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Consciente de lo aburrida que es la rutina, Jenson Button se disculpó hace unos días ante los aficionados a la Fórmula 1. Reconoció que para la gran mayoría de aficionados resulta decepcionante, ciertamente molesto, ver como él gana casi siempre y que sólo cambia (por la pura exigencia del calendario) el diseño de los trazados y sus ubicaciones. Button tendrá que inventarse alguna observación ingeniosa para ganarse el perdón del público después de su sexto triunfo en siete carreras en el GP de Turquía. Unos números que le permiten hacer historia por superar el inicio de Michael Schumacher en 2004, cuando el mejor piloto de la historia ganó en Australia, Malasia, Bahréin, San Marino, España y Alemania, pero no puntuó en Mónaco. El arranque de Button es mejor al del heptacampeón porque en China, la única prueba que no ganó, fue tercero. Sólo cedió en Shanghái, donde se impuso Sebastian Vettel, su único rival oficioso por el título, que en Istanbul Park acabó tercero porque (error en el inicio al margen) tuvo que repostar hasta tres veces, mientras que su compañero Mark Webber lo hizo dos y acabó segundo. Aunque Red Bull no acertase con la estrategia volvió a ser la única alternativa a Brawn GP, que vivió una situación inusual en su corta trayectoria: lamentó su primer abandono con Rubens Barrichello como protagonista. También Ferrari experimentó sensaciones nuevas en Turquía, donde había ganado las cuatro pruebas disputadas. En la inaugural con Kimi Raikkonen y las otras tres siguientes con Felipe Massa, que en Istanbul Park había logrado su primer triunfo en la Fórmula 1 y esta vez se tuvo que conformar con la sexta plaza. Una posición que hubiesen firmado tanto Raikkonen (9º) como Fernando Alonso (10º). El piloto de Renault no pudo ser más contundente: “Necesitamos cambios, los que sean. Tenemos el mismo coche desde Bahréin y cada vez vamos peor. Somos el séptimo equipo. Es el puesto que nos corresponde”. En McLaren parece que ya piensan casi exclusivamente en el futuro, en trabajar en el coche para próxima temporada. El rumor es que Turquía iba a marcar dicha decisión. Visto el rendimiento de sus dos pilotos en Turquía (Lewis Hamilton acabó 13º y Heikki Kovalainen, 14º) el nuevo modelo empezará a planificarse desde ya.
Las carreras son tan repetitivas como las ruedas de prensa, en las que Button (y con razón) elogia el funcionamiento de su coche: “Ha ido perfecto, su rendimiento ha sido inmenso, algo que no habíamos logrado el viernes. Doy las gracias a los ingenieros”. Confesó también el piloto británico que se conformaba con conservar el puesto con el que partió de la parrilla, pero que no “quise desaprovechar” la oportunidad de superar a Vettel en uno de los tramo más complicados del circuito, en la novena curva de la primera vuelta. “Sebastian se fue largo y me metí”, indicó el propio Button, mientras que Vettel restó importancia a su equivocación, subrayando que igualmente no hubiese podido aguantar su ritmo. El alemán no quiso criticar directamente la estrategia de Red Bull –“pensé que al final iríamos a dos paradas”– ni valoró que por radio le instasen a conservar el motor y no intentar rebasar a Webber, cuando vuelta a vuelta le iba restando décimas. Vettel sabía que la decisión de su equipo impidió que luchase por la victoria.
“No hay nada que hacer”
El triunfo es un objetivo inalcanzable ahora mismo para Ferrari, McLaren y Renault, que sólo han logrado un podio (Raikkonen en Mónaco) y suman tan sólo 44 puntos por los 96 de Brawn GP. Alonso no quiso poner excusas y reconoció que “yendo tan lentos, no hay nada que hacer. Tenemos que ir medio segundo más rápidos”. El bicampeón no le dio importancia a la decisión de su equipo de empezar la carrera con neumáticos blandos. Con casi 47º en la pista era una la opción perdedora.
“No, no me canso de ganar”, bromeó Button, que además de superar el récord de Schumacher también igualó la última mejor marca de triunfos consecutivos. En 2006 Alonso había enlazado cuatro victorias en 2006, cuando iba rumbo de su segundo Mundial. Button va camino del primero a ritmo de crucero. Como pura rutina en los tiempos convulsos en los que transita la Fórmula 1. En reuniones secretas y no tan secretas se está decidiendo el futuro. No es descartable que surja una competición paralela.
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