El sprinter suele ser un tipo extravagante, de carácter cambiante y nervios de acero. Reúne el perfil necesario del ciclista para el que la carrera empieza en los primeros metros, cuando debe hacerse hueco entre una marabunta de bicis y ser más explosivo que el resto. En el fondo actúa como estrella invitada fugaz, rol que asumieron muy bien antes de retirarse Mario Cipollini, Erik Zabel o Paolo Bettini. Un trío espléndido. O como continúan consiguiendo esporádicamente Robbie McEwen, Alessandro Petacchi, Tom Boonen o Daniele Bennati, cuyo crecimiento parece haberse estancado. Es la era de Mark Cavendish, que ha desplazado a eternos veteranos como Óscar Freire y Thor Hushovd (Arendal, Noruega, 1978), protagonistas de un duelo nada parejo en la meta de Montjuïc 44 años después de la última presencia del Tour en Barcelona y el triunfo de José Pérez Francés. No tuvo demasiada emoción el pique y Hushovd consiguió la séptima victoria de su carrera en la ronda francesa, en una etapa disputada entre Girona y la ciudad condal.
“No hemos tenido reposo, agobiados por la lluvia y la tensión del pelotón. Por eso me he situado delante con los Astana”, relató el noruego, que se impuso con suma facilidad a Freire en una batalla resuelta en los últimos diez metros entre dos maillots verdes. Hushovd lo logró en 2005 –y pretende conseguirlo esta edición: “voy a pelearlo con Cavendish, no creo que esté ya solucionado”– y el cántabro, en 2008: “Todavía podemos tener más opciones de ganar una etapa”. La lluvia impidió que se cumplieran las previsiones en cuanto a asistencia (se calculaba que medio millón de personas saliesen a las calles de Barcelona a recibir a los ciclistas y la cifra no alcanzó las 250.000) y tampoco se pudieron llevar a cabo con demasiado éxito iniciativas del Ayuntamiento, como la de formar una gran ola amarilla con cartulinas. Se quedó en puntos amarillos esparcidos y espaciados.
Hushovd no tiene una figura de ciclista: mide 1’84 metros y sobrepasa los 80 kilos. Tampoco tiene aficiones típicas de deportista –desconecta de la competición cazando– ni un pasado normal, pues fue esquiador de fondo. Una herencia que conserva en sus piernas. Este curso el sprinter noruego acumula cinco triunfos y tres han sido en Catalunya, ya que también se impuso en dos etapas de la Volta.
Durante la etapa se sucedieron varios amagos de fuga, pero la única realmente seria fue la de David Millar, uno de tantos desterrados por dopaje en su momento, al que se le unieron después Sylvain Chavanel, Stéphane Augé y Amets Txurruka. El propio Millar se escaparía en solitario a 29 kilómetros de meta, pero cedería en el ascenso a Montjuïc, donde Carlos Sastre y Boonen tuvieron una caída sin consecuencias. El final, una vez más, fue para sprinters. Y ganó Hushovd. Hay nombres más allá de Cavendish, lejos de la victoria. Acabó 16º.
1 comentario :
me gusta el cicilosmo, tenia un tio que te tenia bicicleteria y ademas corria, aunque no se cuon cual de las modalidades quedarme entre todas...
saludos
http://d-coleccion.blogspot.com/
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