una trayectoria horrible, alejada de su currículum: en los últimos cinco años siempre ha sido eliminado en octavos de final y de los diez partidos disputados de dichas eliminatorias sólo ganó dos (1-0 en el Bernabéu ante el Juventus en el curso 2004-2005 y 3-2 ante Bayern de Munich, 2005-2006), empató uno y perdió… siete. La genialidad de Zinedine Zidane en Glasgow marcó un antes y un después. El gol más famoso y brillante con el conjunto de Zizou, de primeras rematando un centro alto de Roberto Carlos y sin moverse del césped, es el último gran recuerdo. Desde entonces, desde el 15 de mayo de 2002 en la final ante el Bayer Leversusen, el Madrid sólo ha pasado dos veces de octavos de final, precisamente las dos temporadas siguientes al gol de Zidane. En 2003 sería eliminado en semifinales por el Juventus con un tanto en la prórroga de Zalayeta y en 2004 perdería en cuartos ante el Mónaco en una eliminatoria que sentenciaría Fernando Morientes, cedido en el conjunto francés.
Lejos, muy lejos, queda la última victoria del Madrid fuera de casa en una eliminatoria a doble partido en la Champions. El último precedente data de hace casi siete años, del 23 de abril de 2002. Entonces se impuso 0-2 en el Camp Nou, precisamente con goles de Zidane y de McManaman. Desde entonces de diez partidos disputados fuera de casa en eliminatorias de este tipo tan sólo empató dos (1-1 en el Alianz Arena de Munich, 2003-2004, y 0-0 en Highbury, 2005-2006). Y perdió el resto: en Old Trafford ante el Manchester (4-3 en cuartos, pero pasó a semifinales, 2002-3003), Stade Louis II contra el Mónaco (3-1 en cuartos de la 2003-2004, eliminado), Delle Alpi contra el Juventus (3-1 en semis de la 2002-2003; no llegó a la final, y en octavos del curso 2004-2005 por 2-1), y Allianz Arena contra el Bayern de Múnich (2-1 en la temporada 2006-2007) y el curso pasado en el Olímpico ante el Roma (2-1).
“No hemos entrado en el partido”
Pronto se vio que en Anfield el grupo de Juande Ramos prolongaría la desdicha. Desorganizado, sin bandas y con Robben como jugador anárquico del montón, al conjunto blanco le salvó Iker Casillas, el último que compareció el Liverpool para evitar una goleada aún mayor. A los seis minutos, por ejemplo, ya había rechazado dos grandes disparos de Fernando Torres y de Javier Mascherano cuando tan sólo se habían jugado seis minutos. Pero el mejor portero del mundo es humano y, como todos, tiene límites. Poco pudo hacer ante el gol de Torres, un error de bulto de la defensa compartido entre Pepe, extrañamente superado, y Cannavaro, a años luz de lo que fue. “No hemos entrado en el partido desde el minuto uno”, dijo el director deportivo del club Pedja Mijatovic.
No sirve de excusa que el penalti de Heinze no fuese tal. El segundo del Liverpool, que anotó el capitán Gerrard desde los once metros, hubiese llegado por inercia, por insistencia. Porque el Liverpool era el único que presionaba (dos o tres jugadores asfixiaban al que tuviese el balón) y en cuanto fallaba una ocasión pensaba en cómo crear otra. Es una ley no escrita de los campeones de verdad. El conjunto de Rafa Benítez se divertía ante un rival tan sólido como un muñeco de trapo lleno de retales. Torres, que ha tenido que irse al Liverpool para ganarle al Madrid, remarcaba la deficiente preparación física de los blancos y reivindicaba su habilidad (significativo que celebrase el primer gol levantándose la camiseta para ratificar su apellido y su número, el 9). Sólo el ex jugador del Atlético puede robarle parte del cariño de la grada a Steven Gerrard, el líder sobrio y completo de un grupo matemático y estudiado al detalle. El trabajo de Xavi Alonso en la recuperación era brillante, tanto o más que Ryan Babel por la banda izquierda, en la siempre sacó algo positivo. Lo mejor, un centro al principio de la segunda parte que empalmó Gerrard para hacer el 3-0 y habilitar la jugada del cuarto, en la que Mascherano cedería a Andrea Dossena.
Las noticias del Madrid se reducían a centros que no encontraban rematador, acciones a balón parado de Snjeider y a alguna jugada esporádica y sin peligro alguno de Gonzalo Higuaín o de Raúl, que confesaría que la derrota había sido la “más dolorosa” de su carrera en la Champions, la competición de la que seguirá siendo el máximo goleador.
Trayectoria similar en la Copa
El gafe de las eliminatorias del conjunto blanco no sólo se reduce a la Champions. También es extensible a la Copa del Rey. Desde la temporada 2001-2002, la del gol de Zidane en Glasgow, el Madrid sólo ha llegado a dos finales. La primera, esa misma temporada, la perdería ante el Dépor en el Bernabéu, en lo que se conoció como Centenariazo porque coincidió con el 100º aniversario del Madrid. La segunda en 2004 en el Lluís Companys ante el Zaragoza de David Villa.
Sólo una vez más alcanzó las semifinales. Fue en el curso 2005-2006, cuando después de recurrir al reiterado Espíritu Juanito estuvo cerca de remontarle al propio Zaragoza el 6-1 de la Romareda. Necesitaba cinco goles para conseguirlo y a los diez minutos llevaba… tres. Finalmente ganó 4-0 y se quedó a las puertas de la final.
Real Unión de Irún
El resto de eliminatorias del Madrid han sido nefastas, empezando por la última. Este año cayó la primera ronda en la que participó (1/16 de final) ante el Real Unión de Irún de 2ª B (3-2 y 4-3 en el Bernabéu). Tampoco le había ido mucho mejor las dos temporadas precedentes, en las que cayó en octavos. En 2007 le eliminaría el Betis, en 2008, el Valladolid. La trayectoria fue exacta: 0-0 fuera de casa y 1-1 en Chamartín.
La derrota en Liverpool es la más dolorosa en eliminatorias de los últimos años y la más contundente desde que se adoptó el formato Champions. Sólo es comparable al 4-0 del Mallorca de Eto’o en cuartos de Copa en la 2002-2003. Eran tiempos de galácticos y de Florentino Pérez, el presidente que muchos quieren ahora para solventar la crisis deportiva e institucional más importante de la historia. Nunca tuvo el equipo dirigentes más tramposos y pitonisos como hasta ahora. Hay un vacío desde el gol de Zidane.
2 comentarios :
qué verguenza de Madrid, de Mijatovic, de presidente y de todo!
Así se te va la ilusion de seguir a tu equipo
un saludo
como hincha del madrid, me siento ecepcionado
desde aquel gol de zidane (mi maximo idolo a quien considero entre los mejores de la historia) no logramaos instancias portantes en la champions league salvo 2003 donde se llego a semis.
espero qe la proxima sea nuestra o si no lo es, nos ponga entre los mejores 4 equipos de la misma
HALA MADRID
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