Los ciclistas son los auténticos mineros del deporte, aunque con las décadas hayan perdido el aspecto de los primeros aviadores –con las gafas correspondientes– y no lleven la casa a cuestas con provisiones voluminosas en la bicicleta. Pero algunos conservan intacta la esencia de los que se pasaban disputando más de medio día –con sus noches– en el Tour. El Euskaltel – Euskadi es el equipo anacrónico por excelencia, nunca ha entendido qué es ser conservador y sólo le importa el triunfo de etapa, especialmente en Francia. Un objetivo por el que ha luchado tantas y tantas veces en la ronda francesa. Ahora, seis años de la excelente victoria de Iban Mayo en Alpe d’Huez y ocho de la de Roberto Laiseka en Luz-Ardiden el conjunto vasco festeja por fin la tercera, que tanto se le ha resistido. El escogido no es otro que el líder del equipo, Mikel Astarloza (San Sebastián, 1979), un tipo campechano y humilde con un discurso diferente y autocrítico: “Siempre les digo a mis compañeros que soy un líder patético, siempre trabajan para mí y nunca gano… Va por ellos”. Astarloza llegó primero en la etapa más corta peculiar del Tour, con la cima de la prueba (el Grand-Saint-Bernard, 2.473 metros y un 6’2% de media) y el Petit-Saint-Bernard). Con los últimos 31 kilómetros de bajada hasta la meta, en Bourg-Saint-Maurice, que el corredor del Euskaltel – Euskadi completó acompañado por Franco Pellizotti, Jurgen Van Den Broeck y Amaël Moinard, a los que dejó descolgados en los últimos 2.000 metros, consciente que “mi fuerte no es ni mucho menos el sprint”. Es la tercera victoria española en esta edición tras las de Luis León Sánchez y Alberto Contador.
Delante empezaron los sucesivos ataques: que si Laurent Lefèvre, que si Pellizotti y Antón. Muchos movimientos en cabeza y mucho sufrimiento por detrás, con dos teóricos favoritos descompuestos. Cadel Evans, que aspiraba a ser el nuevo Poulidor de este siglo, y Denis Menchov, actual campeón del Giro, son meros turistas agotados en esta prueba. El australiano, de quien se rumorea que no continuará en el Silence el próximo curso, perdió 3m55s y ya está a 7m23s del maillot amarillo. Lo del ruso es surrealista: llegó 16m40s después de Astarloza y está a ¡27m04s! También sufrieron de lo lindo los dos ciclistas que luchan por el maillot de la regularidad, Mark Cavendish y Thor Hushovd.
Frontera entre Francia e Italia
Van Den Broeck, Astarloza –ayudado por su compañero Antón–, Moinard y Pellizotti –el primero en pasar– coronaron el Petit-Saint-Bernard, ausente en el recorrido del Tour desde que Federico Martín Bahamontes lo atravesase en cabeza en 1963. Su cima marca la frontera entre Francia e Italia –los 16 kilómetros de etapa en territorio italiano son los que impidieron a Alejandro Valverde participar en la prueba–.
Lo más interesante pasaba detrás: Andy Schleck cumplía con su promesa y atacaba en plena ascensión al Petit-Saint-Bernard, aunque hubiese advertido que su idea fuese hacerlo en el primer puerto. El ciclista luxemburgués del Saxo Bank lo intentó como su hermano Frank. Ni un ataque ni otro inquietó a Contador, pero ambos dejaron aparentemente desfondado a Lance Armstrong: era la confirmación que al estadounidense había aguantado con opciones hasta ahora porque había controlado el rimo del pelotón. La exhibición de Contador en el Verbier del domingo había sido el aviso y esta pájara resolvía por completo las dudas sobre el asunto. Pero increíblemente Armstrong se resarció con suma facilidad, superando a Frank, que se había descolgado del grupo de perseguidores de los que dominaban la carrera, Pellizotti y Van Den Broeck, a los que se sumaron de nuevo Moinard y Astarloza, que a dos kilómetros se fue para ganar.
Suele recordar Astarloza que pesa 72 kilos (poco para los que mide 1’85 metros) y que en invierno llega hasta a 12. Entre seis y siete ha perdido Bradley Wiggins en los últimos meses. El británico es la gran sensación del Tour y sigue tercero a 1m46s. Será el principal rival de Contador si aguanta la etapa de mañana miércoles, con cuatro puertos de primera categoría y uno de segunda. El líder sabe que si llega al Le Grand-Bornand sano y salvo tendrá mucho ganado. “Es una etapa más difícil de controlar que la del Mont Ventoux”, advierte Contador. Y piensa en un peligro: Andy Schleck.
2 comentarios :
Estimado Blogger:
Muchas gracias por ponerte en contacto con nosotros. Hemos incluido tu Blog en Bloggerball.
Te invitamos a visitar nuestra página, y quedamos a tu disposición para cualquier sugerencia.
Esperamos verte pronto por Bloggerball.
Un cordial saludo.
Pues debo decirte que es un blog bastante completo. Además de tener una gran variedad de entradas, en ellas no te limitas a dar la noticia de forma escueta sin más, sino que nos proporcionas bastante información.
Saludos
Publicar un comentario