La sorpresa no estuvo demasiado lejos

Ricky le hace un gorro a Ellis -EFE.

Ser favorito es más una responsabilidad que no un punto a favor, supone más una exigencia que no un voto de confianza. Por eso jugadores y cuerpo técnico del Barça habían recalcado en las entrevistas previas a la Copa del Rey que podían asumir dicha condición, pero que las buenas palabras tenían que transformarse en buenas acciones. Y ya en la pista y con el Cajasol como rival se volvió a comprobar que no hay torneo más propenso a las sorpresas como éste, en el que para vencer tan sólo se requieren tres partidos. El conjunto de Joan Plaza opositó hasta el último minuto y medio por ese primer gran titular de la Copa, pero acabó cediendo por su impulsividad y la tranquilidad de Navarro (15 puntos), que con cuatro tiros libres ventiló un encuentro de igual a igual entre dos plantillas desiguales. Los azulgrana ganaron por 77-72 y el sábado, a partir de las 18.00 horas (autonómicas y Teledeporte), tendrán la oportunidad de resarcirse de su derrota en la Fonteta ante el Power Electronics Valencia y del triple a tres décimas del final de Rafa Martínez en particular.

Sufre mucho, muchísimo el Barça, cuando un equipo le lleva a un tanteo bajo. Y eso fue a lo que le obligó el Cajasol, que le planteándole una trama tortuosa y cargó el rebote ofensivo. Por momentos, en un inicio fantástico (5/6 en los primeros tiros) el conjunto de Plaza se olvidó que es el segundo peor ataque de la Liga y remarcó que es el segundo más defensivo. Propuso y exigió un ritmo pausado el Cajasol, que dejó correr lo justo al Barça, muy incómodo en la primera parte, totalmente desajustado en el primer cuarto, en el que llegó a ceder por diez puntos (13-23 a los 8m 48s). Kirksay (15 puntos) defendía con agresividad a Mickeal, mientras que los rebotes corrían a cargo de Savanovic y Triguero. Ndong mostró la incomodidad de los azulgrana hablando más que jugando: acabaría en el banquillo con tres personales, una técnica entre ellas.

"Todos los minutos cuentan"

“Hemos empezado no sabiendo lo que es la Copa, que todos los minutos cuentan”, resumió Ricky a nuestra compañera de TVE África de Miquel. El jugador más joven del partido ya había elogiado al Cajasol, que “ya sabíamos que nos iban a plantar cara”. A Ricky, como a su equipo, le costó conectarse en el partido y no lanzó hasta al minuto 22 justo: anotó un triple y le birló una pelota a Calloway para anotar a aro pasado y con Triguero defendiéndole. Dos acciones de lujo, sus dos únicos tiros en un partido extremo del base, pues repartió hasta siete asistencias, pero perdió seis pelotas.

Con Ricky llevando la batuta, Mickeal perfecto en los cortes y Lorbek y Morris eficientes en los rebotes ofensivos el Barça alcanzaría su máxima renta (59-47 a los 29m 23s). Por fin los azulgrana desplegaban su juego habitual, el que les ha permitido ganarse la condición de favoritos al torneo, el que les ha hecho dominar las principales estadísticas de la Liga ACB. Una competición en la que el Cajasol merece una atención especial, no en vano es el equipo revelación y uno de los más trabajados y trabajadores. Así que entre la defensa zonal 2-3 y la habilidad de Radenovic (ocho puntos) y Douglas (once, únicamente activo en el tramo final), volvieron a ajustarse las cosas (63-62 a 5m 29s).

El Barça, con cuatro puntos en más de cinco minutos, se parecía otra vez al conjunto roto del primer tramo. Dificultad que solucionaron Vázquez –espectacular robo y mate machacando el aro a una mano y Navarro–. Ellis seleccionaría mal un triple y, pese a que Plaza, aseguró que “tenemos tiempo suficiente” el Cajasol perdió esa paciencia que había demostrado durante el partido, perdió el manual con el que había llegado al final con opciones. El Barça resistió desde la defensa. Si el Cajasol pudo protagonizar la primera sorpresa fue por lo mismo. La sorpresa no estuvo demasiado lejos.