Empezó la Copa del Rey de Bilbao y lo hizo con un encuentro muy parejo que acabó decantando un jugador del que se había dudado de su presencia hasta el último momento. Rafa Martínez (Santpedor, 1982) llegó con la preparación mínima, tras haber podido participar únicamente en el entrenamiento previo por una microrrotura fibrilar en el abductor de la pierna derecha. No lo acusó excesivamente el líder real del conjunto valenciano, héroe hace unas semanas con un triple al límite en la victoria ante el Barça y también capital en la jugada decisiva para clasificar al Power Electronics Valencia para semifinales tras ganar al Asefa Estudiantes por 75-73. Una acción polémica que Caner-Medley, el mejor de los estudiantiles y del encuentro (24 puntos y ocho rebotes) defendió como ilegal, indicando con gestos que su barrido era legal y que la pelota no iba a entrar. El conjunto de Spahija jugará el sábado (18.00 horas, autonómicas y Teledeporte) ante el vencedor del cruce entre el Barça y el Cajasol de Sevilla.
La alegría de Martínez, autor de 18 puntos, fue inversamente proporcional al desconcuelo de sus rivales en sus dos últimas posesiones. Casimiro buscó un ataque reposado, pero sus jugadores quisieron zanjar el partido con dos triples. Ni Lofton ni sobre todo Oliver pudieron contentar a su técnico. El tiro de tres forzado del ex jugador del Power Electronics Valencia estaba lejos del aro antes de lanzarse: tiros de ese estilo, con el jugador desequilibrado y cayéndose, suelen ser más cuestión de la casualidad que de la causalidad.
El inicio de Perovic
El baloncesto es un juego que engloba diversos elementos: desde la eficacia y la puntería hasta la picardía y la estrategia. Cuestión ésta última de los entrenadores, quienes, teóricamente, tienen que saber ver qué conviene más a su equipo. Spahija, por ejemplo, planteó al principio sus ataques buscando sin disimulos a Perovic, todo un valor seguro si no se carga rápido de faltas. El pívot serbio encontró y se trabajó canastas relativamente sencillas para sumar sus diez puntos, justo la máxima diferencia que acumuló su equipo (17-7 a los 6m 32s). El ritmo fue del conjunto valenciano hasta que Casimiro sacó a Gabriel, un jugador alto con cierta predisposición (y acierto) para anotar de tres.
La polivalencia de Gabriel hizo que Spahija moviese fichas para sentar a Perovic y sacarlo por Lishchuk. Pero a quien fortaleció el cambio fue al Asefa Estudiantes, pues Oliver tenía las manijas del encuentro, circulaba rápido y bien la pelota y encontraba sin problemas a Caner-Medley –tanto en la pintura como en las esquinas– y a Jasen (11 puntos), la piedra angular del equipo. El jugador que postea, defiende, ataca y, sobre todo, contagia de optimismo a sus compañeros. El jugador que revirtió la situación en cuanto salió por Suárez (cinco puntos), el mejor valorado nacional y cuya presencia resultó poco relevante. Jasen, como Martínez, también había sido duda, en este caso por un problema en el psoas ilíaco. Tampoco se le notó falta de forma y desquició a sus defensores, tanto a Kelati como al propio Martínez.
Campo atrás de Lofton
Un mate de Caner-Medley puso en ventaja por primera vez al Asefa Estudiantes (20-22 a los 12m 55s). Fue el preludio de un concurso de triples en toda regla y en el que Claver con más o menos acierto (16 puntos, 3/7 desde más allá de 6'25) quiso participar. Drafteado por Portland el curso pasado, el alero/ala-pívot actuó más de tirador que de ayuda en el poste bajo, pero apareció en los momentos clave: un triple suyo a un minuto del final puso el empate a 73 y la réplica del Asefa Estudiantes fue un campo atrás de Lofton. Por ahí, presionando, incordiando, estaba Martínez.
Se resolvió el partido con la jugada polémica del propio Martínez, pero ya se había puesto lo suficientemente tenso con una antideportiva más que dudosa de Gabriel a Claver: infractor eliminado con cinco faltas, dos tiros libres y otros dos más por la técnica a Casimiro por protestar (64-64 a 4m 37s). El técnico estudiantil incluso le dio una patada a la valla de publicidad luminosa, pero supo aconsejar bien a sus jugadores después. Debían olvidar dicho episodio y volver a hacer a repetir lo que les había permitido llegar al final con opciones: las transiciones rápidas, las apariciones puntuales (como la de Lofton, once puntos, dos triples en el tercer cuarto) y la defensa como ineludible argumento en el discurso. Pero en el momento fundamental el Asefa Estudiantes no supo gestionar su ilusión para pasar la ronda y se encontró con Martínez, vestido de nuevo como héroe del Power Electronics Valencia.
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