domingo, 19 de julio de 2009

Otro duelo imborrable resuelto por milésimas

Rossi encara una curva con Lorenzo detrás -EFE.



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La emotividad y la igualdad se han apoderado por fin de MotoGP, acostumbrada en los últimos años a victorias decididas en la salida o poco después del ecuador de la prueba. Por fin se ha recuperado el valor de los grandes duelos entre dos pilotos. Un mérito exclusivo de Valentino Rossi, heptacampeón del mundo y mejor corredor de la historia, y Jorge Lorenzo, su rival más talentoso. Ambos comparten el mismo equipo, Yamaha, y se reparten seis triunfos en las nueve carreras disputadas, además de haber protagonizado un par de enfrentamientos imborrables, emplazados primero en Montmeló y ahora en el circuito alemán de Sachsenring. En ambos resolvió Il Dottore por milésimas (95 en Catalunya y 99 en Alemania). “Ha sido una carrera fantástica. Jorge me ha exigido mucho”, reconoció Rossi, que realizó el adelantamiento definitivo a falta de dos vueltas y por el interior. Una acción que le bastó para lograr su cuarta victoria del curso y reforzar el liderato con 14 puntos sobre Lorenzo, autocrítico como siempre: “Quizás me he equivocado de estrategia. Tenía que haber atacado antes porque llevaba más ritmo que Valentino”. Dani Pedrosa completó el podio, mientras que Casey Stoner acabó cuarto y Toni Elias, que partía último, finalizó sexto tras una gran remontada en la mejoró hasta once puestos.

No hay dudas. La máxima categoría de motociclismo ha cambiado su imagen, completamente mejorada. Está en plena revolución desde el triunfo de Casey Stoner en Mugello por 1 segundo y una milésima sobre Lorenzo. Porque desde entonces sólo una carrera (en Holanda, la 100ª victoria de Rossi) se ha decantado por más de cuatro décimas. A saber: 95 milésimas en Montmeló, 344 en EE UU y ahora 99. El Mundial de MotoGP es más atractivo que nunca, precisamente cuando su hermano mayor, la Fórmula 1, se presenta más monótona y previsible. Es de agradecer que a los pilotos de motos les motive el más mínimo detalle, como batir el récord del circuito de Sachsenring, un trazado endiablado, con 14 vueltas y muchas dificultades para adelantar. Hasta seis veces superaron el registro histórico del GP de Alemania que tenía Dani Pedrosa desde su triunfo en 2007 y que acabó mejorando definitivamente el propio piloto de Honda. Un consuelo menor para Pedrosa, tercero y probablemente el mejor en las salidas –esta vez pasó del octavo al segundo lugar–. Una virtud con la que Lorenzo no necesitaría protagonizar remontadas tan exageradas. En Alemania el balear no salió nada mal, pero quedó rodeado por varios pilotos y bajó a la sexta posición. Aunque en la octava vuelta ya era tercero tras superar por dentro al propio Pedrosa, que de nuevo se quejó –y con razón– de los puntos débiles de su moto: “Iba rápido, pero he tenido problemas, casi me caigo, y he tenido que bajar el ritmo. Es una lástima, podíamos haber luchado por el podio”.
Por momentos la prueba se convirtió en un reclamo de imágenes perfectas para promocionar la competición. Como en la 17ª vuelta, cuando Rossi pasó a Stoner y en unos segundos Lorenzo también superó al australiano, muy mermado por una gastritis que le ha dejado anémico. Incluso a cinco giros del final se rizó el rizo y se combinaron dos adelantamientos: Lorenzo rebasaba por primera y única vez en la carrera a Il Dottore, mientras que Pedrosa hacía lo propio con Stoner, que a partir de ese momento se descolgó y perdió cualquier opción de podio. Otro duelo imborrable entre Rossi y Lorenzo estaba a punto de decidirse. El mito estudió todas las posibilidades de pasar a su compañero de equipo. Lo hizo por el interior. Y se impuso de nuevo por milésimas. El motociclismo está de enhorabuena. Que dure.

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